Europa (en griego antiguo, Εὐρώπη, Eurṓpē), en la mitología griega, era una princesa fenicia de origen argivo, secuestrada por Zeus, de cuyo nombre deriva el del continente europeo.
El mito relata que fue raptada por Zeus transformado en un toro blanco, quien la llevó a Creta sobre sus lomos. Este relato fue racionalizado por Heródoto, quien indica que fue secuestrada por marinos cretenses, quienes la llevaron a su patria. Las referencias más antiguas de este mito son un texto de la Ilíada y un fragmento del Catálogo de mujeres de Hesíodo.
Prendado de Europa, Zeus se transformó en un toro blanco y se mezcló con las reses que tenía el padre de la muchacha. Mientras Europa y su séquito recogían flores cerca de la playa, ella vio al toro y acarició sus costados y, al notar que era manso, se montó en él. Zeus aprovechó esa oportunidad: corrió al mar y nadó hasta la isla de Creta llevando a Europa en el lomo. Ya en Creta, Zeus reveló su auténtica identidad y Europa se convirtió en la primera reina de la isla.
Zeus dio a Europa un collar hecho por Hefesto y otros tres regalos: Talos (un autómata de bronce), Lélape (un perro que nunca soltaba a su presa) y una jabalina que nunca erraba. Más tarde Zeus recreó la forma del toro blanco en las estrellas que actualmente se conocen como la constelación Tauro. Algunas leyendas cuentan que ese toro es el mismo con el que se topó Heracles y el mismo que engendró al Minotauro.[1] Otros dicen que el autor del rapto de Europa fue Tauro, un rey de Creta.[2]
En las fuentes más antiguas se nos dice que Europa era hija de Fénix o Fénice, epónimo de Fenicia, y que la propia Europa provenía de tierras fenicias.[3][4] La consorte de Fénix y madre de Europa era Telefasa[5] o Perimede. En esta última versión la hermana de Europa fue Astipalea.[6]
En las versiones tardías, que acaso fueron las más conocidas, se dicen que Europa era hija de Agénor, siendo su madre Telefasa[7] o Argíope.[8] Según esta filiación, Europa tenía tres hermanos: Fénix, Cadmo, quien llevó el alfabeto al continente griego, y Cílix, que dio nombre a la región de Cilicia (actual Armenia).[7]
Tras llegar a Creta, Europa tuvo tres hijos engendrados por Zeus: Minos, Radamantis y Sarpedón. Asterio, rey de Creta, se casó con ella y adoptó a sus hijos.[9] Otra fuente dice que de la unión entre Zeus y Europa nació el adivino Carno[10] y una hija, Alagonia, epónima del pueblo de Alagonia.[11] Algunos dicen que Éaco también era hijo de Zeus y Europa.[12] Y otros que Minos era hijo de Tauro y Europa.[13][13]
El poeta Ovidio escribió la siguiente descripción de la seducción de Europa por parte de Zeus:
Y poco a poco, el miedo quitado, ora sus pechos le presta
para que con su virgínea mano lo palpe, ora los cuernos, para que guirnaldas
los impidan nuevas. Se atrevió también la regia virgen,
ignorante de a quién montaba, en la espalda sentarse del toro:
cuando el dios, de la tierra y del seco litoral, insensiblemente,
las falsas plantas de sus pies a lo primero pone en las ondas;
de allí se va más lejos, y por las superficies de mitad del ponto
se lleva su botín. Se asusta ella y, arrancada a su litoral abandonado,
vuelve a él sus ojos, y con la diestra un cuerno tiene, la otra al dorso
impuesta está; trémulas ondulan con la brisa sus ropas.[14]
Los pintorescos detalles pertenecen a la anécdota y la fábula: en todas las representaciones, ya sea montando el toro a horcajadas, como en las pinturas de vasijas arcaicas o en el destrozado fragmento de metopa de Sición, o graciosamente sentada de lado en un mosaico del norte de África, Europa no muestra el menor miedo. Con frecuencia Europa se apacigua a sí misma tocando uno de los cuernos del toro, condescendiente.
Según Heródoto, Europa fue secuestrada por los cretenses, quienes buscaban vengar el secuestro de Ío, una princesa de Argos.[15] Esta variante de la historia es un intento de racionalizar el mito.
Este mito mantendría el recuerdo de los saqueos llevados a cabo por los dorios en las costas de Fenicia que podrían ir acompañados del rapto de mujeres en la Grecia prehelénica[16].
Para Françoise Gange, el rapto y la violación de Europa marcarían el paso de la era de la Diosa Madre a la de un patriarcado todopoderoso[17].
Algunas referencias a Europa en las artes plásticas:
El nombre Europa ha sido relacionado con euros (εὖρος, ‘ancho', 'amplio’) y ops (ὤψ, ‘ojo', 'rostro'), es decir, la del rostro amplio, un epíteto construido de manera similar al de Atenea; glaukopis (γλαυκώπις, ‘la de los ojos brillantes’). 'Ancho' es un atributo utilizado para designar a la Tierra.
Ernest Klein (lingüista y rabino canadiense-rumano nacido en Hungría) y Giovanni Semerano (filólogo italiano) sugirieron en 1966 una etimología alternativa, por medio de la raíz semítica ʿ-R-B, que aparece en el acadio erebu (literalmente 'caer', en relación con el sol) y en el fenicio ereb ('crepúsculo' y, por extensión, 'oeste').[18] La semejanza con Érebo sería una mera coincidencia.[19] [20]
Más arriba se ha dicho que el nombre de Europa significa ‘ojos amplios’, sin embargo otra posible etimología lo haría derivar de la raíz semítica ʔrb, que significa ‘ponerse el sol, occidente’ (irib en asirio, ereb en arameo), habiéndose propuesto la forma *ʔurūbā como la denominación original de las “tierras occidentales”.[21] Desde una perspectiva asiática o medio-oriental, efectivamente el sol se pone en Europa, la tierra al oeste. Aun cuando esta sea la etimología más aceptada en la actualidad, algunos investigadores como M. L. West han sostenido que «fonológicamente, la coincidencia entre el nombre de Europa y cualquiera de las formas semíticas del vocablo, es muy pobre»[22]).
El continente europeo recibe el nombre de «Europa» en todas las lenguas germánicas (salvo en inglés, idioma en el que se llama Europe, y en francés, en el que se pronuncia [øʀɔp]), en húngaro (Európa) y en todas las lenguas eslavas que usan el alfabeto latino, así como en griego y en latín. Su transliteración del ruso equivale a Evropa.
Su nombre apareció en sellos postales conmemorando la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), que fueron emitidos por primera vez en 1956. Junto con el toro blanco, aparece en las actuales monedas de 2 € griegas.
A partir de mayo de 2013 los billetes de euro llevan una imagen de Europa en la marca de agua y en el holograma. Esta imagen se ha inspirado en la representación de la princesa fenicia en una crátera griega del Museo del Louvre, que se presenta en un vídeo en el sitio oficial del BCE.[23]