La emigración consiste en dejar el país o lugar de origen para establecerse en otro país, especialmente por causas económicas o sociales. Forma parte del concepto más amplio de las migraciones de población, las cuales abarcan tanto la emigración (salida de personas de un país para establecerse en otro país) como la inmigración (personas llegadas de otras partes). Podría decirse que la emigración termina donde comienza la inmigración. Los países que registran más inmigración en la actualidad son los pertenecientes al denominado Primer Mundo o países desarrollados, aunque en épocas anteriores, fueron las personas del Primer Mundo quienes emigraron a países del Tercer Mundo buscando una mejor calidad de vida, debido al conflicto y pobreza en la que estaban esos países y mucho antes, los africanos y asiáticos que durante siglos y hasta miles de años, buscaron nuevos lugares de otros continentes donde establecerse.
La emigración ha existido siempre a lo largo de la historia de la humanidad. Cada vez que un grupo humano, bien por razones climáticas, bien por factores económicos, políticos o sociales, se ha visto en la necesidad de trasladarse de su lugar de origen para afincarse en uno nuevo, está produciéndose una emigración.
La emigración es un fenómeno social en el cual un grupo de personas se siente motivado a moverse hacia un nuevo lugar (país, región o ciudad), en busca de una vida mejor y de mayores posibilidades de desarrollo a nivel personal, familiar o profesional, así como económico y social.
Las emigraciones pueden ocurrir dentro de un mismo país, al desplazarnos de una ciudad a otra o de una región a otra, o entre distintos países e, incluso, continentes. Por lo general, los destinos elegidos para la emigración suelen ser lugares con mejores condiciones de vida.
Asimismo, es de destacar que la emigración también puede darse en animales y plantas que emigran impulsados por otro tipo de factores, como el cambio de estación, la disponibilidad de alimento, o para la reproducción.
Casi toda la historia de la humanidad es la historia de las emigraciones. Suponiendo que el Homo erectus haya aparecido en África, el resto de la población mundial es descendiente de emigrantes.
Las emigraciones masivas recientes reflejan uno de los problemas más graves que enfrenta hoy la humanidad y que se refiere a la desigualdad de la población desde épocas muy antiguas desde los puntos de vista indicados. Como señaló el geógrafo francés Pierre George en su obra Geografía de la Población: La fuente de desigualdad más inevitable (ineluctable en el original) entre los hombres es su lugar de nacimiento ([1]).
Las religiones suelen dar una explicación de muchos movimientos generales de población de un lugar a otro. Por ejemplo, la tradición judeocristiana nos habla en los primeros libros del Pentateuco (los 5 libros del Antiguo Testamento) de la expulsión de Adán y Eva del Paraíso Terrenal (en el Génesis), lo que podría considerarse como la primera emigración en la historia de la humanidad, y también hace referencia a la Huida de Egipto del pueblo judío en el Éxodo que, dirigida por Moisés, emigró en busca de la Tierra Prometida.
En la Edad Antigua se realizaron muchas emigraciones masivas por razones religiosas o por guerras entre pueblos de religión y/o cultura diferentes.
Y en la Edad Moderna, muchas de las emigraciones más o menos masivas obedecieron a expulsiones por motivos religiosos, como la expulsión de los judíos sefarditas y de los moriscos en el reino de España.
Por su parte, la religión musulmana comienza con la Hégira o huida de Mahoma el año 622 de nuestra Era (precisamente, la palabra Hégira en árabe significa emigración en español). Y la expansión musulmana se debió, fundamentalmente, a la prédica de la Guerra Santa por parte de los sultanes musulmanes, involucrando esta expansión a millones de personas en Asia, África y Europa.
Muchos fenómenos históricos están estrechamente ligados con la emigración:
El ejemplo de la ciudad de Petra es emblemático en este sentido. En esta ciudad, que llegó a tener una importancia considerable en la Edad Antigua (siglos VII a. C. a siglo VIII d. C.), se fueron agotando los manantiales que surtían sus necesidades de agua potable (el torrente o rambla del Siq), sufrió varios terremotos y la ciudad se convirtió en una población fantasma, proceso que se vio acelerado por la decadencia de la ruta comercial en la que Petra constituía una escala obligada. Así, la población de Petra fue redescubierta mucho después, en 1812.
En Venezuela, la población originalmente establecida en la ciudad de Trujillo tuvo que abandonarla en varias ocasiones y emigrar a otros sitios próximos durante el siglo XVI, por causa de los terremotos que ocurrieron entonces, hasta el punto de que se le llegó a denominar la Ciudad Portátil antes de establecerse en el sitio actual.
En los Estados Unidos, la Conquista del Oeste dio origen a una emigración creciente tanto de la población de la costa atlántica como de inmigrantes llegados del continente europeo (Irlanda, Alemania, Suecia, etc.). Y en una fecha posterior después de la guerra de Secesión, la emigración interna de los estados del sur hacia el Norte buscando mejores fuentes de trabajo durante la primera mitad del siglo XX, se invirtió durante la segunda mitad del mismo, buscando un mejor clima, fenómeno que ha sido descrito como la atracción del cinturón del Sol, desde California hasta Florida. Y en Europa se ha visto recientemente una emigración de los países centrales y nórdicos hacia los países meridionales, especialmente en lo que se refiere a personas jubiladas que buscan también un mejor clima.
El Día Mundial del Emigrante se celebra el 18 de diciembre.
Un Estado es una institución jurídico administrativa que ejerce la soberanía en un territorio determinado, mientras que una nación es una comunidad de personas que se identifican en torno a unos valores comunes de tipo cultural, histórico y, más que todo, a un sentido de pertenencia a un país determinado, teniendo este último concepto, un sentido amplio, en parte desligado del concepto de Estado. Es por ello que existen estados nacionales en los que los territorios del Estado y de la nación son los mismos, estados multinacionales en los que la soberanía del Estado se ejerce sobre territorios en los que coexisten distintas naciones o nacionalidades y, por último, naciones divididas en varios estados, como eran antes Yugoslavia y la Unión Soviética o como lo son ahora los dos estados coreanos: Corea del Norte y del Sur o como los dos estados chinos (China y Taiwán).
De estos conceptos surge la idea de que se emigra de un Estado pero la nación se lleva a cuestas y forma parte del bagaje que acompaña al emigrante; bagaje que va disminuyendo o transformándose con el tiempo, especialmente si se emigra a un país más desarrollado y se consigue un nivel de vida superior al que se tenía en la patria original. Cuando el emigrante se convierte en exiliado, no suele aceptar de buena gana su condición porque se trata de una emigración forzada y no voluntaria.