Un agarre, sea en el campo o ámbito que sea, se puede resumir como el acto de tomar, coger, mantener o agarrar firmemente algo con una extremidad o parte del cuerpo. Un ejemplo de agarre puede ser el apretón de manos, en el que dos personas se agarran la mano mutuamente.
En el campo de la zoología, el agarre está definido por la prensilidad de ese animal. La prensilidad es la cualidad de un órgano o apéndice que está adaptado para coger, mantener o agarrar.
La evolución ontogénica del agarre es un componente importante en el desarrollo de todos los seres con prensilidad, en especial de los niños, donde los tipos principales de agarre son:
El reflejo de agarre palmar (algunas veces llamado simplemente reflejo de agarre) está entre los Reflejos arcaicos y aparece al nacer y persiste hasta los cinco o seis meses, la edad a partir de la cual un niño puede usar normalmente un agarre palmar.[4] Cuando se coloca un objeto en la mano del bebé y este acaricia la palma de la mano, los dedos se cierran automáticamente y se produce el agarre. El agarre es fuerte, pero impredecible, a pesar de que puede ser capaz de soportar el peso del niño, también pueden liberar su agarre de repente y sin previo aviso. El movimiento inverso puede ser inducido acariciando la parte posterior o lateral de la mano.