Representada en 1670, los cinco actos de Berenice, del dramaturgo francés Racine están basados en una frase del historiador Suetonio: «Tito, que amaba apasionadamente a Berenice, y que incluso, según se decía, había prometido casarse con ella, la expulsó de Roma, a su pesar y a pesar de ella, desde los primeros días de su Imperio». La sencillez de este tema es lo que más atrajo a Racine: Tito condena a Berenice en nombre de Roma y de una legalidad mítica. Ocho días después del estreno de Berenice, la compañía de Molière estrena Tito y Berenice del gran rival de Racine, Corneille. La obra de Corneille era una comedia heroica, en la que el desenlace anulaba el dilema entre deber y amor, introduciendo la voluntad como elemento resolutivo. El amor posible (aunque rechazado por la voluntad) de "Tito y Berenice" es un amor imposible en "Berenice". Berenice entiende que el amor sólo podrá seguir si los dos amantes no se vuelven a ver y toma la heroica resolución de la separación.