La Maison du Roi (en francés, lit. "Casa del Rey") es el nombre que recibía en la Francia del Antiguo Régimen y luego de la Restauración el conjunto de servidores del soberano y su corte. Comprendía servidores de distinto rango y distinción (desde grandes señores a simples valets) y se dividía en tres áreas principales: eclesiástica, doméstica o civil y militar.
Cada miembro mayor de edad de la Familia Real tenía derecho a una casa propia (entendida como un conjunto de servidores), por lo tanto, en el Antiguo Régimen también existieron la Maison de la Reine o la Maison du Dauphin. Los hijos menores de edad del soberano eran atendidos por la Maison des Enfants de France (Casa de los hijos de Francia). Sin embargo, la Maison du Roi, por ser la de mayor envergadura, solía ocuparse de los asuntos comunes y de las grandes celebraciones cortesanas.
La Maison du Roi tiene su origen en el siglo XVI, siendo creada por el rey Enrique III en base al antiguo Hôtel du Roi medieval. El monarca siguió la tendencia, iniciada por su madre Catalina de Médici, de introducir un ceremonial más solemne de origen español en la corte francesa. Por ello, en 1578, 1582 y 1585 se publicaron tres reglamentos para organizar la nueva maison y sistematizar el ceremonial de la corte.[1]
Durante los reinados de Luis XIV y Luis XV, la organización, gastos y cargos de la Maison du Roi fueron aumentando progresivamente, de modo que, en 1780, bajo Luis XVI, se realizaron varias reformas destinadas sobre todo a aumentar la eficiencia y a reducir gastos y personal. Más tarde, en junio de 1791, el rey decretó la eliminación de los cargos y las survivances (ver más abajo), quedando los empleados de la corte como simples gagistes (asalariados). La institución desapareció en año siguiente con la caída de la monarquía.[2]
La Maison du Roi fue recreada en 1814 a raíz de la restauración de Luis XVIII en el trono francés, recuperando los cargos y parte de la estructura de antaño. Con la llegada de Luis Felipe I al trono francés en 1830, fue considerablemente reducida en tamaño y los cargos ceremoniales desaparecieron. La institución se extinguió definitivamente con la Revolución de 1848.
Con tal de obtener ciertos beneficios que paliaran los constantes gastos, la Casa del Rey ponía a la venta sus cargos, que a su vez podían ser revendidos por su titular. Se trataba pues de cargos veniales, que sin embargo debían retornar al monarca una vez falleciera el titular. Por ello, había la opción de adquirir una survivance, o sea, el derecho de nombrar a un sucesor para el cargo, que por lo general era un familiar o un hijo. Asimismo, los cargos también podían ser asegurados mediante un brevet d'assurance, que garantizaba al propietario un cantidad mínima por la venta del puesto.[3]
La venta de los cargos generó una creciente especulación a lo largo de los siglos XVII y XVIII, así como que algunos se doblaran o cuadruplicaran. Por ejemplo, había cuatro Premier gentilhomme de chambre, cada uno de ellos servía par quartier, es decir, un trimestre cada año.
Para paliar el gran desembolso hecho para adquirir un cargo, los miembros de la Casa del Rey tenían varias fuentes de ingresos. La primera eran los gages (gajes), es decir su sueldo, teóricamente calculado en función del precio de compra del cargo. También disponían del derecho a la comida, pero como la Bouche du Roi no podía alimentar a todo el mundo, con frecuencia la comida se cobraba en dietas. Asimismo, tenían derecho a un alojamiento, atribuido por el gobernador del castillo de Versalles. El principal lugar de alojamiento de los cargos de rango medio y bajo era al Grand Commun, pero, de nuevo, ante la falta de espacio, con frecuencia se cobraba una cantidad compensatoria.[4]
Otras formas suplementarias de ingresos eran las recompensas y gratificaciones, las primeras se otorgaban a un colectivo en conjunto, y las segundas a un individuo. Todas ellas dependían de la decisión del rey, y podían ser por un servicio puntual o de por vida. Por último, había las pensiones, que no se concedían únicamente por la jubilación, pues podían ser concedidas antes, pero normalmente después de viente años de servicio. Con mucha frecuencia las pensiones las pedían y se les concedían a las viudas o familiares de un cargo fallecido.[4]
A nivel gubernamental, la Maison du Roi estaba agrupada dentro de este departamento ministerial, dirigido por el secrétaire d'État à la Maison du Roi (Secretario de Estado de la Casa del Rey, análogo a un ministro). Existió hasta 1790, cuando parte de sus competencias fueron asumidas por el nuevo ministerio del Interior.
Durante la Restauración borbónica, se organizó un Ministère de la Maison du Roi (Ministerio de la Casa del Rey), dirigido por un ministro y que se encargaba exclusivamente de los asuntos de la corte y la Familia Real; sin embargo también tenía competencia en los museos reales (el Louvre y el Luxembourg) y la Opéra de París. La Maison du Roi se encontraba asimismo limitada por una liste civile (lista civil[5]) que fijaba su presupuesto y sus dotaciones inmobiliarias y mobiliarias. Durante el reinado de Luis Felipe I, el ministro dejó paso a un intendant général de la liste civile que no formaba parte del Gobierno.
Entre las principales competencias del Département de la Maison du roi estaban:
Controlaba y supervisaba la Maison du Roi con sus tres secciones (eclesiástica, civil y militar), así como las maisons de otros miembros de la Familia Real, en caso de que las hubiera. También gestionaba la Maison Royale de Saint-Louis, institución educativa fundada por Madame de Maintenon y que gozaba de la protección regia.
Este importante departamento realizaba una relevante función cultural y política, ya que gestionaba un notabilísimo patrimonio edilicio y artístico, así como instituciones culturales y científicas. Por consiguiente, su labor de mecenazgo artístico y propaganda política fue creciente. Fundado en 1594 con Enrique IV, lo dirigía un superintendente que, a partir de 1708, pasó a ser un director; éste se encontraba secundado por el primer arquitecto del rey y por el Primer pintor del Rey.[6]
En primer lugar, se encargaba del mantenimiento y edificación de las residencias reales (Louvre, Tullerías, Versalles, Marly, etc), así como de importantes infraestructuras públicas como la École Militaire o la Place Louis XV. En este sentido, a partir de 1685, también eran de su competencia los bienes considerados "inmuebles" de dichos edificios, es decir, las estatuas, los bustos, los jarrones de pórfido y mármol y, curiosamente, toda la colección real de cuadros.[6]
En segundo lugar, gestionaba los principales establecimientos científicos (Observatoire de Paris, Jardin royal des plantes médicinales), las academias reales (Académie française, Académie de France en Rome, Académie de peinture et sculpture, Académie d'architecture, Académie de musique, Académie des sciences...) y las sociedades de espectáculos (Comédie Française y Comédie Italienne). Por último, administraba las manufacturas reales (Gobelins, Savonnerie, Sèvres, Saint-Gobain...) y la Imprimerie Royale.
A pesar de su nombre, dicho secretario de Estado tenía también competencias que hoy corresponderían al ministerio del Interior. Por ejemplo administraba de la capital, y su policía, a través del lieutenant général de la Police de Paris, así como al prisión de la Bastilla. Del mismo modo regía sobre las demás provincias francesas, a excepción de las limítrofes, que estaban a cargo del secretario de Estado de la Guerra.
Por último, tenía competencias en política religiosa, encargándose de las relaciones con el clero francés, del nombramiento de altos clérigos como obispos o abades, o del control de la Religion Prétendue Reformée (RPR - Pretendida Religión Reformada).
Estaba dirigida por el grand aumônier de France (gran capellán de Francia) y se encargaba de todas las ceremonias religiosas de la corte y del mantenimiento de las distintas capillas reales.
Gestionaba el culto propiamente dicho, entre su organización destacaban el primer capellán, el capellán ordinario, varios clérigos, el sacristán a cargo de los ornamentos, el maestro de ceremonias religiosas o el confesor del rey. Este departamento, también estaba a cargo de algunos colegios universitarios (como el College de Navarre) y hospitales (como los Quinze-Vingt), además de encargarse de repartir la limosna en nombre del rey.
Gestionaba el coro, órgano y otros usos musicales en las capillas regias. Estaba dirigido por el maître de la chapelle-musique, cargo altamente honorífico, ocupado siempre por clérigos y suprimido en 1761. A cargo efectivo del departamento estaba el sous-maître de la chapelle-musique, puesto que ocuparon músicos emblemáticos como Delalande, Campra o Mondonville.
Era la sección más importante y a su cabeza se encontraba el grand maître de France (gran maestre de Francia), cargo altamente honorífico que recayó en los príncipes de Condé hasta 1830.
El departamento de "la Boca" (bouche en francés) era el más importante, en términos de personal, de la Maison civile, pues gestionaba el avituallamiento de los palacios, las cocinas reales y el aprovisionamiento de la table du Roi (mesa del rey) y de otras mesas de la corte donde comían los miembros de la Casa del Rey según su rango. Aunque formalmente lo dirigía el grand maître, en verdad a su cabeza estaba el premier maître d'Hôtel du Roi (primer mayordomo del Rey).
Tres antiguos cargos de la Bouche heredados de la Edad Media servían al rey únicamente durante las coronaciones reales, el día de Año Nuevo y las cuatro grandes festividades religiosas del año. En primero lugar, había el grand panetier, cargo que ejercieron de forma hereditaria los duques de Brissac y que se limitaba a cambiar los platos y cubiertos de la mesa real. En segundo lugar, el grand échanson servía la bebida y probaba los vinos, y por último, el grand tranchant servía y retiraba los platos.[7]
La "Cámara del Rey" administraba el appartement del soberano, que era el lugar donde vivía, dormía, comía y trabajaba. La cámara no era solo un espacio físico, sino también simbólico, ya que incluía las distintas ceremonias, audiencias y festividades a las que asistía el rey, ya fuera en su palacio o donde residiera.[11] A su cabeza estaba el grand chambellan de France (gran chambelán de Francia), cargo puramente ceremonial que recayó, desde mediados del siglo XVII en los duques de Bouillon. El líder efectivo era el premier gentilhomme de la Chambre du Roi (primer gentilhombre de la Cámara del Rey), que dirigía a los gentilhommes de chambre, cargos que esencialmente atendían el rey durante el lever.
Todas las celebraciones cortesanas (bautizos, bodas, coronaciones, audiencias, funerales...) se encontraban a cargo de este departamento. Lo dirigía el Grand Maître des Cérémonies de France (Gran Maestro de Ceremonias de Francia), cargo que desde principios de siglo XVIII ejercieron los Marqueses de Dreux-Brezé. El Grand Maître estaba ayudado por un maître, un aide y por dos introductores de embajadores, entre otros.
Era el segundo departamento de más envergadura después del de la Bouche du Roi, gestionaba los establos reales.
Organizaba las cazas reales, uno de los principales pasatiempos de las cortes del Antiguo Régimen. Este departamento lo lideraba el grand veneur de France (gran montero o cazador de Francia), desde principios del siglo XVIII, dicho cargo lo ejercieron los condes de Toulouse, descendientes del hijo legitimado de Luis XIV.
Gestionaba toda la contabilidad de la Maison du Roi, estaba dirigido por dos contrôleurs y, a partir de 1780, por el contrôleur général des Finances de Francia.
A partir del reinado de Louis XV, los soberanos empezaron a hacer un uso más extenso de su appartement privé (aposentos privados) y surgió la necesidad de crear una departamento autónomo de la Chambre du Roi (ver más arriba) para gestionarlos. Los 14 garçons servant aux Petits Appartements se encargaban del cuidado de las estancias privadas del Rey.
Se encargaba de organizar el alojamiento del monarca y de la Corte, ya fuera en una residencia real o cuando estos se encontraban de viaje. También gestionaba el alojamiento de las tropas de la Maison militaire. El grand maréchal des Logis de France (Gran Mariscal de los Alojamientos de Francia) estaba a la cabeza de este departamento.
Se encargaba de la seguridad de la Familia Real y de los distintos palacios, los regimientos que la conformaban no tenían un función meramente ceremonial, sino que estaban formados por tropas de élite que participaron en numerosas guerras y conflictos. Además era responsable de efectuar misiones en nombre del monarca (detenciones de personajes importante, como Fouquet) o de mantener el orden en París y, en especial, en sus teatros.
De su dirección se encargaba el Secrétaire d’état de la Maison du Roi (ver más arriba).