La estirge es un ser volador de la mitología clásica que succiona la sangre para poder sobrevivir. Proviene esta palabra del griego antiguo στρίγξ (strígx), vía el latín striges, ya empleado por Ovidio en sus Fastos.[1] Este ser tiene forma de pájaro con alas parecidas a las de un murciélago y los ojos amarillos, cuatro patas con las que se agarra a sus víctimas y un pico alargado con el que succiona la sangre.[2]
Dice la leyenda que, a no ser que se mate a la estirge, cuando ataca es casi imposible que se despegue del cuerpo de su víctima hasta que termine de succionarle la sangre, y quienes son atacados por ella mueren rápidamente. Las estirges tienen muy buena vista y un buen olfato, por eso les es fácil detectar gente a la que atacar.
Cuando termina con su víctima, la estirge duerme durante días con un sueño muy profundo; este momento lo aprovechan los cazadores para atacarlas.[3]
• Carlos Linneo usó la versión griega de la palabra estirge para agrupar las lechuzas en el género Strix.
• En 2020, Synspective lanzó el satélite StriX-α, cuyo nombre se origina en la versión griega de estirge.[4]
When I got on the coach, the driver had not taken his seat, and I saw him talking to the landlady.
They were evidently talking of me, for every now and then they looked at me, and some of the people who were sitting on the bench outside the door came and listened, and then looked at me, most of them pityingly. I could hear a lot of words often repeated, queer words, for there were many nationalities in the crowd, so I quietly got my polyglot dictionary from my bag and looked them out.
I must say they were not cheering to me, for amongst them were "Ordog"--Satan, "Pokol"--hell, "stregoica"--witch, "vrolok" and "vlkoslak"--both mean the same thing, one being Slovak and the other Servian for something that is either werewolf or vampire. (Mem.,I must ask the Count about these superstitions.)
Cuando subí al carruaje, el conductor no había tomado asiento, y advertí que estaba hablando con la hospedera.
Estaba claro que hablaban de mí, ya que me miraban una y otra vez, y algunas de las personas que estaban sentadas en el banco que había en el exterior de la posada se acercaban a escuchar, y después me miraban, en su mayoría con gesto de conmiseración. Alcancé a distinguir muchas palabras repetidas con frecuencia, palabras que en principio resultaban extrañas, ya que había reunida gente de muchas nacionalidades, así que saqué con discreción de mi valija el diccionario multilingüe y comencé a buscarlas en él.
He de decir que tales expresiones no me resultaban muy alentadoras, pues entre ellas estaban «Ordog» («Satanás»), «Pokol» («Infierno»), «stregoica» («bruja»), «vrolok» y «vlkoslak», palabras estas últimas que son una eslovaca y la otra serbia y que significan ambas una misma cosa: un ser que puede ser un hombre lobo o un vampiro.
(Recordatorio: He de consultar al Conde acerca de estas supersticiones).
Algo parecido a «espíritu maligno» significa la palabra rumana «strigoi», y la italiana «strega» significa «bruja».
Cf. Coruja, Strigiformes, Strigidae y Strix.