Ariel Dorfman | ||
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Dorfman en 2009 | ||
Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Vladimiro Ariel Dorfman Zelicovich | |
Nacimiento |
6 de mayo de 1942 (82 años) Buenos Aires, Argentina | |
Nacionalidad | Argentina, chilena y estadounidense | |
Familia | ||
Cónyuge | Angélica Malinarich | |
Hijos | Rodrigo y Joaquín | |
Educación | ||
Educado en | ||
Información profesional | ||
Ocupación | Escritor, dramaturgo, ensayista, novelista, poeta y profesor | |
Años activo | Siglo XX | |
Empleador | ||
Géneros | Cuento, dramaturgia, ensayo, novela y poesía | |
Miembro de | Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias | |
Sitio web | ||
Vladimiro Ariel Dorfman Zelicovich (Buenos Aires; 6 de mayo de 1942), más conocido como Ariel Dorfman, es un escritor y activista de los derechos humanos argentino-chileno-estadounidense.[1]
Ha enseñado literatura iberoamericana en las universidades de Chile, en la de Ámsterdam, en La Sorbona (París IV), en la de California, Berkeley y en la de Maryland. Desde 1985, es profesor de Estudios latinoamericanos en la Universidad de Duke e investigador en otras casas de estudio de Estados Unidos.
Nacido en Buenos Aires, Argentina, de origen judío, hijo de Adolfo Dorfman y de Fanny Zelicovich, pasó parte de su infancia en los Estados Unidos, estableciéndose en Chile en 1954.[2]
En 1965 obtuvo una Licenciatura en Literatura comparada en la Universidad de Chile, y al año siguiente se casó con Angélica Malinarich, a quien conocía desde los años 1950,[3] adoptando en 1967 la ciudadanía de este país.
En 1971, junto a Armand Mattelart, escribió Para leer al Pato Donald, donde ambos describen los componentes ideológicos de los dibujos animados de Walt Disney, valiéndose del marxismo y el psicoanálisis. La obra marcó el inicio de una serie de investigaciones sobre el impacto ideológico de las revistas para niños, incluyendo el elefante Babar y El llanero solitario, así como otras manifestaciones de la cultura de masas.
Colaboró con el gobierno de Salvador Allende como asesor cultural durante los tres años de su gobierno, y después del golpe de Estado de Augusto Pinochet se exilió en Francia y posteriormente en los Estados Unidos.
Aunque la dictadura le autorizó el retorno en 1983, en uno de sus viajes a Chile realizado en 1987 fue deportado. Regresó con su familia al país en 1990, pero unos meses después lo abandonó «para siempre».[3] No obstante, mantiene con su esposa una casa en Santiago.
Sobre ese intento de regresar a Chile para quedarse reflexiona: «La paradoja era que durante casi 17 años me pasé todo el tiempo soñando con volver, y cuando finalmente lo hice, por propia voluntad decidimos expatriarnos [...] Salí de Chile en 1973 de una manera, y volví en 1990 de otra. ¿Qué pasó con ese joven colérico, súper politizado, con una concepción determinada del arte, que no quería escribir en inglés ni vivir en Estados Unidos? Termina con otra concepción política, un pacifismo muy fuerte, y una vocación de paz mucho más que de guerra».[4]
Ha escrito cuentos, novelas, poesía y teatro. Como dramaturgo, su obra más famosa es La muerte y la doncella (1990), la obra chilena más representada en el mundo,[5] que trata del encuentro de una víctima de la tortura con el hombre que cree la ha torturado. Dorfman identificó como tema central de ella «la cruda y dolorosa transición chilena a la democracia».[6]
La pieza —que, entre otros galardones, recibió el premio Laurence Olivier en la temporada londinense 1991— fue llevada al cine con el mismo nombre por Roman Polanski en 1994 en una cinta protagonizada por Sigourney Weaver, Ben Kingsley y Stuart Wilson.[7] En 2011 Viggo Mortensen regresó al teatro con la obra Purgatorio, de Dorfman.[8]
Autor de varias novelas, la primera, Moros en la costa (1973), obtuvo el Premio Sudamericana. Después vino Viudas (1981), que sirvió de base para la ópera homónima de 1990 de Juan Orrego-Salas. A estas les siguieron La última aventura del Llanero solitario (1982), Máscaras (1988), Konfidentz (1995), La nana y el iceberg (1999), probablemente la más conocida, Terapia (1999), y Americanos (2009). Además, con su hijo menor, Joaquín, escribió en inglés Burning City (Ciudad ardiente).
Sin embargo, su mayor actividad ha sido como ensayista. Se ha destacado en su análisis tanto de la cultura popular, en particular por su visión crítica de la ideología subyacente en algunas historietas, como de la mentalidad artística latinoamericana.
Sus obras han sido traducidas a diversos idiomas y él mismo ha escrito algunas en inglés.