Los carambars son caramelos de múltiples sabores y aspecto alargado (parecidos a los palotes que se venden en España) muy comercializados en Francia. Tradicionalmente sólo se hacían de caramelo.
Fueron creados en 1953 en la fábrica Delespaul-Havez en la villa de Marcq-en-Barœul (departamento del Nord) por los señores Gallois y Fauchille hijo.
Según la leyenda fueron creados por accidente al mezclar de forma involuntaria caramelo y cacao dando lugar a una pasta dura y pegajosa que fue muy apreciada. En un principio se la llamó «Caram'bar», pero a partir de 1977 perdió el apóstrofo. El escritor Georges Perec los inmortaliza en su «Me acuerdo» 319; la traductora Yolanda Morató los describe en la correspondiente nota a la edición española de Me acuerdo (2006, editorial Berenice): «Los Carambar (antes Caram'bar, 1954), eran barras de caramelo que elaboró, por equivocación, la chocolatería Delespaul-Havez (querían hacerlos cuadrados). Son golosinas míticas en Francia; algo así como los Palotes españoles» (págs. 166-167).
La buena acogida del público hizo que con los años se hayan ido produciendo nuevos sabores de frutas, nougat, cola y otros más artificiales como el atomic cactus (pica-pica). Hoy en día y pese a haber sido vendidos al grupo británico Cadbury constituyen todo un clásico entre las golosinas francesas (con 1000 millones de unidades consumidas al año)
Una particularidad de los Carambar es que el interior de su envoltorio contiene pretendidos chistes por lo general poco o nada graciosos, hasta tal punto es así que en Francia por extensión son conocidas como chistes carambar o humor carambar las bromas que no tienen gracia.[1]
Estos chistes se introdujeron en 1970 junto con un sistema de puntos para ganar regalos y pese a su escasa calidad humorística gozan de una cierta fama por lo que han perdurado en el tiempo.
Vodka Carambar. Existe un cóctel a base de Carambar que consiste en disolver carambars (para un litro aproximadamente una veintena durante un mes) de frutas en una botella de vodka.