Una figura decorativa[1] o figura ceremonial es una práctica de quien de iure (de derecho o de nombre) parece ostentar un título o cargo importante y a menudo supremamente poderoso, pero de facto (en realidad) ejerce poco o ningún poder real. Esto suele significar que es jefe de Estado, pero no jefe de Gobierno.
En un sentido peyorativo, la palabra también puede tener connotaciones más siniestras, y referirse a un líder poderoso, que debería estar ejerciendo plena autoridad, y que en realidad está siendo controlado por una figura más poderosa (poder detrás del trono).
Las figuras más comúnmente citadas incluyen al rey británico Carlos III,[2][3] que es el Rey de los reinos de la Commonwealth y cabeza de la Commonwealth, pero no tiene poder sobre las naciones en las que es el jefe de Estado y no ejerce el poder en sus propios reinos por iniciativa propia. Otras figuras son el emperador de Japón, el rey de Suecia o los presidentes de la mayoría de las repúblicas parlamentarias, como el presidente de India, el presidente de Israel, el presidente de Alemania y el presidente de la República Popular China (cuando no ocupa simultáneamente el cargo de Secretario General del Partido Comunista Chino y Presidente del Comité Militar Central).