Batalla de Little Bighorn | ||||
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Parte de Guerra de Black Hills | ||||
La lucha de Custer, cuadro de Charles Marion Russell (1903). | ||||
Fecha | 25-26 de junio de 1876 | |||
Lugar | Cerca del río Little Bighorn, Condado de Big Horn (Montana), Estados Unidos | |||
Coordenadas | 45°33′54″N 107°25′44″O / 45.565, -107.42888888889 | |||
Resultado | Victoria indígena | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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Fuerzas en combate | ||||
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Bajas | ||||
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La batalla de Little Bighorn fue un enfrentamiento armado entre las fuerzas combinadas de las tribus lakota, cheyennes y arapajó contra el 7.º Regimiento de Caballería del Ejército de los Estados Unidos. La batalla tuvo lugar los días 25 y 26 de junio de 1876, cerca del río Little Bighorn, en el territorio de Montana, y fue la acción más destacada de la Guerra de Black Hills de 1876.
El enfrentamiento resultó en una victoria aplastante de la coalición india, que estuvo liderada por varios destacados jefes tribales como Caballo Loco y Jefe Gall, inspirados por las visiones de Toro Sentado. El 7.ª de Caballería era una fuerza de unos 700 hombres liderada por el teniente coronel George Armstrong Custer que, a pesar de contar con rifles modernos, sufrió una total derrota ante un enemigo superior en número. Cinco de las doce compañías que lo componían resultaron aniquiladas, Custer cayó muerto, así como dos de sus hermanos, un sobrino y un cuñado. Las bajas estadounidenses fueron 268 muertos y 55 heridos,[1] entre ellos seis exploradores indios al servicio del ejército.
La respuesta pública estadounidense a este desastre en las Guerras Indias fue diversa en años posteriores, pero con el paso de las décadas Custer y los hombres del 7.º de Caballería acabaron convirtiéndose en iconos de valentía y heroísmo de la historia estadounidense, un estatus que conservaron hasta la década de 1960. La batalla y las acciones de Custer en particular han sido objeto de estudio pormenorizado de innumerables historiadores.[2]
Tras las llamadas "Guerras Indias", las tribus vencidas y asentadas en territorios otorgados por el Gobierno de Estados Unidos eran vistas ahora con otros ojos al comprobar cómo su presencia buscando alimentos y pastos incomodaba al desarrollo del ferrocarril. El Gobierno dio a los indígenas un ultimátum para regresar a sus reservas, que expiraba el 31 de enero de 1876.
Los nativos, alegando su derecho al nomadismo, rechazaron la oferta de regresar a las reservas. El teniente general Philip Sheridan, conocido por sus anteriores campañas contra los indios, así como por sus brutales métodos, decidió entonces enviar una expedición de castigo en marzo del mismo año, bajo el mando del general George Crook.
Este primer envío de tropas tenía como misión destruir las fuerzas sioux del guerrero Caballo Loco en la zona de los valles de Yellowstone, pero fracasó debido al frío reinante y a otros factores tácticos, que motivaron el regreso de Crook y sus hombres a Fort Laramie, a la espera de la llegada de la primavera.
En mayo de 1876 partió de nuevo un ejército decidido a dar caza a los indígenas. Estaba compuesto por tres columnas:
El 7.º Regimiento de Caballería estaba mandado por el teniente coronel George Armstrong Custer, quien estuvo a punto de perderse esta campaña, debido a sus denuncias ante una Comisión del Congreso que investigaba irregularidades cometidas por el Secretario de Defensa Grant en la administración de los puestos militares de la frontera Oeste. En su intervención, Custer defendió los derechos de los indios, defendió las duras condiciones de las reservas e incluso implicó al hermano del presidente en las irregularidades. Ello le valió la sanción del propio presidente de los Estados Unidos, Ulysses S. Grant.
La intervención de los generales Sherman y Sheridan, así como presiones de la prensa, obligaron al presidente Grant a devolverle el mando del 7.º Regimiento de Caballería, aunque esta vez encuadrado en el ejército que dirigía el brigadier general Terry y bajo su mando. Aquella decisión no gustó a Custer, que, sin embargo, la aceptó de mala manera.
El 7 de junio de 1876, la columna de Terry alcanzó la confluencia del río Yellowstone.
El 7.º Regimiento de Caballería disponía de un total de 12 escuadrones que sumaban 566 soldados y 31 oficiales, 15 civiles y unos 35-40 exploradores, que por órdenes del propio Custer había prescindido de las fuerzas que le ofrecieron como apoyo (4 escuadrones del 2.º de Caballería, una ametralladora Gatling, e incluso ordenó a sus hombres de dejar los sables). Cada soldado iba armado con una carabina Springfield Modelo 1873 calibre .45 y 100 cartuchos .45-70, así como un revólver Colt Modelo 1872 calibre .45 y 25 cartuchos.
Los jefes de las unidades fueron:
Por su parte, Caballo Loco dirigía un ejército formado por una mezcla de siete tribus (hunkpapas, sans arc, pies negros, miniconjou, brule, cheyenes y oglala, y una pequeña representación de two-kettles y arikara), mujeres, niños, animales de carga y reses para alimentarse. Según algunas fuentes de la época, el contingente total rondaría entre 6.000 y 9.000, si bien es posible que 3.000 fueran guerreros, así como 30.000 animales.
Los jefes espirituales de los sioux eran: Toro Sentado (Tatanka-Iyotanka) en el caso de los hunkpapa lakota; Caballo Rojo en el de los minneconjous; Dos Lunas de los cheyennes; Caballo Loco de los sioux oglala; Gall de los lakota siounan; y Lluvia en el Rostro de los cheyennes del Norte.
El enfrentamiento se saldó con la muerte del coronel George Armstrong Custer y de sus hombres (escuadrones C, E, F, I y L), una derrota inesperada que quizás fuese debida a los siguientes motivos:
Todos estos errores, sumados, hicieron que los indígenas sólo perdieran unos 50 guerreros y 10 civiles, 6 mujeres y 4 niños. Dos de las mujeres y tres de los niños eran la familia del jefe Pizi, y fueron asesinados por las tropas de Reno en su ataque al poblado. Por su parte, Custer tuvo 268 muertos, entre ellos 16 oficiales, 242 suboficiales y tropa, así como 10 civiles y exploradores.[3][4]
Alguna teoría más moderna (Pennington) atribuye el colapso del batallón de Custer a una supuestamente prematura herida en el pecho del mismo al intentar cruzar el vado y atacar el poblado. Según los defensores del indisciplinado militar, eso explicaría en parte la confusión y la retirada desordenada hacia los altos cercanos. Teorías que no excluyen responsabilidades de Reno y Benteen, que no acudieron a asistirlo.[5] El consejo de guerra al comandante Reno celebrado tres años más tarde fue aprovechado según estas teorías por el ejército para "tapar" el asunto y echarle todas las culpas a Custer. Sin embargo, Reno y Benteen tenían menos hombres que la columna de Custer, habiendo perdido ya la mitad, y a duras penas podían mantener su posición, que permaneció sitiada por dos días hasta la llegada de refuerzos.[6]