Caravana de la Muerte | ||
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Sergio Arellano Stark, jefe del grupo búsqueda y agilización de procesos, de Pinochet. | ||
Fecha | 1973 | |
Sentencia |
1998 (1.ª instancia) 1999 (2.ª instancia) 2006 (3.ª instancia) 2018 (4.ª instancia) | |
Jueces |
Baltasar Garzón Juan Guzmán Tapia Víctor Montiglio | |
Opiniones del caso | ||
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La Caravana de la Muerte es el nombre que recibió una comitiva del Ejército de Chile que recorrió el país durante 1973. Por orden del general Augusto Pinochet, tenía la misión de «agilizar y revisar» los procesos de personas detenidas tras el golpe militar. La operación terminó con el asesinato y desaparición forzada de 97 presos políticos.
Días después del golpe militar (11 de septiembre de 1973), Augusto Pinochet señaló que «no habrá piedad con los extremistas».[1] Por ello, al recibir noticias sobre el trato moderado que algunos comandantes de guarnición de provincia daban a exdirigentes de la Unidad Popular, decidió aleccionar a estos mandos «blandos» enviando a un oficial delegado que lo representaría y actuaría en su nombre. Para tal efecto, fue designado el general Sergio Arellano Stark, quien portaba un documento-pasaporte donde figuraba como «Oficial Delegado del Comandante en jefe del Ejército y Presidente de la Junta de Gobierno» para «acelerar procesos y uniformar criterios en la administración de justicia» a los prisioneros.[2]
Arellano dio órdenes de preparar la logística de la operación al teniente Juan Viterbo Chiminelli Fullerton.
El grupo de oficiales de Ejército que finalmente realizaron el viaje incluía a los siguientes miembros (en orden de jerarquía militar):
Además de estos diez miembros, fueron incluidos dos «clases» de la Escuela de Infantería del Ejército.[b]
El grupo partió desde el aeródromo Tobalaba el 30 de septiembre de 1973, a bordo de un helicóptero Puma del Ejército. El recorrido inicial incluyó ciudades del centro y sur de Chile: Rancagua, Curicó, Talca, Linares, Concepción, Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Cauquenes. A su paso dejó 26 personas muertas. El regreso de la caravana a Santiago fue el 6 de octubre.[2]
En el norte de Chile la misión partió el 16 de octubre de 1973, recorriendo las ciudades de La Serena, Copiapó, Antofagasta, Calama, Iquique, Pisagua y Arica. El saldo de muertos fue de 71 personas. El regreso definitivo a Santiago tuvo lugar el 22 de octubre de ese año.[2]
Los militares ejecutaron a prisioneros políticos con especial brutalidad. En varias ocasiones los hirieron con corvos antes de fusilarlos.[8] Posteriormente las víctimas eran enterradas en tumbas sin inscripción.
Años más tarde, cuando se preguntó al exgeneral Joaquín Lagos Osorio —comandante de la Primera División del Ejército y jefe de zona en estado de sitio en Antofagasta— por qué no se habían entregado los cuerpos de los ejecutados a sus familias, Lagos explicó que le avergonzaba que se descubriera la manera en como los oficiales asesinaron a los catorce prisioneros de Antofagasta.[8]
Me daba vergüenza verlos. Si estaban hechos pedazos. De manera que yo quería armarlos, por lo menos dejarlos en una forma humana. Sí, les sacaban los ojos con cuchillos, les quebraban las mandíbulas, les quebraban las piernas... Al final les daban el golpe de gracia. Se ensañaron. [...] Se los mataba de modo que murieran lentamente. O sea, a veces los fusilaban por partes. Primero, las piernas; después, los órganos sexuales; después, el corazón. En ese orden disparaban las ametralladoras.Joaquín Lagos.[9]
En el año 1998, el juez español Baltasar Garzón, basándose en las querellas presentadas por Victoria Saavedra y las Mujeres de Calama, entre otras, dentro del caso Caravana de la Muerte investigado por el juez chileno Juan Guzmán Tapia, ordenó la detención de Augusto Pinochet en Londres, bajo los cargos de secuestro y homicidio calificado.
En junio de 1999, el juez Guzmán ordenó la detención y procesamiento de cinco oficiales militares retirados —el general Sergio Arellano Stark, el brigadier Pedro Espinoza, los coroneles Marcelo Morén Brito y Sergio Arredondo, y el capitán Patricio Díaz Araneda— por el delito de secuestro calificado de 19 personas en el marco de la Caravana de la Muerte.[10][11] El procesamiento fue confirmado un mes después por la Corte Suprema de Chile, que en un histórico fallo acogió la interpretación del secuestro como un delito permanente e imprescriptible, y por lo tanto no sujeto a la ley de amnistía de 1978 mientras no aparezcan los restos de los desaparecidos.[12]
En marzo de 2006, el juez Víctor Montiglio ordenó el arresto de trece exoficiales del Ejército por su participación en los asesinatos bajo cargos de homicidio. El 17 de julio de 2006, la Corte Suprema de Chile despojó de su fuero como expresidente a Pinochet por su implicación en el caso, revirtiendo una resolución anterior.[13] Finalmente, el 28 de noviembre de 2006, el juez Víctor Montiglio procesó a Augusto Pinochet por el caso y ordenó su arresto domiciliario.[14]
En noviembre de 2018, el juez Mario Carroza acreditó que el excomandante en jefe del Ejército Juan Emilio Cheyre fue encubridor de quince homicidios perpetrados por la comitiva liderada por Arellano Stark en su paso la ciudad de La Serena. Cheyre fue condenado a tres años y un día de libertad vigilada en calidad de encubridor.[15]