Jalisco es un territorio fértil, con abundancia de lagos, bosques, playas y llanos. Los primeros humanos se establecieron en Jalisco, por lo menos, desde el siglo VIIIa. C. y practicaban la caza y la recolección. Se cuentan vestigios olmecas, nahuas, tarascos, chichimecas, bapanes, coras, huicholes, caxcanes y tepehuanes.[6] Los pueblos prehispánicos aportaron la base de la gastronomía jalisciense, como los tamales, el mole y el atole.[7] A la llegada de los españoles, ya habían domesticado al guajolote (pavo) y las colmenas de abejas (para hacer miel).[4]
Durante el siglo XIX, después de que México dejase de depender de la España metropolitana, comenzaron a llegar nuevas técnicas culinarias desde Europa (Francia e Italia principalmente),[1] fruto del comercio con estos países. La llegada de las tropas francesas durante la Segunda intervención francesa en México (1862-1867) trajo consigo productos franceses como el glaseado, la baguette, el suflé, el envinado, el relleno de almendras, múltiples postres o el tradicional ponche. En tiempos recientes, la gastronomía de Jalisco (y la del resto de México) se ha visto influenciada por la gastronomía de Estados Unidos, principalmente por la exportación de marcas que hace este país. Desde hace medio siglo ya es común encontrar Coca Cola, Pepsi o Seven Up en las tienditas de Jalisco.[8] Estas marcas son de origen gringo.
En la actualidad, una de las principales investigaciones culinarias en relación con la dieta prehispánica de Jalisco es llevada a cabo por la chef Maru Toledo, fundadora del proyecto Mujeres del Maíz. Este grupo de cocineras investigan desde 2011 sobre la cocina tradicional viva de Jalisco usando utensilios y espacios prehispánicos, y la dan a conocer en las comunidades locales, promoviendo la cultura local y el turismo gastronómico.[9][10]
Algunos alimentos importantes de la dieta jalisciense son:
El maíz, que es un alimento que se cultiva, cosecha y consume en todo el país. Sin embargo, gracias a su clima ideal y con 758.391 ha dedicadas, Jalisco es el principal productor de maíz de temporal en México.[11] Es además líder en la transformación de maíz (para obtener jarabe de maíz, etanol, almidón... el maíz tiene más de 4.000 derivados químicos y/o alimentarios), con 10 millones de toneladas (2015).[12] El municipio donde más se produce es La Barca.[11]
El maguey o agave, del cual se destilan el mezcal y el tequila, así como el aguamiel. Era una planta fundamental para los jaliscienses prehispánicos, pues también tiene multitud de usos más aparte del alimentario: para hacer cuerdas, mantas y medicinas entre otros.
La miel, de cuya producción Jalisco es el estado mexicano líder (2019).[13] Los pueblos prehispánicos de la región ya conocían las propiedades curativas de la miel para heridas, enfermedades digestivas y respiratorias. Actualmente se produce sobre todo en la Región sur y Los Altos, desde Amacueca, Sayula o Tecalitlán.[14] Se estima que Jalisco produce 5.815 toneladas anuales de oro dorado (2018).[15] No obstante, de la miel que Jalisco exporta al mercado nacional e internacional, mucha es miel adulterada, es decir mezclada con otros siropes para abaratar su precio.[16] Esto es debido principalmente a la falta de regulación estatal.
El bagre, la carpa y otros pescados, una forma común de cocinar el pescado en Jalisco es capeándolo. El denominado caviar de Chapala, huevas de carpa.
Mole, como el mole de huachal, el mole verde o el mole de arroz de Lagos de Moreno
Amilote, pescado que antaño se conseguía en el lago de Chapala, actualmente extinto. Se trata del mismo pescado blanco de la gastronomía michoacana (Chirostoma estor).
Morisqueta, sopa de arroz y frijoles de origen humilde. Es típico dejar ablandar el arroz más de lo normal, para que quede una textura gomosa.[27] Su origen se cree estar en Apatzingán.[28]
Pacholas o guadalupanas, que consiste básicamente en bistec de carne de res o cerdo empanizada. Originalmente se molían en un metate.[29] Se sirven bañadas en salsa y ensalada como guarnición.
Isla flotante, un postre de origen francés (îles flottantes), aunque no es exactamente igual. La versión francesa se elabora con merengue de huevo «flotando» en salsa de yema con vainilla. La versión mexicana es un panqué de vainilla que «flota» en salsa de leche y canela.
Cajeta de Sayula, hecha de leche bronca, esencia de vainilla y azúcar, revueltos en un cazo sin parar para que no se pegue,[36] ya que la cajeta es un líquido muy espeso, similar al dulce de leche.
Cajeta de membrillo hecha en Ixtlahuacán y el Valle de Guadalupe. El membrillo aquí también se consume en almíbar, en ate, asados o incluso crudo con sal, limón y chile.[37]
Los rollos de guayaba de Atenguillo y Mascota, hechos de guayaba, piloncillo, jugo de limón, azúcar, nuez molida y cajeta.[42]
Los tamales de pitaya, dulce típico de las comunidades indígenas del norte de Jalisco, además de Zacatecas, Nayarit y Durango, que se hacen de pulpa pura de Pitaya reducida en el fuego hasta obtener un dulce espeso, que luego se da forma de tamal y se envuelve en hojas de maíz.
La fruta de horno, galleta cubierta de azúcar y canela, tradicional de Huejuquilla.
Birotes, tipo de pan mexicano parecido al bolillo, no tan alargado como una baguette y más grueso. Su origen está, al parecer, en el panadero belga Camille Pirotte (de su apellido el nombre) que llegó a Guadalajara en 1864 durante la intervención francesa.[43] Los biroteros, un oficio tradicional tapatío, hicieron la petición en 2015 de proteger el birote bajo denominación de origen.[44]
Bolillo fleiman o fleyman, cuyo nombre se cree que procede de la marca de levaduras Fleischmann®.[45] Se caracteriza precisamente por su aroma a levadura, y es similar al bolillo
Pan de cuajada, elaborado con masa de maíz y cuajada, jocoque o queso rallado y aromatizado con canela. Se envuelve en hojas de maíz como un tamal, de hecho también se lo conoce como tamal de cuajada.[46]
Pan de chiquihuite o de Chagua, hecho de harina, azúcar y levadura, y originario de Colotlán, de los años 60.[47]
Contamales o gorditas de horno, también de la panadería de Colotlán
↑ abcAranda Ramos, Martha Beatriz; Lugardo Díaz, Berna Alejandra; Méndez López, Luis Daniel; Plácido Zamora, Farina Gissel. «Gastronomía típica del estado de Jalisco». Cultura gastronómica tiempo y espacio (Instituto Politécnico Nacional Escuela Superior de Turismo).
↑Castro, Elba; Núñez, Juan Carlos; René de Dios Corona, Sergio (2006). «Sabor que somos». Las Culturas Populares de JALISCO (Secretaría de Cultura (Gobierno del Estado de Jalisco)): 13. ISBN970-624-502-2. Consultado el 26 de diciembre de 2019.
↑Midori Hernández, A. (2016). «El fogón de las “Mujeres del Maíz”». Rev. Cultura Jalisco (Gobierno del Estado de Jalisco). Archivado desde el original el 13 de abril de 2021. Consultado el 13 de abril de 2021.
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Aranda Ramos, Martha Beatriz; Lugardo Díaz, Berna Alejandra; Méndez López, Luis Daniel; Plácido Zamora, Farina Gissel. «Gastronomía típica del estado de Jalisco». Cultura gastronómica tiempo y espacio (Instituto Politécnico Nacional Escuela Superior de Turismo).