El Manifiesto de Gerona sobre Derechos Lingüísticos fue presentado el 13 de mayo de 2011 por el PEN catalán, y viene a ser un compendio de los ejes centrales de la Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos de 1996.[1][2]
Contiene los siguientes diez puntos:
- La diversidad lingüística es un patrimonio de la humanidad, que tiene que ser valorado y protegido.
- El respeto por todas las lenguas y culturas es fundamental en el proceso de construcción y mantenimiento del diálogo y de la paz en el mundo.
- Cada persona aprende a hablar en el seno de una comunidad que le da la vida, la lengua, la cultura y la identidad.
- Las diversas lenguas y las diversas hablas no son solo medios de comunicación; también son el medio en que los humanos crecen y las culturas se construyen.
- Toda comunidad lingüística tiene derecho a que su lengua sea utilizada como oficial en su territorio.
- La enseñanza escolar tiene que contribuir a prestigiar la lengua hablada por la comunidad lingüística del territorio.
- El conocimiento generalizado de varias lenguas por los ciudadanos es un objetivo deseable, porque favorece la empatía y la apertura intelectual, a la vez que contribuye a un conocimiento más profundo de la lengua propia.
- La traducción de textos —particularmente de los grandes textos de las diversas culturas— representa un elemento muy importante en el necesario proceso de mayor conocimiento y respeto entre los humanos.
- Los medios de comunicación son altavoces privilegiados a la hora de hacer efectiva la diversidad lingüística y de prestigiarla con competencia y rigor.
- El derecho al uso y protección de la propia lengua tiene que ser reconocido por la Organización de las Naciones Unidas como uno de los derechos humanos fundamentales.