El calentamiento deportivo o físico es un conjunto de ejercicios de músculos y articulaciones ordenados de un modo gradual con la finalidad de preparar al organismo para un mayor rendimiento físico y para evitar algún tipo de contractura muscular o alguna lesión física.
El calentamiento consiste en realizar una serie variada de ejercicios que provocan aumento de la actividad muscular.
El ritmo cardíaco y la frecuencia respiratoria también suben, porque a medida que se realiza un ejercicio con mayor intensidad, se necesitan más nutrientes y más oxígeno para sostener la actividad.
La finalidad del calentamiento es conseguir que nuestro cuerpo alcance un nivel pleno de forma paulatina. De ese modo al iniciar una actividad podremos rendir al máximo y además prevenir posibles lesiones.
Entre los beneficios del calentamiento se encuentran:
Calentamiento cardiovascular: Se trata de calentar de forma que los músculos lleguen a una temperatura mínima para poder realizar el calentamiento de movilidad articular.
Movilidad articular: Se trata de calentar rápidamente los distintos segmentos corporales. Son movimientos de las articulaciones siguiendo un orden lógico, bien sea ascendente o descendente (tobillos, rodillas, cadera, hombros, codos…).
Estiramientos globales: mantenerse en una posición de 6 a 12 segundos sin llegar a ningún tipo de dolor. Para evitar la lesión, no se debe hacer rebotes ni movimientos bruscos.
Calentamiento general: prepara los músculos en una intensidad baja para realizar una actividad física.
Calentamiento específico: Es el tipo de calentamiento dirigido a la práctica de algún deporte y que se ocupa de alguna o algunas partes del cuerpo específicamente. En muchos deportes una parte del tiempo se emplea en realizar actividades de calentamiento con la pelota o con algún instrumento.
Además, por sus características se pueden citar:
Calentamiento preventivo: Se realiza para evitar alguna lesión y se suele acompañar de masajes y baños de calor.
Calentamiento dinámico: Se realizan ejercicios que mezclan fuerza, flexibilidad, equilibrio, coordinación y respiración. Debe realizarse antes de toda actividad para acelerar la actividad motriz y permitir un movimiento eficaz.
Otros autores clasifican el calentamiento físico en estático, dinámico y balístico. El calentamiento estático es el conocido como el tipo de calentamiento más clásico, consiste en ejercicios de estiramiento donde se fija una extremidad y se tensionan los músculos de forma consciente. El estiramiento dinámico consiste en una lenta repetición de movimientos suaves y controlados. El balístico en movimientos caóticos de las extremidades: brazos y piernas.[1][2]
Aunque los beneficios se suelen asumir de un modo empírico no existen demostraciones científicas sólidas sobre su papel en la prevención de traumatismos,[3] aunque se han podido aportar evidencias en el caso de deportes concretos.[4] Sin embargo se plantea la duda de si la eficacia preventiva se debe al calentamiento o a las características del propio deporte.[5]