La industria es una actividad cuyo propósito es transformar las materias primas en productos elaborados, semielaborados o super elaborados, utilizando una fuente de energía. Para su desarrollo la industria necesita materiales, maquinaria y recursos humanos organizados habitualmente en empresas por su especialización laboral. Existen diferentes clases de industrias en virtud del propósito ético fundacional de su actividad (ecológicas: fundamentos ecologistas) y tipos que la demarcan en ámbitos sectoriales según sean los productos que fabrican. Por ejemplo, la industria alimentaria se dedica a la elaboración de productos destinados a la alimentación, como el queso, los embutidos y las conservas, entre otros.
La Ingeniería de manufactura, o el proceso de fabricación, son los pasos a través de los cuales las materias primas se transforman en un producto final. El proceso de fabricación comienza con el diseño del producto, y la especificación de los materiales con los que se fabrica el producto. A continuación, estos materiales se modifican mediante procesos de fabricación para convertirse en la pieza requerida.
La fabricación moderna incluye todos los procesos intermedios necesarios en la producción e integración de los componentes de un producto. Algunas industrias, como la de semiconductores y la del acero, utilizan el término fabricación en su lugar.
El sector de la fabricación está estrechamente relacionado con la ingeniería y el diseño industrial. Algunos ejemplos de grandes fabricantes en Norteamérica son General Motors Corporation, General Electric, Procter & Gamble, AbbVie, Unilever, General Dynamics, Boeing, Pfizer, Precision Castparts y Fiat Chrysler Automobiles. En Europa, por ejemplo, Volkswagen Group, Siemens, BASF y Michelin. Los ejemplos en Asia incluyen Toyota, Yamaha, Panasonic, LG, Samsung, Godrej & Boyce y Tata Motors.
Desde el origen del ser humano, este ha tenido la necesidad de transformar los elementos de la naturaleza para poder aprovecharse de ellos, en sentido estricto ya existía la industria, pero a finales del siglo XVIII, y durante el siglo XIX,[1] el proceso de transformación de los recursos de la naturaleza sufre un cambio radical, que se conoce como revolución industrial.[2]
Este cambio se basa en la disminución del tiempo de trabajo necesario para transformar un recurso en un producto útil, gracias a la utilización de un modo de producción capitalista, que pretende la consecución de un beneficio económico aumentando los ingresos y disminuyendo los gastos. Con la revolución industrial el capitalismo adquiere una nueva dimensión, y la transformación de la naturaleza alcanza límites insospechados hasta entonces.
La industria fue el sector motor de la economía desde el siglo XIX y, hasta la Segunda Guerra Mundial, la industria era el sector económico que más aportaba al producto interior bruto (PIB), y el que más mano de obra ocupaba. Desde entonces, y con el aumento de la productividad por la mejora de las máquinas y el desarrollo de los servicios, ha pasado a un segundo término. Sin embargo, continúa siendo esencial, puesto que no puede haber servicios sin desarrollo industrial.[3]
El capital de inversión en Europa procede de la acumulación de riqueza en la agricultura. El capital agrícola se invertirá en la industria y en los medios de transporte necesarios para poner en el mercado los productos elaborados.
En principio los productos industriales aumentan la productividad de la tierra, con lo que se disminuye fuerza de trabajo para la industria y se obtienen productos agrícolas excedentarios para alimentar a una población creciente. La agricultura, pues, proporciona a la industria capitales, fuerza de trabajo y mercancías. Todo ello es una condición necesaria para el desarrollo de la revolución industrial.
Gracias a la revolución industrial las regiones se pueden especializar, sobre todo debido a la creación de medios de transporte eficaces, en un mercado nacional y otro mercado internacional, lo más libre posible de trabas arancelarias y burocráticas.
Una nueva estructura económica, y la destrucción de la sociedad tradicional, garantizaron la disponibilidad de suficiente fuerza de trabajo asalariada y voluntaria.
En los países del Tercer Mundo, y en algunos países de industrialización tardía, el capital lo proporciona la inversión extranjera, que monta las infraestructuras necesarias para extraer la riqueza y las plusvalías que genera la fuerza de trabajo; sin liberar de las tareas agrícolas a la mano de obra necesaria, sino solo a la imprescindible. En un principio hubo de recurrirse a la esclavitud para garantizar la mano de obra. Pero el cambio de la estructura económica, y la destrucción de la sociedad tradicional, garantizó la disponibilidad de suficientes capitales.
La fabricación en la Unión Soviética se basó en el colectivismo.
La industria fue el sector motor de la economía desde el XIX y, hasta la Segunda Guerra Mundial, la industria era el sector económico que más aportaba al producto interior bruto (PIB), y el que más mano de obra ocupaba. Desde entonces, y con el aumento de la productividad por la mejora de las máquinas y el desarrollo de los servicios, ha pasado a un segundo término. Aun así, continúa siendo esencial, puesto que no puede haber servicios sin desarrollo industrial.
El capital de inversión, en Europa, procede de la acumulación de riqueza en la agricultura. El capital agrícola se invertirá en la industria y en los medios de transporte necesarios para poner en el mercado de los productos elaborados.
En principio los productos industriales harán a aumentar la productividad de la tierra, con el que se podrá liberar fuerza de trabajo para la industria y se podrán obtener productos agrícolas excedentes para alimentar a una creciente población urbana, que no vive del campo. La agricultura, pues, proporciona a la industria capitales, bastante de trabajo y mercancías. Todo esto es una condición necesaria para el desarrollo de la revolución industrial.
En los países del "Tercer Mundo", y en algunos países de industrialización tardía, el capital lo proporciona la inversión extranjera, que monta las infraestructuras necesarias para extraer la riqueza y las plusvalías que genera la fuerza de trabajo; sin liberar de las tareas agrícolas a la mano de obra necesaria, sino sólo a la imprescindible. En un principio tuvo que recurrir a la esclavitud para garantizar la mano de obra. Pero el cambio de la estructura económica, y la destrucción de la sociedad tradicional, garantizó la disponibilidad de suficiente capitales.
La manufactura es la forma más elemental de la industria; la palabra significa "hacer a mano" pero en economía significa transformar la materia prima en un producto de utilidad concreta. Casi todo lo que usamos es un fruto de este proceso, y casi todo lo que es manufactura se elabora en grandes fábricas. Los artesanos también fabrican mercancías, bien sea solos o en pequeños grupos. Hay mercancías que necesitan fabricarse en varias etapas, por ejemplo los automóviles, que se construyen con piezas que se han hecho en otras, por lo general de otros países y del mismo. O está constituida por empresas desde muy pequeñas (tortillerías, panaderías y molinos, entre otras) hasta grandes conglomerados (armadoras de automóviles, embotelladoras de refrescos, empacadoras de alimentos, laboratorios farmacéuticos y fábricas de juguetes).
La industria se puede clasificar según la cantidad de bienes que usan para transformar los productos y según el tipo de resultado final.
La industria pesada está pensada para permitir funcionar otras industrias, puesto que se encarga de producir los materiales de base. Así, la minería, la industria siderúrgica o la petroquímica ayudan que las materias primas (cómo lo petróleo), sean accesibles para las fábricas (por ejemplo produciendo plástico).
La industria de bienes de equipo ayuda igualmente a otras industrias, pero haciendo máquinas y transportes para las mercancías. Dentro de este grupo se engloban las infraestructuras (como ferrocarril o el sector aeronáutico), las empresas de materiales de construcción o del automóvil, entre otros.
Finalmente la llamada industria ligera, que requiere menos inversión de materias primeras y energía, produce bienes destinados al mercado general. En esta clasificación se incluyen las industrias de alimentación, textil, informáticas, amuebles, etc. El tipo de producto final hace que se agrupen de una manera u otra.
Algunos de los principales sectores industriales son:
Ésta industria integra también la Industria agrícola, es decir avícola, apícola, vinícola, aceitera y láctica.
Las industrias se pueden clasificar de diferentes maneras, en referencia a diferentes parámetros. En este caso, hemos clasificado los tipos de industrias según los consumidores del producto que fabrican. Si seguimos este tipo de clasificación, obtenemos las siguientes industrias:
Las industrias de base, cogen las materias primas, y las manipulan hasta transformarlas en productos semielaborados. Después esta industria, venderá sus productos a industrias que transformen estos productos semielaborados, en productos finales. En este grupo destacan industrias de metal y de química pesando. Ejemplo: refinerías (química pesando). Éstas industrias también integra la industria extractiva, como la minería, pesquera, azucarera y carbonífera.
Las industrias de bienes de equipamiento trabajan con estos productos semielaborados, transformándolos en productos finales, que normalmente van destinados todavía a otra industria, porque son bienes que complementan a otros bienes, a pesar de que también pueden ir destinados directamente al consumidor, si se trata de un cliente que quiere una pieza específica de un vehículo por ejemplo, pero no quiere el vehículo entero. Aquí podemos encontrar las industrias de metal que fabrican máquinas y material de transporte.
Utilizan diferentes tipos de productos semielaborados y otros recursos que normalmente no son de grandes dimensiones, para producir bienes que van directamente al consumo de la población o al comercio otros países con el transporte. Es el tipo de industria que conocemos más bien, porque es de las que hay más, como por ejemplo, industrias de alimentación, de perfumería... Estas industrias, normalmente se sitúan cerca de los cascos urbanos o dónde hay más población, porque es donde hay los mercados y sus consumidores.
Diferentes industrias:
Las tecnologías emergentes han proporcionado un nuevo crecimiento de las oportunidades de empleo en la fabricación avanzada en el cinturón de la fabricación de los Estados Unidos. La industria manufacturera proporciona un importante apoyo material para la infraestructura nacional y para la defensa nacional.
Por otro lado, la mayor parte de la fabricación puede implicar importantes costes sociales y medioambientales. Los costes de limpieza de residuos peligrosos, por ejemplo, pueden superar los beneficios de un producto que los genera. Los materiales peligrosos pueden exponer a los trabajadores a riesgos para la salud. Estos costes son ya bien conocidos y se está tratando de abordarlos mejorando la eficiencia, reduciendo los residuos, utilizando la «simbiosis industrial» y eliminando los productos químicos nocivos.
Los costes negativos de la fabricación también pueden abordarse legalmente. Los países desarrollados regulan la actividad manufacturera con leyes laborales y política medioambiental|leyes medioambientales. En todo el mundo, los fabricantes pueden estar sujetos a regulaciones e impuestos sobre la contaminación para compensar el costes medioambientales de las actividades de fabricación. Los sindicatos y gremios artesanales han desempeñado un papel histórico en la negociación de los derechos y salarios de los trabajadores. Las leyes medioambientales y las protecciones laborales que están disponibles en las naciones desarrolladas pueden no estarlo en el tercer mundo. El derecho de daños y la responsabilidad por productos imponen costes adicionales a la fabricación. Estas son dinámicas significativas en el proceso en curso, que se ha producido en las últimas décadas, de deslocalización de las industrias manufactureras a las economías del "mundo en desarrollo", donde los costes de producción son significativamente más bajos que en las economías del "mundo desarrollado".
La industria manufacturera presenta desafíos únicos en materia de salud y seguridad y ha sido reconocida por el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH) como sector industrial prioritario en la Agenda Nacional de Investigación Ocupacional (NORA) para identificar y proporcionar estrategias de intervención en relación con los problemas de salud y seguridad en el trabajo.[5][6]
El patrimonio industrial, según el TICCIH (The International Committee For The Conservation Of The Industrial Heritage), se compone de los restos de la cultura industrial que poseen un valor histórico, tecnológico, social, arquitectónico o científico. Estos restos consisten en edificios y maquinaria, talleres, molinos y fábricas, minas y lugares para procesar y refinar, almacenes y depósitos, lugares donde se genera, se transmite y se usa energía, medios de transporte y toda su infraestructura, así como los lugares donde se desarrollan las actividades sociales relacionadas con la industria, tales como la vivienda, el culto religioso o la educación.[7]
El patrimonio industrial, por lo tanto, alcanza no sólo los inmuebles (fábricas, talleres, molinos ...) estructuras arquitectónicas y maquinaria de producción (naves, chimeneas, locomotoras ...), sino también las vías de transporte y comunicación por donde llegaban las materias primeras y se comercializaban los productos (puentes, ferrocarriles, estaciones,...), las residencias, centros asociativos (ateneos,...) y asistenciales de los trabajadores (hospitales, sanatorios ...), los servicios públicos (mercados, escuelas,...) y, en última instancia, los mismos paisajes modificados por la actividad extractiva e industrial.
Estos son los 50 primeros países por valor total de la producción manufacturera en dólares estadounidenses para su año anotado según el Banco Mundial:[8]
Clasificación | País/Región | Millones de $US | Año |
---|---|---|---|
Mundo | 13.809.122 | 2019 | |
1 | China | 3.896.345 | 2019 |
2 | Estados Unidos | 2.317.176 | 2018 |
3 | Japón | 1.027.967 | 2018 |
4 | Alemania | 747.731 | 2019 |
5 | Corea del Sur | 416.903 | 2019 |
6 | India | 394.531 | 2019 |
7 | Italia | 298.442 | 2019 |
8 | Francia | 266.634 | 2019 |
9 | Reino Unido | 243.114 | 2019 |
10 | Rusia | 222.544 | 2019 |
11 | Indonesia | 220.503 | 2019 |
12 | México | 217.852 | 2019 |
13 | Brasil | 173.668 | 2019 |
14 | España | 154.833 | 2019 |
15 | Canadá | 151.724 | 2016 |
16 | Turquía | 143.017 | 2019 |
17 | Tailandia | 137.544 | 2019 |
18 | Suiza | 131.718 | 2019 |
19 | Irlanda | 119.868 | 2019 |
20 | Polonia | 100.011 | 2019 |
21 | Países Bajos | 99.648 | 2019 |
22 | Arabia Saudita | 99.438 | 2019 |
23 | Australia | 78.657 | 2019 |
24 | Malasia | 78.279 | 2019 |
25 | Austria | 74.710 | 2019 |
26 | Singapur | 73.677 | 2019 |
27 | Filipinas | 69.568 | 2019 |
28 | Suecia | 69.262 | 2019 |
29 | Bélgica | 63.569 | 2019 |
30 | Venezuela | 58.236 | 2014 |
31 | Argentina | 57.726 | 2019 |
32 | Bangladés | 57.284 | 2019 |
33 | República Checa | 55.270 | 2019 |
34 | Irán | 53.417 | 2017 |
35 | Nigeria | 51.634 | 2019 |
36 | Egipto | 48.241 | 2019 |
37 | Puerto Rico | 47.834 | 2018 |
38 | Dinamarca | 45.507 | 2019 |
39 | Israel | 44.314 | 2018 |
40 | Vietnam | 43.172 | 2019 |
41 | Rumania | 42.453 | 2019 |
42 | Sudáfrica | 41.400 | 2019 |
43 | Argelia | 41.278 | 2019 |
44 | Finlandia | 38.670 | 2019 |
45 | Emiratos Árabes Unidos | 36.727 | 2019 |
46 | Colombia | 35.439 | 2019 |
47 | Pakistán | 34.658 | 2019 |
48 | Omán | 30.283 | 2018 |
49 | Hungría | 29.349 | 2019 |
50 | Perú | 28.733 | 2018 |