Magnate, del latín magnas y magnus 'grande' o gran hombre, designa un noble u otro hombre de una alta posición social, por el nacimiento, riqueza u otras cualidades. Desde el Bajo Imperio Romano y en los reinos germánicos que lo sucedieron en Occidente, magnate era una categoría social dentro de los honestiores equivalente a Senadores o Potentes, aplicable a los grandes terratenientes romanos y germanos.
El término fue especialmente aplicado a los miembros del Senado en el Reino de Hungría, llamado Főrendihaz o Casa de los Magnates.
También es una jerarquía dentro de la nobleza generalmente usada en Suecia, en el Reino de Polonia (más tarde en la Unión Polaco-Lituana), y en algunos otros reinos medievales.
En la Edad Media un obispo algunas veces poseía territorios como un magnate, recaudando el rendimiento de los feudos e impuestos de los campesinos.
En Polonia todos los miembros de la nobleza o la szlachta eran iguales ante la ley. "Magnate" (polaco: magnat) no era un título propiamente sino una posición social, basada en la riqueza. Los magnates (o alta nobleza) competían por poderes políticos con la pequeña y media nobleza así como con el Król (el Monarca) o, en dos casos (Eduviges I de Polonia y Ana Jagellón de Polonia), la monarca (el título 'Król', o bien 'rey', no se cambiaba según del género). A partir de la segunda mitad del siglo XVII, los magnates emergieron como los vencedores en la disputa por el poder en la Unión polaco-lituana, ya que consiguieron concentrar en sus manos la mayoría de las tierras y subordinar a la pequeña nobleza pero preservando la aparente democracia o "Libertad dorada" en los parlamentos, no apenas locales Sejmiks sino también en el Sejm nacional.
Existían diversos términos para "magnate" en Polonia:
Los títulos de cargos o dignidades oficiales, (no hereditarios), eran muy comunes en la Unión de Polonia y Lituania – como ser: Gran Canciller, Gran Hetmán, o bien Gran Panadero, Gran Copero, Portaestandarte Real, etc. - Por el contrario se prohibía el uso de títulos al estilo occidental, (como conde o barón), para preservar la "igualdad en la nobleza", (con pocas excepciones), correspondientes a los viejos títulos de Kniaz, preservados por la "Unión de Lublin" a algunos magnates lituanos y rutenos.
Los títulos de Príncipe, Conde y Barón sólo comenzarían a usarse, por regla general, luego de los Repartos de Polonia, ya prácticamente en el siglo XIX