Un arroyo, riachuelo, riera, rivera o quebrada[nota 1] es una corriente natural de agua que normalmente fluye con continuidad, pero que a diferencia de un río, tiene escaso caudal, que puede incluso desaparecer en la estación seca, verano o invierno, dependiendo de la temporada de lluvia para su existencia. En el caso de tener un caudal muy escaso y esporádico, es preferible usar el nombre de torrente, quebrada o cañada.
F. J. Monkhouse da tres acepciones del término arroyo:
1. Caudal corto de agua, casi siempre continuo, y cauce por donde transcurre.2. En América, río de corta extensión, aunque puede ser navegable para embarcaciones de regular tamaño.
3. En algunas regiones áridas de América Latina, ramblaF.J. Monkhouse[1]
Un arroyo puede tener, especialmente en su curso montañoso: cuenca de recepción, canal de desagüe y cono de deyección (consultar el término torrente).
Por otra parte, un vado es el sitio donde el arroyo es tan poco profundo que se puede cruzar a pie o sirve para bañarse. A estos vados los llaman baños, bañaderos, balnearios, cruces o pasos en algunos países de América del Sur. Cuando es muy angosto se le llama cañada y cuando se embalsa el agua de forma natural se llama poza o laguna y si es artificial presa, represa o embalse.
Al igual que los ríos, pueden desembocar en el mar, en un lago o en otro río, en cuyo caso se denominan afluentes de este.
En algunos países de América del Sur algunos «arroyos» son verdaderos ríos, que puede llegar a ser muy caudalosos e incluso navegables. También en América del Sur y específicamente en Barranquilla se les llama «arroyos» a las corrientes de agua de lluvia que corren sobre las vías de la ciudad, generalmente a gran velocidad, lo que dificulta notablemente la movilidad y reduce la seguridad de los transeúntes.