La aljama sarracena o arrabal alturano fue un núcleo de población musulmán perteneciente al municipio valenciano de la Villa de Altura (provincia de Castellón, Comunidad Valenciana, España).
El arrabal obtuvo su propia carta puebla durante un tiempo, y también pasó a formar parte de la Cartuja de Vall de Crist. Cabe destacar que los árabes que vivieron en este arrabal profirieron junto con los cristianos y con los judíos su devoción a la Virgen de la Cueva Santa, sita en el Santuario de la Cueva Santa.
La aljama nació junto con la propia villa, por tanto puede datarse en la misma fecha que esta, en el siglo XII.
La villa nació siendo un municipio árabe perteneciente a la Taifa de Valencia, sobre un montículo en cuyo centro se encontraba la mezquita, que a día de hoy es la denominada Iglesia Primitiva. Desde ésta se abría paso el casco urbano. Sin muralla propiamente dicha, era la unión de los muros traseros de las casas la que ejercía esta función, quedando así la población cerrada al exterior. Solo se podía acceder a través de seis puertas que se abrían si los propios habitantes lo deseaban.
Existen documentos en los que se cita que el rey aragonés Jaime I, en el año 1235, ocupó la población a su paso hacia el Puig de Santa María, desde donde sitió la ciudad de Valencia, tomándola el 28 de septiembre de 1238.
Durante la reconquista, aparece un documento en el que se cita la donación por parte del rey Jaime I a don Pedro Fernández de Azagra (señor de Albarracín) de los castillos y villas de Altura y Chelva, así como las alquerías de Cárcer y Gátova, por la ayuda ofrecida en la reconquista de Valencia redimiéndose así con el rey de Aragón por haber sitiado Albarracin en 1220. En esas donaciones la villa de Altura recibía el nombre de "Castrum de Huyturam".
Fue en este momento (1237) en el cual la Villa de Altura y su arrabal, abandonaron la Taifa de Valencia y pasaron a formar parte del Señorío de Albarracín.
La población fue heredada por la segunda hija de don Pedro Fernández de Azagra (Señor de Albarracín) que al casarse con Jaime Pérez de Jérica (hijo de Jaime I) hizo que se reintegrara a la corona. Pasando a formar parte del Señorío de Jérica. Y con la Constitución del Reino de Valencia que se había producido en el año 1242, esta villa, quedó adscrita a los Fueros Valencianos, integrándose en el Reino de Valencia.
El 21 de abril de 1251, con motivo del amojonamiento y distribución de las aguas entre Segorbe y la aljama (comunidad musulmana organizada) de la Villa de Altura. Jaime I en 1257 concedió a los habitantes de Altura, franquicia de lezda, peaje y medidas, y hablaba ya de habitantes "tam christianos quam sarracenos", dando a entender que ambas comunidades convivían.
Junto con los Cristianos y los Árabes, la población estaba acompañada por la comunidad Judía, en la zona de la "plaza de la Torre", en donde construirían la torre que aún hoy alberga el escudo de la Villa de Altura.
La Villa de Altura fue donada en 1391 a la Cartuja de Vall de Crist, por parte de Martín I el humano. Quedando así la villa seccionada en dos partes, por una parte, la parte perteneciente a la Cartuja, y por la otra el arrabal. Existe constancia de que el arrabal poseyó carta puebla propia al aparecer datos censales sólo de la aljama sarracena, como municipio aparte. El 23 de agosto de 1397, el arrabal alturano pasó a pertenecer a los Ferrandis, y mediante la herencia quedó la morería bajo la jurisdicción de esta familia.
El 5 de junio de 1409, la Cartuja de Vall de Crist, compró a Ferrandis de los Arcos, el "raval", para así integrar parte de sus dominios. La principal intención era que la comunidad sarracena no quedara fuera de su jurisdicción. La venta de esta ascendió íntegramente a tres mil florines de oro de Aragón.
Fue entre los años 1500 y 1515 cuando se produjo la aparición de la Virgen de la Cueva Santa. Este acontecimiento sirvió para que el Santuario de la Cueva Santa acogiese a los creyentes de las tres religiones y con ello las tres tradiciones religiosas y culturales que se daban en aquella época.
El hecho de que los moriscos entraran en la Cueva no sentaba muy bien en aquella época a los cristianos, una comunidad que cada vez tenía más poder en España y que con la Cartuja de Vall de Crist, aún se acrecentaba más su influencia. El Obispo Salvatierra llegó a decir: "Al llegar, bajaban a lo profundo de la cueva, se postraban ante la Sagrada Imagen con profunda inclinación, bebían agua si la dolencia era interna o la lavaban si era externa y la Virgen era tan compasiva con esa confianza que muchas veces quedaban curados sin más, e incluso más pronto que a los cristianos viejos que a ella acudían". Estos hechos, entre otros, fueron el detonante de lo que mucho más tarde sería la expulsión definitiva en 1609, de los árabes y de los judíos de España.
En una Historia de Portaceli aparece la fecha exacta de la expulsión de los moriscos de la Villa de Altura y de su arrabal por parte de la Cartuja de Vall de Crist: "Se hicieron muchos al monte, que juntos con los de Segorbe i Vall de Cristo, hasta quatro mil se retiraron a la Sierra de Espadán, de donde hazían surtidas para robar...". Ese mismo año el Prior Marqués se hace eco en su libro de la expulsión de 1525: "Lo monestir llança los moros del raval y poblá de chritians". Las familias árabes se diseminaron entonces por los montes de las poblaciones de la vecina comarca de Los Serranos, hasta la fecha definitiva ya citada, en la que la expulsión de España fue definitiva e irrevocable.
Durante los siglos siguientes los árabes y los judíos habían desaparecido de estas tierras, pero al haber sido el arrabal vendido, su término continuó perteneciendo a la Cartuja de Vall de Crist, como una propiedad independiente.
En 1706, la Villa de Altura y su arrabal sarraceno estuvieron medio año libres del yugo cartujo, dado que en la Cartuja de Vall de Crist se produjo el primer abandono, justo durante la guerra de sucesión, ante el temor de las represalias que pudiera tomar contra ellos Felipe de Borbón, tras la marcha a Valencia, dado que el prior José Tomás Ferrer había prestado obediencia al archiduque Carlos. El conflicto terminó con los Decretos de Nueva Planta y la desaparición del Reino de Valencia, que pasó a regirse según las leyes de la Corona de Castilla.
Durante una de los tres abandonos que sufrió la Cartuja de Vall de Crist, hasta su abandono definitivo durante el trienio liberal, aparecen datos de la venta del arrabal, exactamente el 9 de agosto de 1822, a D. José Cebrián, presbítero de la Villa, los bienes figuraban aproximadamente de la siguiente forma: "Casa Ollería nº20, Casa con Bodega nº21, 4 hanegadas de huerta + 5 hanegadas 1/4 Id., 2 HANEGADAS 1/4 Id. y 2 Jornales y 1/2 Algarrobar". Con fecha 30 de abril de 1823, aparecieron más documentos sobre las propiedades que fueron vendidas del arrabal.
Catorce años más tarde, en 1836, la propia Villa de Altura se desligó del dominio de la Cartuja de Vall de Crist debido a su desamortización, y los restos del arrabal que habían sido vendidos volvieron a unirse a la villa tras muchos años de separación jurídica, conformando la forma definitiva y actual del municipio.
No se encuentran ya datos que hablen de la aljama en este siglo, y es que al unirse de nuevo con la Villa de Altura un siglo antes, la aljama sarracena había quedado en el olvido, además sus muros eran los mismos que la villa y sólo se había separado por gentes y no por terrenos.
Con el fenómeno de la inmigración, varias familias de religión musulmana se instalaron en la villa, si bien, evidentemente, no necesariamente en el mismo espacio que constituyó la aljama siglos atrás. En el año 2010 se permitió la apertura de una mezquita para el uso de los musulmanes de la villa. [cita requerida]