El deísmo[1][2] (de la palabra latinadeus, que significa "dios")[3][4], es la postura filosófica y teológicaracionalista[5] que por lo general rechaza la revelación como fuente del conocimiento divino, y sostiene que la razón empírica y la observación del mundo natural son exclusivamente lógicas, confiables y suficientes para determinar la existencia de una deidad suprema como el creador del Universo.[3][5][6][7][8][9] El deísmo también se define como la creencia en la existencia de Dios basándose solo en el pensamiento racional, sin apoyarse en argumentos de religiones reveladas o autoridad religiosa.[3][5][6][7][8] El deísmo enfatiza el concepto de teología natural, es decir que la existencia de Dios se revela a través de la naturaleza.[3][5][6][7][9]
En general, un deísta es aquella persona que asegura la existencia de por lo menos una divinidad, pero no necesariamente practica una religión y niega la intervención divina en el mundo.[10] En este caso, quienes siguen el deísmo creen en una deidad creadora pero que no se involucra en ámbito alguno.[11]
Hay una variante del deísmo de la voz latina Deus otiosus ("dios inactivo"). Este concepto es empleado para describir la creencia en un dios creador pero que en algún momento se retira y deja de involucrarse en su creación, lo que constituye un principio central para el deísmo. Está difundido ampliamente en África, Melanesia y América del Sur.[12]
Porcentaje de personas que se encontraba de acuerdo con la siguiente afirmación: "Creo en un poder o espíritu superior, pero no en Dios tal y como se describe en las Sagradas Escrituras."
El deísmo como tal aparece en Europa durante el siglo XVII, junto con la revolución científica copernicana. Surgido como derivación de las disputas teológicas de la Reforma, fue acusado de ser una postura "atea" por sus adversarios ya que ponía en duda incluso los dogmas aceptados por las distintas confesiones religiosas de la época. Ejerció su mayor influencia, sin embargo, en el siglo siguiente como la postura predominante entre los filósofos de la Ilustración.[39]
El pensamiento de tipo deísta puede encontrarse en diversas culturas alrededor del mundo, a menudo expresado en la noción que los antropólogos llaman deus otiosus.[40] No obstante, el deísmo como pensamiento sistemático hunde sus raíces en la filosofía clásica, si bien en esta no existe tal movimiento. La puesta en cuestión de los mitos y los cultos tradicionales permitió a los primeros filósofos griegos concebir la existencia de una divinidad inefable y oculta, así como, en algunos casos negar que tuviera intervención en los asuntos humanos. Así Heráclito menciona al Logos como el fundamento del cosmos y Platón habla de un dios supremo, alejado del mundo de las apariencias, en el cual actúa el Demiurgo como su agente. La concepción más cercana al deísmo, sin serlo, fue la de Epicuro quien sostenía la posibilidad de conocer a los dioses por medio de la razón y que estos moraban en un mundo ultraterreno sin cuidarse de la humanidad o incluso de la Naturaleza. Esta postura fue compartida por sus seguidores, notablemente por Lucrecio, pero nunca alcanzó a convertirse en una teología y ciertamente fue rechazada por la mayor parte de los pensadores grecorromanos.
El Renacimiento, con su interés en los autores clásicos, así como el Humanismo y la Reforma pusieron en duda la creencia aceptada en una fe revelada cuya custodia se había confiado a la Iglesia. Al mismo tiempo, los viajes de descubrimiento mostraban a los viajeros europeos sociedades muy diferentes a las propias, e incluso a la que era considerada como paradigma de la "diferencia", la islámica.
Uno de los principales postulados de esta posición está basado en la consolidación de que Dios existe y creó el universo físico, pero no interfiere con él (postulado que incluye a la evolución teísta). Este postulado se relaciona y origina con una filosofía y movimiento religioso que deriva la existencia y naturaleza de Dios mediante la razón. Por ello no toma posición sobre lo que hace Dios fuera del universo, en contraste con el fideísmo (a diferencia de la fe) que se encuentra en muchas enseñanzas del cristianismo,[43] islamismo y el judaísmo que sostienen que la religión depende de la revelación de las sagradas escrituras o del testimonio de otras personas sin usar el intelecto racional sino lo que sería una "fe ciega".
Los deístas típicamente también tienden a rechazar los acontecimientos sobrenaturales (milagros, profecías, etc.) y las interpretaciones de los libros religiosos. Por ello, a menudo utilizan la analogía de las divinidades como reloj, o la idea de un Dios cósmico. Lo que para las religiones organizadas son revelaciones divinas y libros sagrados, la mayoría de deístas entiende como interpretaciones deducidas por otros seres humanos, más que como fuentes autorizadas, pero podrían aceptarlas como inspiración espiritual, recibidas en una búsqueda personal. Los deístas aseguran que el mayor don divino a la humanidad no es la religión, sino «la capacidad de razonar».
Los deístas, en general, rechazan la religión organizada y los dioses personales «revelados», argumentando que las divinidades no intervienen de forma alguna en los quehaceres del mundo. Para ellos, se revelan a sí mismos indirectamente a través de las leyes de la naturaleza descritas por las ciencias naturales.
Para afirmar el uso de la razón en la religión, el deísmo permite utilizar en mayor o menor medida el argumento científico, el argumento teológico y otros aspectos de la llamada «religión natural».
Las corrientes filosóficas deístas tienen una concepción cosmológica de un Dios o más, este creó el Universo que es una manifestación de sí mismo. El Universo sería el gran reloj cuyo funcionamiento se ajusta a unas leyes establecidas, donde determinados acontecimientos se desarrollan en función a su propia naturaleza, pero no pueden ser alterados por sus creadores.
Los deístas aceptan la existencia de Dios, pero se encuentran fuertemente insatisfechos o no concuerdan con todos los postulados de las religiones y cuestionan constantemente sus principales afirmaciones.
Se considera que el deísta:
Asegura la existencia de un dios, pero no acepta los credos de ninguna religión particular.
Considera que un dios creó las leyes de la naturaleza, pero no acepta que esté representado total o parcialmente en libros o escritos sagrados.
Usa la razón para reflexionar acerca de cómo puede ser la naturaleza de ese dios, en lugar de aceptar que lo adoctrinen sobre él.
Prefiere guiar sus opciones éticas a través de su conciencia y reflexión racional, en lugar de adecuarlas a lo dictado en libros sagrados o autoridades religiosas.
Disfruta de la libertad de buscar la espiritualidad por sí mismo, y su vida espiritual no se ha formado por la tradición o la autoridad religiosa.
Prefiere considerarse racional antes que religioso o ateo.
Considera que hay creencias básicas que son muy racionales tras eliminar lo que pueda haber de superstición.
↑ abcBristow, William (Fall 2017). «Religion and the Enlightenment: Deism». En Zalta, Edward N., ed. Stanford Encyclopedia of Philosophy. The Metaphysics Research Lab, Center for the Study of Language and Information, Stanford University. ISSN1095-5054. OCLC643092515. Archivado desde el original el 11 de diciembre de 2017. Consultado el 3 de agosto de 2021. «El deísmo es la forma de religión más asociada a la Ilustración. Según el deísmo, podemos saber por la luz natural de la razón que el universo ha sido creado y gobernado por una inteligencia suprema; sin embargo, aunque este ser supremo tiene un plan para la creación desde el principio, el ser no interfiere en la creación; el deísta suele rechazar los milagros y la confianza en la revelación especial como fuente de doctrina y creencia religiosa, en favor de la luz natural de la razón. Así, un deísta típicamente rechaza la divinidad de Cristo, como repugnante a la razón; el deísta típicamente degrada la figura de Jesús de agente de redención milagrosa a maestro moral extraordinario. El deísmo es la forma de religión que se ajusta a los nuevos descubrimientos de la ciencia natural, según los cuales el cosmos muestra un intrincado orden maquinal; los deístas suponen que es necesaria la suposición de Dios como fuente o autor de este orden. Aunque él mismo no era deísta, Isaac Newton proporciona combustible para el deísmo con su argumento en su Opticks (1704) de que debemos inferir del orden y la belleza del mundo la existencia de un ser supremo inteligente como causa de este orden y belleza. Samuel Clarke, tal vez el más importante defensor y popularizador de la filosofía newtoniana a principios del siglo XVIII, aporta algunos de los argumentos más desarrollados a favor de la posición de que el correcto ejercicio de la razón humana sin ayuda conduce inevitablemente a la creencia bien fundamentada en Dios. Sostiene que el sistema físico newtoniano implica la existencia de una causa trascendente, el Dios creador. En su primera serie de conferencias de Boyle, A Demonstration of the Being and Attributes of God (1705), Clarke presenta el argumento metafísico o "a priori" de la existencia de Dios. Este argumento concluye, a partir del principio racionalista de que todo lo que existe debe tener una razón o causa suficiente de su existencia, la existencia de un ser trascendente y necesario que se erige como causa de la cadena de causas y efectos naturales.»
↑ abcManuel, Frank Edward; Pailin, David A.; Mapson, K.; Stefon, Matt (13 de marzo de 2020) [26 July 1999]. «Deism». Encyclopædia Britannica. Edinburgh: Encyclopædia Britannica, Inc. Archivado desde el original el 9 de junio de 2021. Consultado el 3 de agosto de 2021. «El deísmo, una actitud religiosa poco ortodoxa que encontró expresión entre un grupo de escritores ingleses que comenzó con Edward Herbert (más tarde 1er barón Herbert de Cherbury) en la primera mitad del siglo XVII y terminó con Henry St. John, 1er vizconde Bolingbroke, a mediados del siglo XVIII. Estos escritores inspiraron posteriormente una actitud religiosa similar en Europa durante la segunda mitad del siglo XVIII y en los Estados Unidos de América coloniales a finales del siglo XVIII y principios del XIX. En general, el deísmo se refiere a lo que puede llamarse religión natural, la aceptación de un cierto cuerpo de conocimiento religioso que es innato en cada persona o que puede ser adquirido por el uso de la razón y el rechazo del conocimiento religioso cuando se adquiere a través de la revelación o de la enseñanza de cualquier iglesia.»
↑ abKohler, Kaufmann; Hirsch, Emil G. (1906). «Deism». Jewish Encyclopedia. Kopelman Foundation. Archivado desde el original el 15 de enero de 2013. Consultado el 3 de agosto de 2021. «Un sistema de creencias que postula la existencia de Dios como causa de todas las cosas, y admite su perfección, pero rechaza la revelación y el gobierno divinos, proclamando la suficiencia total de las leyes naturales. Los socinianos, al oponerse a la doctrina de la Trinidad, fueron designados como deístas [...]. En los siglos XVII y XVIII deísmo se convirtió en sinónimo de "religión natural", y deísta en "librepensador". Inglaterra y Francia han sido sucesivamente los baluartes del deísmo. Lord Herbert de Cherbury, el "padre del deísmo" en Inglaterra, asume ciertas "ideas innatas", que establecen cinco verdades religiosas: (1) que Dios existe; (2) que es deber del hombre adorarle; (3) que la adoración consiste en la virtud y la piedad; (4) que el hombre debe arrepentirse del pecado y abandonar sus malos caminos; (5) que la retribución divina, ya sea en esta o en la otra vida, es segura. Sostiene que todas las religiones positivas son interpretaciones alegóricas y poéticas de la naturaleza o imposiciones deliberadamente organizadas de los sacerdotes.»
↑ abGomes, Alan W. (2012) [2011]. «Deism». The Encyclopedia of Christian Civilization. Chichester, West Sussex: Wiley-Blackwell. ISBN9781405157629. doi:10.1002/9780470670606.wbecc0408. «El deísmo es un enfoque racionalista y crítico del teísmo que hace hincapié en la teología natural. Los deístas intentaron reducir la religión a lo que consideraban sus elementos más fundamentales y racionalmente justificables. El deísmo no es, estrictamente hablando, la enseñanza de que Dios dio cuerda al mundo como un reloj y lo dejó funcionar por sí mismo, aunque esa enseñanza fue adoptada por algunos dentro del movimiento.»
↑Julián Pérez Porto y Ana Gardey, «Deísmo», Definición de, 2012.
↑Eliade, Mircea (1978). Eliade, Mircea. (1978). A History of Religious Ideas: From the Stone Age to the Eleusinian Mysteries(en inglés). Chicago: The University of Chicago Press. p. 57.
↑Willey, Basil (1940). «1». The Eighteenth Century Background: Studies on the Idea of Nature in the Thought of the Period(en inglés).