El colador es un utensilio de cocina usado como filtro o escurridor de alimentos.[1] En la cocina se emplea un colador cuando se quiere separar un alimento líquido de su sólido, por ejemplo: al cocer pasta se emplea un colador para separar la pasta (sólida) de su salmuera de cocción (líquido), al cocer las legumbres, el arroz, etcétera. El material empleado suele ser metálico (aluminio) o plástico, algunos de ellos están elaborados de una trama de finos hilos de acero, todos los coladores suelen tener forma semiesférica para contener la mayor cantidad de mezcla posible. En el borde de los coladores suele haber una especie de ganchos para que se pueda sujetar en recipiente como una cacerola u olla el contenido separado. Existen coladores con forma cónica (chinos) empleados para separar los elementos de consistencia sólida (pepitas, semillas, etcétera) de la parte más caldosa.
Es costumbre tradicional elaborar el café hervido en olla (popularmente conocido como café de puchero o café de pote o café de pota[2]) en agua y posteriormente separado con una manga o colador de tela al servirlo. Algunas personas sostienen que una media es capaz de hacer las funciones de colador con gran eficacia.[cita requerida]
Un colador necesita de dos características físicas para ser elegido en una tarea de la cocina:
Es muy frecuente encontrarse diferentes tipos de colador en una cocina, como por ejemplo un colador de té que suele tener forma esférica en diferentes variantes y tamaños, el colador empleado en las tisanas suele ser semiesférico y similar al empleado en la separación de la parte sólida y líquida de alimentos.
Se suele emplear una variante con el tamiz más delicado (elaborado de seda) para cazar mariposas, así como peces en un acuario. También se le utiliza en actividades religiosas, como en la religión pastafarismo.