Mario Vargas Llosa | ||
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Vargas Llosa en 2016 | ||
Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Jorge Mario Pedro Vargas Llosa | |
Nacimiento |
28 de marzo de 1936 (88 años) Arequipa, Perú | |
Residencia | Madrid | |
Nacionalidad | Peruana, española y dominicana | |
Religión | Agnóstico | |
Lengua materna | Español | |
Familia | ||
Padres |
Ernesto Vargas Maldonado Dora Llosa Ureta | |
Cónyuge |
Julia Urquidi Illanes (mat. 1955-div. 1964) Patricia Llosa Urquidi (matr. 1965-div. 2015) | |
Pareja | Isabel Preysler (2015-2022) | |
Hijos | Álvaro, Gonzalo y Morgana | |
Educación | ||
Educado en |
Universidad Nacional Mayor de San Marcos Universidad Complutense de Madrid | |
Supervisor doctoral | Alonso Zamora Vicente | |
Información profesional | ||
Ocupación | Escritor | |
Años activo | 1959-presente | |
Cargos ocupados |
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Empleador |
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Movimiento | Boom latinoamericano | |
Género | ||
Obras notables |
La ciudad y los perros La casa verde Conversación en La Catedral La guerra del fin del mundo La fiesta del Chivo | |
Título | Marqués de Vargas Llosa | |
Miembro de | ||
Distinciones | Ver lista anexa | |
Firma | ||
Jorge Mario Pedro Vargas Llosa (Arequipa, 28 de marzo de 1936), conocido como Mario Vargas Llosa, i marqués de Vargas Llosa, es un escritor peruano que cuenta también con la nacionalidad española desde 1993 y la nacionalidad dominicana desde junio de 2022.[1] Considerado como uno de los más importantes novelistas y ensayistas contemporáneos, sus obras han obtenido numerosos premios, entre los que destacan el Premio Nobel de Literatura 2010, el Premio Cervantes 1994 —considerado como el más importante en la lengua española—, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 1986, el Premio Biblioteca Breve 1962, el Premio Rómulo Gallegos 1967 y el Premio Planeta 1993, entre otros. Junto a Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes, es uno de los exponentes centrales del boom latinoamericano.
Alcanzó la fama en la década de 1960 con novelas como La ciudad y los perros (1963), La casa verde (1966) y Conversación en La Catedral (1969). Continuó cultivando prolíficamente varios géneros literarios, como el ensayo, el artículo y el teatro. Varias de sus obras han sido adaptadas al cine y a la televisión. La mayoría de sus novelas están ambientadas en Perú y exploran su concepción sobre la sociedad peruana; en cambio, en La guerra del fin del mundo (1981), La fiesta del Chivo (2000) y El sueño del celta (2010) ubica sus tramas en otros países.
Como otros autores hispanoamericanos, ha participado en política. Luego de simpatizar con el comunismo en su juventud, a partir de la década de 1980 se adscribió al liberalismo. Fue candidato a la presidencia del Perú en las elecciones de 1990 por la coalición política de centroderecha Frente Democrático. Perdió la elección en segunda vuelta frente al candidato de Cambio 90, Alberto Fujimori.
En 2011 fue nombrado primer marqués de Vargas Llosa por el rey Juan Carlos I de España.[2][3]
En 2021 fue elegido miembro de la Academia francesa para ocupar el asiento número 18 de esa institución, de la que es el primer miembro que no ha escrito obras en lengua francesa, a pesar de que la habla con fluidez. Favoreció tal elección el que Vargas Llosa fuera el primer escritor de lengua no francesa al que la prestigiosa colección La Pléiade de Gallimard le ha publicado su obra en vida. Es el segundo latinoamericano que llega a la academia después del argentino Héctor Bianciotti.[4]
Mario Vargas Llosa nació en una familia de clase media en la ciudad de Arequipa, en el sur del Perú en 1936.[5][6] Fue el único hijo de Ernesto Vargas Maldonado (Lima, 1905-1979) y de su esposa Dora Llosa Ureta (Arequipa, 1914-1995), quienes se separaron meses antes de su nacimiento[5] para divorciarse tras el mismo, de mutuo acuerdo.[7] Poco después de que Mario hubo nacido, su padre reveló que tenía una relación con una mujer alemana y como resultado de dicha unión, nacieron dos medios hermanos menores del escritor: Enrique y Ernesto Vargas[8] (el primero falleció de leucemia a los once años de edad; el segundo es abogado y ciudadano estadounidense).[9] Su padre era el único hijo de Marcelino Vargas y de su primera mujer Zenobia Maldonado, fallecida en 1925. Por línea materna, desciende del maestre de campo vizcaíno Juan de la Llosa y Llaguno, quien se asentó en Arequipa en 1702.
Mario vivió con su familia materna en Arequipa hasta un año después del divorcio de sus padres, en 1937, momento en que su abuelo Pedro J. Llosa Bustamante se trasladó con toda su familia a Bolivia, donde había conseguido un contrato para administrar una hacienda algodonera cercana a Cochabamba.[10] En dicha ciudad pasó los siguientes nueve años de su niñez, donde aprendió a leer y a escribir. Junto con su madre y la familia materna, y cursó hasta el cuarto grado en el Colegio La Salle.[11][12] Hasta los diez años, se le hizo creer que su padre había fallecido, ya que su madre y su familia no querían explicarle que se habían separado.[13][14]
En 1945, al iniciarse en Perú el gobierno del presidente José Luis Bustamante y Rivero (1945-1948), su abuelo, que era primo hermano del mandatario, obtuvo el cargo de prefecto del departamento de Piura, por lo que la familia entera regresó al Perú. Los tíos de Mario se establecieron en Lima, mientras que Mario y su madre siguieron al abuelo a la ciudad de Piura.[15][16] Allí Mario continuó sus estudios de primaria en el Colegio Salesiano Don Bosco.[17]
A fines de 1946 o principios de 1947, y cuando tenía diez años de edad, Mario se encontró con su padre por primera vez en Piura.[18] Sus padres restablecieron su relación y se trasladaron a Lima, instalándose en el distrito de clase media Magdalena del Mar.[19] Luego se trasladaron a La Perla, en el Callao, donde vivieron en una pequeña casa aislada. Los fines de semana Mario solía visitar a sus tíos y primos, que vivían en el barrio de Diego Ferré, en el distrito de Miraflores, donde hizo muchos amigos y donde tuvo sus primeros enamoramientos. Mario ha plasmado estos lugares en muchos de sus libros como un grato recuerdo.[20]
En Lima estudió en el Colegio La Salle, de la congregación Hermanos de las Escuelas Cristianas,[21] cursando el sexto grado de primaria en 1947, y los dos primeros años de secundaria de 1948 a 1949. La relación con su padre, siempre tortuosa, marcaría el resto de su vida. Por años, guardó hacia él sentimientos entremezclados, como el temor y el resentimiento, debido a que durante su niñez debió soportar violentos arrebatos de parte de su padre, además de un resentimiento hacia la familia Llosa y grandes celos para con su madre pero, sobre todo, a causa de la repulsión de su padre por su vocación literaria, que nunca llegó a comprender.[22]
A los 14 años, su padre lo envió al Colegio Militar Leoncio Prado, en el Callao, un internado donde cursó el tercer y el cuarto año de educación secundaria, entre 1950 y 1951. Allí soportó una férrea disciplina militar y, según su testimonio, fue la época en la que leyó y escribió «como no lo había hecho nunca antes», consolidando así su precoz vocación de escritor.[23] En su novela La ciudad y los perros Vargas Llosa retrata la experiencia vívida, la disciplina a la que fue sometido en el colegio militar. Sus lecturas predilectas fueron las novelas de los escritores franceses Alejandro Dumas y Victor Hugo. Entre sus profesores figuró el poeta surrealista César Moro, quien por un tiempo le dio clases de francés.[24]
Durante las vacaciones veraniegas de 1952, Vargas Llosa empezó a trabajar como periodista en el diario limeño La Crónica donde se le encomendaron reportajes, notas y entrevistas locales.[25] Ese mismo año se retiró del colegio militar y se trasladó a Piura, donde vivió con su tío Luis Llosa (el “tío Lucho”) y cursó el último año de educación secundaria en el colegio San Miguel de Piura.[15][26] Simultáneamente trabajó para el diario local, La Industria, y presenció la representación teatral de su primera obra dramatúrgica, La huida del Inca, en el teatro «Variedades».[15][27]
En 1953, durante el gobierno de Manuel A. Odría, Vargas Llosa ingresó en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde estudió Derecho y Literatura.[28] Participó en la política universitaria a través de Cahuide, nombre con el que se mantenía vivo el Partido Comunista Peruano, entonces perseguido por el gobierno de Manuel Odría (1948-1956), contra el que Vargas Llosa se opuso a través de los órganos universitarios y en fugaces protestas en plazas. Poco tiempo después se distanció del grupo y se inscribió en el Partido Demócrata Cristiano, esperanzado en que esa agrupación lanzaría la candidatura de José Luis Bustamante y Rivero, quien, por aquel entonces, regresaba del exilio. Dicha expectativa no se cumplió. Durante este tiempo, trabajó como asistente del renombrado historiador sanmarquino Raúl Porras Barrenechea en una obra que nunca llegó a concretarse: varios tomos de una monumental historia de la conquista del Perú.[29]
En mayo de 1955, a la edad de 19 años, contrajo matrimonio con Julia Urquidi, hermana de su tía política por parte materna, quien era diez años mayor y ya divorciada.[30] Debido al rechazo que este matrimonio causó en su familia, la pareja se vio forzada a separarse durante un tiempo pese a que estaban recién casados. Para lograr mantener una vida en común el joven Mario, ayudado por Porras Barrenechea, cumplió con hasta siete trabajos simultáneamente: como asistente de bibliotecario del Club Nacional, escribiendo para varios medios periodísticos e incluso catalogando nombres de las lápidas del Cementerio Presbítero Matías Maestro de Lima; finalmente ingresó a trabajar como periodista en Radio Panamericana, aumentando sustancialmente sus ingresos.[11][31]
Por entonces, Vargas Llosa empezó con seriedad su carrera literaria con la publicación de sus primeros relatos: El abuelo (en el diario El Comercio, 9 de diciembre de 1956)[32] y Los jefes (en la revista Mercurio Peruano, febrero de 1957).[33] A fines de 1957 se presentó a un concurso de cuentos organizado por La Revue Française, una importante publicación francesa dedicada al arte. Su relato titulado El desafío obtuvo el primer premio, que consistía en quince días de visita en París, hacia donde partió en enero de 1958. Su estadía en la capital de Francia se prolongó durante un mes, antes de retornar a Lima.[11][34] Ese mismo año se graduó de bachiller en Humanidades en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, a mérito de su tesis sobre las Bases para una interpretación de Rubén Darío.[35] Fue, además, considerado como el alumno de Literatura sanmarquino más distinguido,[36] por lo que recibió la beca Javier Prado para seguir cursos de posgrado en la Universidad Complutense de Madrid, en España.[37] Antes de partir hacia Europa, hizo un corto viaje por la amazonía peruana, experiencia que después le serviría para ambientar en dicho espacio geográfico tres de sus novelas: La casa verde, Pantaleón y las visitadoras y El hablador.[38]
En 1960, luego de terminarse la beca en Madrid, Vargas Llosa se mudó a Francia creyendo que iba a obtener una beca para estudiar ahí; sin embargo, llegado a París se enteró de que su solicitud había sido denegada.[39] A pesar del inesperado mal estado financiero de Mario y Julia, la pareja decidió quedarse en París donde Vargas Llosa comenzó a escribir de forma prolífica.[39] Su matrimonio duró algunos años más, pero terminó en divorcio en 1964.[40] Un año después, Vargas Llosa se casó con su prima y sobrina materna de su primera mujer, Patricia Llosa Urquidi,[40] hija de su tío materno Luis Llosa Ureta y de su esposa Olga Urquidi Illanes, hija de Carlos Urquidi y de su esposa María del Carmen Illanes, con quien tuvo tres hijos: Álvaro Vargas Llosa (1966), escritor y editor; Gonzalo (1967), empresario y representante en el Reino Unido del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR);[41] y Morgana (1974), fotógrafa.
En París terminó de escribir su primera novela, La ciudad y los perros, y allí, a través del hispanista Claude Couffon, entró en contacto con Carlos Barral, director de la editorial española Seix Barral. La novela consiguió en 1962 el Premio Biblioteca Breve y se publicó al año siguiente en la editorial barcelonesa. En 1966, durante la lectura que ella hizo de La casa verde, la entonces responsable de derechos de la editorial, Carmen Balcells, decidió proponerse al escritor para convertirse en su agente literario. Lo animó a centrarse exclusivamente en la literatura y le consiguió sustento económico durante el tiempo que durase la redacción de Conversación en La Catedral, a condición de que el contrato con la editorial lo hiciese ella. A partir de ese momento, Balcells se convirtió en su agente y llegó a conseguirle contratos extraordinarios.[42]
En 1962 visitó la Cuba revolucionaria para cubrir la crisis de los misiles.[43] Se convirtió en simpatizante de la revolución cubana, a la que veía como una revolución libertaria.[43][44] En 1965, fue jurado del premio de novela de la Casa de las Américas.[45] En 1967, a raíz del encarcelamiento del poeta Herberto Padilla, Vargas Llosa se distanció del régimen cubano.[43]
En 1971, bajo la dirección del profesor Alonso Zamora Vicente, obtiene un Doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid con la calificación de sobresaliente cum laude por su tesis García Márquez: lengua y estructura de su obra narrativa, publicada luego bajo el título de García Márquez: historia de un deicidio.[46] Fue jurado del Festival de Cannes de 1976.
Aficionado al fútbol, Vargas Llosa es un experto en estadísticas de este deporte[47] y durante el Mundial España 1982 ejerció como periodista deportivo.[48][49]
En 1983 su exesposa Julia Urquidi publicó sus propias memorias tituladas Lo que Varguitas no dijo en respuesta a la novela La tía Julia y el escribidor, basada en parte en la relación entre ambos,[50] que fueron reeditadas en 2010.[51]
En 1994 es nombrado miembro de la Real Academia Española y ese mismo año gana el Premio Miguel de Cervantes. Su obra ha sido traducida a más de 30 idiomas.
En junio de 2015, después de que la revista ¡Hola! hubo publicado unas fotos en las que Vargas Llosa aparece con Isabel Preysler, socialite residente en España [52], el escritor reconoció estar separado de su segunda esposa, y pidió respeto por su vida privada.[53] Vargas Llosa se divorció de Patricia Llosa en 2015.[54]
En enero de 2019 anunció que abandonaba el PEN Club Internacional por su apoyo al independentismo catalán.[55]
El 17 de diciembre de 2023 publicó su última columna, con el que oficialmente se retira del periodismo.[56]
Mario Vargas Llosa ha sido definido como uno de los más completos narradores de su generación y una figura destacada de la literatura hispanoamericana.[57] Representante ideal del espíritu del Boom latinoamericano, pues nació literariamente con él y ayudó a definirlo y a identificarlo con una nueva generación de escritores,[58] su obra narrativa se caracteriza por la importancia de la experimentación técnica, aspecto por el que es valorado como un maestro de la composición novelística y en el que se ha desempeñado como un notable innovador de posibilidades narrativas y estilísticas.[57]
Desde el punto de vista temático, sus novelas tratan de la antinomia entre lo histórico y lo estructural, como así lo expresa el título de varias de sus novelas (La ciudad y los perros, La casa verde, Conversación en La Catedral), en las que la presencia de estructuras demuestra el interés casi obsesivo que el autor tiene por estas.[59] Asimismo, en cuanto a los tonos, su obra presenta las características más variadas, desde el humor, el amor y la comicidad hasta la caída trágica.[57]
Por otra parte, el hecho de que el grueso de su producción literaria la haya realizado desde el extranjero, explica el sesgo retrospectivo que domina buena parte de la misma, así como la reconstrucción constante que hace de vivencias íntimas o colectivas del Perú como base de su ficción, salvo algunas excepciones como La guerra del fin del mundo y algunas de sus últimas novelas.[60]
En cuanto a sus modelos literarios, o “precursores” (a los que ha dedicado en varios casos estudios críticos), hay que citar, por un lado, a la novela de caballerías Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell, y a Cien años de soledad, de García Márquez, ambas como ideales del concepto de novela total (la que funde lo real con lo irracional y el mito); por otro, son imprescindibles para Vargas Llosa dos escritores en especial: Flaubert, como modelo de la literatura como vocación, de la utilización de la realidad como pozo sin fondo para encontrar contenidos y temas (la mediocridad del ser humano, la violencia y el sexo), como modelo, también, de la importancia de una estructura narrativa rigurosa y de un narrador impasible ante los hechos narrados, etc.; y Faulkner, tanto en lo que respecta a temas y ambientes, como a rasgos formales, especialmente, el multiperspectivismo, los saltos en el tiempo, el uso de varios narradores en vez del omnisciente, la retención de información, el uso de historias paralelas, etc.[61]
Los inicios literarios de Vargas Llosa fueron el estreno en Piura, cuando tenía 16 años, de una obra de teatro, hoy probablemente perdida, titulada La huida del Inca, y algunos cuentos publicados en Lima en diversos medios. En Lima, la presencia literaria dominante era la de los narradores de la llamada generación del 50. Aunque finalmente se distanciaría de ellos, el grupo estimuló su vocación literaria con su visión realista de la sociedad peruana, especialmente la de Lima. Más en concreto,
Con ellos, aprendió a cultivar el realismo urbano, de clara intención social y testimonial, a veces inspirado en la escuela narrativa norteamericana, el neorrealismo literario y cinematográfico italiano y las ideas del «compromiso» desarrolladas por Sartre. Estos influjos son visibles en los cuentos juveniles de Vargas Llosa y aun en sus primeras novelas.[62]
Luego, la ruptura con los criterios estéticos de esa generación se produce sobre todo en el plano técnico y en la resistencia de Vargas Llosa a defender en sus obras tesis o propuestas ideológicas de determinado signo. Así, la novedad básica que introduce con sus obras es
la ruptura del modelo de representación naturalista y del esquema intelectual algo simplista en el que se apoyaba el documentalismo de ese grupo. La misma evolución de las novelas del autor demostraría su rápida independencia estética, estimulada por su experiencia europea y el descubrimiento de otras formas y propuestas.[63]
Por otro lado, su estilo estético al momento de estructurar sus oraciones dentro de su narrativa, las realiza de manera
bastante contundente. Sus frases son cortas y poco adornadas. Las ideas las coloca de forma precisa y el lenguaje es siempre sobrio.[64]
La crítica[65] tiende a distribuir su obra narrativa en tres grupos:
En el primero estarían sus obras iniciales: Los jefes, Los cachorros, La ciudad y los perros, La casa verde y Conversación en La Catedral. Aunque se trata de narraciones muy diversas en intención, asunto y formas (y, de hecho, cada obra constituye una intensificación de la complejidad técnica y de contenido respecto de la anterior), presentan una incuestionable unidad en cuanto a la complejidad del proyecto y a la visión narrativa que proponen.
A partir de 1973, con la publicación de Pantaleón y las visitadoras, Vargas Llosa inicia una fase marcada por una actitud cuestionadora tanto de los grandes problemas de la sociedad latinoamericana moderna (en especial, los referidos a Perú, en un momento crítico de su historia), como las del arte narrativo con el que intenta representarlas.[66] Así, y de una forma evidente, se aprecia una moderación de su afán totalizante y una tendencia a la plasmación de historias generalmente menos complejas y dentro de unos márgenes más restringidos, aunque sin prescindir de recursos técnicos esenciales para él como el efecto de contraste que permite el desarrollo paralelo de dos o más historias.[67] Con todo, publica en esta fase una obra, La guerra del fin del mundo, que constituye no solo una excepción a estos rasgos generales (es la obra de mayor ambición y trascendencia del período), sino la primera incursión de Vargas Llosa fuera de la realidad física o histórica de su país.
Desde finales de los setenta, además, su reflexión como narrador aborda especialmente la relación entre lo real y su trasposición literaria, esto es, la, así llamada por él, «verdad de las mentiras», o la constatación de que la palabra crea un mundo propio que se parece a la realidad externa, pero que tiene sus propias reglas y «verdades».[68]
En consecuencia, todos estos rasgos se manifiestan de una u otra manera, en otros dos grupos de obras: uno que comprende una serie de novelas de tema político, como La guerra del fin del mundo, Historia de Mayta, Lituma en los Andes, La fiesta del Chivo, etc.; y otro que empieza con Pantaleón y las visitadoras, y en el que aborda tanto temas centrados en la reelaboración de experiencias más privadas (La tía Julia y el escribidor) o de modelos clásicos de novela policiaca (¿Quién mató a Palomino Molero?) o erótica (Elogio de la madrastra).
Su primer libro publicado fue una colección de cuentos titulada Los Jefes (encabezada por el relato del mismo nombre), que obtuvo el premio Leopoldo Alas (1959).
Su primera novela, La ciudad y los perros (1963) se desarrolla en medio de una comunidad de estudiantes del Colegio Militar Leoncio Prado (situado en el Callao) y se basa en las experiencias personales del autor.[69] Esta prematura obra adquirió la atención general del público así como un éxito inmediato.[70] Su vitalidad y hábil uso de técnicas literarias sofisticadas impresionó de inmediato a los críticos,[71] y ganó así el Premio de la Crítica Española.[70]
En 1966 aparece su segunda novela, La casa verde, acerca de una casa-burdel del mismo nombre cuya presencia en Piura afecta las vidas de los personajes. La trama se centra en Bonifacia, una chica de origen awajún que es expulsada de un convento para transformarse luego en «la selvática», la prostituta más conocida de «La casa verde». La novela obtuvo de inmediato una entusiasta recepción por parte de la crítica, que confirmaba a Vargas Llosa como una importante figura de la narrativa latinoamericana.[72]
Tres años más tarde publica Conversación en La Catedral, su tercera novela, y en 1971 sale García Márquez: historia de un deicidio, que había sido su tesis doctoral en la Universidad Complutense de Madrid.[73]
Después de la publicación de la monumental Conversación en La Catedral, Vargas Llosa se distanció de los temas de mayor seriedad, como son la política y los problemas sociales. Raymond L. Williams, especialista en literatura latinoamericana, describe esta fase de su carrera literaria como «el descubrimiento del humor»,[74] cuyo primer fruto fue Pantaleón y las visitadoras (1973),[75] seguido en 1977 de La tía Julia y el escribidor, basada en parte en el matrimonio con su primera esposa, Julia Urquidi, a quien dedicó la novela.[76]
En 1981 aparece La guerra del fin del mundo, su primera novela histórica y una de las más importantes que ha escrito.[77] Esta obra inició un cambio radical en el estilo de Vargas Llosa hacia temas como el mesianismo y la conducta irracional humana.[78] Ambientada en las profundidades del sertón del siglo XIX, se basa en hechos auténticos de la historia del Brasil: la revuelta antirrepublicana de masas milenaristas sebastianistas guiadas por el taumaturgo iluminado Antonio Conselheiro en el pueblo de Canudos.
Tras un período de intensa actividad política, Vargas Llosa volvió a ocuparse en la literatura y en 1993 publicó su libro autobiográfico El pez en el agua, su novela Lituma en los Andes y su obra de teatro El loco de los balcones. A la histórica Lituma le seguiría la erótica Los cuadernos de don Rigoberto (1997). La fiesta del Chivo (2000), sobre el dictador dominicano Trujillo fue llevada al cine con el mismo nombre por su primo Luis Llosa. A esta novela le siguió el El Paraíso en la otra esquina (2003), que alterna la historia del pintor Paul Gauguin con la de su abuela, Flora Tristán.
Otro trabajo destacable es un ensayo que resume el curso que dictó en la Universidad de Oxford sobre la novela Los miserables de Victor Hugo: La tentación de lo imposible (2004). En mayo de 2006, presentó su novela Travesuras de la niña mala, y el 3 de noviembre de 2010 publicó El sueño del celta, obra con la que vuelve al género de la novela histórica y que trata sobre la vida de Roger Casement, cónsul británico en el Congo Belga y en Perú, que entre 1903 y 1911 se dedicó a investigar y a denunciar las atrocidades —explotación salvaje, torturas y genocidio— cometidas por el régimen de Leopoldo II en el Congo y por la compañía C. Arana y la británica Peruvian Rubber Company en la remota selva del Putumayo peruano.[79] En 2013 El héroe discreto vuelve a ambientarse en Perú; en ella narra las vivencias de dos empresarios peruanos.
Vargas Llosa dirigió dos colecciones literarias para la editorial Círculo de Lectores. La primera, Biblioteca de Plata, se publicó de 1987 a 1989 e incluye 25 libros de narrativa del siglo XX prologados y seleccionados por el escritor peruano. Estos prólogos conformarían después el libro La verdad de las mentiras (1990), del cual apareció una versión aumentada con diez nuevos ensayos en 2002. Maestros Modernos Europeos fue la segunda colección, publicada entre 2001 y 2004. Consta de 24 obras de narrativa europea de los siglos XIX y XX. Los títulos fueron seleccionados por Vargas Llosa e incluyen prólogos suyos y de otros autores.
A lo largo de su carrera ha recibido innumerables premios y distinciones, entre ellos el Nobel de Literatura (2010) y los dos máximos galardones que se conceden en el ámbito de las letras hispánicas: el Rómulo Gallegos 1967, por su novela La casa verde y el Cervantes (1994).
Otros destacados galardones en su haber son el Premio Nacional de Novela del Perú (1967, por La casa verde), el Príncipe de Asturias (España) (1986) y el de la Paz de los Libreros de Alemania, otorgado en la Feria del Libro de Fráncfort (1997). En 1993 ganó el Planeta por Lituma en los Andes y, anteriormente, había obtenido el Biblioteca Breve 1963 por La ciudad y los perros, que marcó el inicio de su exitosa carrera literaria internacional. En 1999 obtuvo el Premio Internacional Menéndez Pelayo.
Es miembro de la Academia Peruana de la Lengua desde 1977, y de la Real Academia Española desde 1994 donde ocupa el sillón de la letra L.[94] Cuenta con varios doctorados honoris causa por universidades de América, Asia y Europa; pueden citarse los concedidos por Yale (1994), Universidad de Lima (1997), Ben Gurión de Israel (1998), Harvard (1999), su alma mater la Mayor de San Marcos (2001), Oxford (2003), Europea de Madrid (2005), La Sorbona (2005), La Rioja y de Málaga (2007), Alicante, Simón Bolívar[95] (2008), Católica del Perú (2008), Granada (2009), Castilla-La Mancha, Murcia, Autónoma de México (2010), Cayetano Heredia[96] (2011), Universidad Carlos III de Madrid (2014) y Universidad de Burgos[97] (2016). Próximamente le será conferido otro doctorado honoris causa por la Universidad de la República en Montevideo, Uruguay.[98]
Ha sido condecorado por el gobierno francés con la Legión de Honor en 1985, y en 2001 recibió de su gobierno la condecoración Orden El Sol del Perú en el Grado de Gran Cruz con Diamantes, la más alta distinción que otorga ese país. Además permaneció durante varios años como el intelectual más influyente en las encuestas El Poder en el Perú.[99]
En 2004 obtuvo el Premio Konex MERCOSUR a las Letras, otorgado por la Fundación Konex (Argentina), como el escritor más influyente de la región.
En 2008 la Biblioteca Nacional del Perú decidió reconvertir su auditorio en teatro-auditorio y darle el nombre de Teatro Auditorio Mario Vargas Llosa en homenaje al escritor, contando son su presencia en el acto inaugural.[100]
El 7 de octubre de 2010 se le concedió el Premio Nobel de Literatura —otorgado «por su cartografía de las estructuras del poder y sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo, su rebelión y su derrota»—.[101][102][103] El discurso de aceptación, titulado Elogio de la lectura y la ficción, lo pronunció en la Gran Sala de la Academia Sueca el 7 de diciembre.[104][105] Tres días después recibió el galardón de manos del rey Carlos XVI Gustavo en la Sala de Conciertos de Estocolmo.[106][107] Durante el banquete de gala posterior a la recepción de los Premios Nobel, Vargas Llosa pronunció un brindis de agradecimiento en forma de cuento.[108]
Premios Internacionales del libro latino (Internacional Latino Book Awards)
El 13 de diciembre del mismo año se le otorgó la Orden de las Artes y Las Letras por su "extraordinaria contribución a la literatura universal y el aporte al desarrollo cultural del país",[109] en ceremonia llevada a cabo dos días después en el Palacio de Gobierno del Perú.[110][111]
El 4 de febrero de 2011 se publica en el Boletín Oficial del Estado el real decreto por el que el rey Juan Carlos I le concede el título de marqués de Vargas Llosa, que de acuerdo con la legislación nobiliaria española es hereditario, mencionando como fundamento "su extraordinaria contribución, apreciada universalmente, a la Literatura y a la Lengua española, que merece ser reconocida de manera especial".[112] Comentando este acontecimiento, el escritor dijo: "Hay que tomarlo con humor, viviendo y siendo de un país republicano; con agradecimiento porque es un gesto muy cariñoso del rey de España; y con una sorpresa descomunal pues jamás imaginé que me harían marqués [...]. Agradezco a España, agradezco al rey. Y al mismo tiempo digo que yo nací plebeyo y voy a morir plebeyo, a pesar del título”.[3]
El 4 de marzo, recibe de manos del presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, la condecoración de la Orden del Águila Azteca, en el grado de Insignia, máximo reconocimiento que otorga ese país a un extranjero, por su labor a favor de la Humanidad.[113]
El 16 del mismo mes fue condecorado con la Orden Peruana de la Justicia en el grado de Gran Cruz por el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la República del Perú, Javier Villa Stein, como Gran Maestre de la orden. Como homenaje por la obtención del Premio Nobel, en el marco de las celebraciones por el 460.º aniversario de la Universidad de San Marcos, su alma mater lo distinguió el 30 de marzo con su máxima condecoración: la Medalla de Honor Sanmarquina en el grado de Gran Cruz, además de crear una cátedra que lleva su nombre e inaugurar una sala museo sobre el laureado escritor y sus años en ese establecimiento educativo.[114] La ceremonia se realizó en la histórica Casona de San Marcos y contó con la participación de destacados intelectuales sanmarquinos quienes también han sido compañeros, amigos y profesores de Vargas Llosa.[115]
Fue reconocido como uno de los "10 intelectuales más influyentes de Iberoamérica" por los lectores de la revista Foreign Policy en 2012.[116] El 11 de noviembre del mismo año, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México (Conaculta), le otorga el Premio Internacional Carlos Fuentes por su contribución al enriquecimiento del patrimonio literario de la humanidad.
Además de los numerosos reconocimientos que ha recibido, en abril de 2013 se lanzó oficialmente en Lima el Premio Vargas Llosa de novela iberoamericana.[117]
En el año 2011 surgió la Cátedra Vargas Llosa como una iniciativa de la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y 10 universidades españolas, con el proyecto de buscar fomentar y apoyar el estudio de la literatura contemporánea, potenciar el interés por la lectura y la escritura, apoyar la nueva creación literaria iberoamericana, difundir la obra de Vargas Llosa y promover estudios de investigación, entre otros temas. Esta cátedra creó en septiembre del año 2013 el "Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa" el cual es dotado de una recompensa de 100,000 dólares (75,000 euros).
El escritor Mario Vargas Llosa fue el galardonado con el Premio Convivencia de 2013 en Ceuta.[118] Fue en el transcurso de una solemne ceremonia durante la que pronunció un discurso marcado por las palabras convivencia, tolerancia y solidaridad.
En 2020 es galardonado con el Premio Festival eñe por su trayectoria y obra.[119]
En 2023 el Ministerio de Cultura de Perú declaró Patrimonio Cultural de la Nación cuatro de sus obras (1957-1967): “Los jefes”, “La ciudad y los perros”, “La Casa Verde” y “Los cachorros”.[120]
Se declara melómano, sintiendo una especial predilección por Gustav Mahler.[121]
Durante su encuentro con la prensa internacional en el Instituto Cervantes de Nueva York, tras conocer que le había sido otorgado el Premio Nobel 2010, Vargas Llosa declaró que dicho galardón lo consideraba como un reconocimiento al idioma español.[122] Respecto a su producción literaria en aquella oportunidad manifestó: "Lo que hago, lo que digo, expresa el país en el que he nacido, el país en el que he vivido, las experiencias fundamentales que marcan a un ser humano, que son las de infancia y juventud, de tal manera que el Perú soy yo. Yo le puedo agradecer a mi país, a lo que yo soy, el ser un escritor".[123]
Vargas Llosa ha declarado ser hincha del Universitario de Deportes de Perú,[124] y en El pez en el agua cuenta que desde pequeño ha sido hincha del llamado equipo crema, al que vio por primera vez en el terreno de juego un día de 1946 cuando tenía 10 años de edad.[125] En febrero de 2011, dicho club peruano le otorgó la condición de socio honorario vitalicio, en una ceremonia llevada a cabo en el Estadio Monumental.[126][127]
Se ha manifestado en contra de la Leyenda negra:
La leyenda negra antiespañola fue una operación de propaganda montada y alimentada a lo largo del tiempo por el protestantismo —sobre todo en sus ramas anglicana y calvinista— contra el Imperio español y la religión católica para afirmar su propio nacionalismo, satanizándolos hasta extremos pavorosos y privándolos incluso de humanidad... [hay] de ello ejemplos abundantes y de toda índole: tratados teológicos, libros de historia, novelas, documentales y películas de ficción, cómics, chascarrillos y hasta chistes de sobremesa.Contribuyó a la extensión y duración de la leyenda negra la indiferencia con que el imperio español, primero, y, luego sus intelectuales, escritores y artistas, en vez de defenderse, en muchos casos hicieron suya la leyenda negra, avalando sus excesos y fabricaciones como parte de una feroz autocrítica que hacía de España un país intolerante, machista, lascivo y reñido con el espíritu científico y la libertad.[128]
Durante el régimen militar de Juan Velasco Alvarado aplaudió las reformas revolucionarias como la entrega de la tierra a los campesinos, la participación de los trabajadores en la gestión y propiedad de las empresas, el rescate de las riquezas naturales y la política nacional independiente.[129] En varias oportunidades calificó al régimen de audaz e imaginativo en las reformas económicas y sociales; pero mostró su desacuerdo con el gobierno tras el cierre de diversos medios de comunicación, diciendo que este padecía de síntomas de autoritarismo. A partir de 1976 manifestó su distancia con el gobierno militar, criticando las acciones en contra de la libertad de expresión.[130]
Como presidente del PEN Internacional, organización mundial de escritores, el 22 de octubre de 1976 envió una carta al dictador argentino Jorge Rafael Videla denunciando que fuerzas oficiales y comandos armados vestidos de civil han perseguido intelectuales, secuestrándolos en sus casas y luego asesinándolos, torturándolos o haciendo desaparecer sin que se tengan noticias de su paradero. Señaló también que decenas de escritores, artistas y periodistas habían debido huir del país, por amenazas de muerte recibidas. Esta carta fue difundida por diversos medios periodísticos del mundo.[131]
En la década de 1980, Vargas Llosa se volvió políticamente activo y causó sorpresa por sus posiciones liberales, ya que la intelectualidad de la época se caracterizaba por su perfil izquierdista.[cita requerida]
En 1983 fue nombrado por el entonces presidente del Perú, Fernando Belaúnde Terry, al frente de la Comisión Investigadora del Caso Uchuraccay, cuya misión era aclarar el asesinato de ocho periodistas que habían viajado a la aldea para dilucidar anteriores masacres en Huaychao, en las que sospechaban que podían estar involucrados elementos de las Fuerzas Armadas. Pese a que los resultados de la investigación, que atribuían a campesinos indígenas los asesinatos de los periodistas, a quienes habrían confundido con miembros de Sendero Luminoso, no han dejado de ser desde entonces objeto de polémica, dichos resultados coinciden con el informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, publicado en 2003.[132][133][134]
En abril de 1984, el presidente Fernando Belaúnde Terry le propuso encabezar el Consejo de Ministros, ante lo cual Vargas Llosa en un primer momento aceptó y planeó formar un gabinete de consenso, independiente y de absoluta imparcialidad; sin embargo, el escritor desistió a hacerse cargo por creer que no era la solución que convenía al país en las esas circunstancias.[135]
Ante los intentos del gobierno aprista de Alan García de nacionalizar la banca peruana, Vargas Llosa se perfiló como líder político, encabezando la protesta contra esa acción en 1987. Inició su carrera política fundando el movimiento Libertad y se presentó como candidato a la presidencia del Perú en 1990. Durante gran parte de la campaña electoral, fue el candidato favorito. El súbito crecimiento de la popularidad de Alberto Fujimori, quien hasta 15 días antes de la elección aparecía con menos del 10% de las preferencias, forzó una segunda vuelta electoral en la cual Vargas Llosa fue derrotado.
Después de las elecciones, se instaló en Madrid. El gobierno de Alberto Fujimori amenazó con quitarle la nacionalidad peruana, por lo que para evitar convertirse en un apátrida,[136] a petición del escritor, el Gobierno español le concedió la ciudadanía española por carta de naturaleza en 1993.[137][138]
Vargas Llosa calificó en 1990 como la dictadura perfecta al sistema político de México, con Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) en la presidencia y más de seis décadas de predominancia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el gobierno, lo que lo obligó a salir rápidamente de ese país para evitar un problema político.[139]
Ha sido un permanente crítico de dictaduras y de aquellos gobiernos que considera autoritarios, cuestionándolos desde artículos periodísticos y declaraciones públicas.[140][141]
En años recientes ha evolucionado a posturas ideológicas más liberales y mantiene vínculos con importantes exdirigentes de la derecha de varios países, como José María Aznar (exjefe del Gobierno español) o Francisco Flores (expresidente de la República de El Salvador).
El 29 de septiembre de 2007 participó en el acto de presentación del partido español Unión Progreso y Democracia, de cuya Fundación Progreso y Democracia fue nombrado patrono de honor.[142] Apoyó la candidatura presidencial del empresario chileno de centro derecha, Sebastián Piñera y, además, fue invitado a participar junto a la presidenta de ese país, Michelle Bachelet, en la inauguración del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, en conmemoración de las víctimas en la dictadura militar de Augusto Pinochet. Hasta su renuncia irrevocable, en septiembre de 2010, como protesta "contra la aprobación de decretos legislativos cuya vigencia hubiera permitido la liberación de violadores de Derechos Humanos", Vargas Llosa presidió la Comisión de Alto Nivel para la constitución del Lugar de la Memoria del Perú,[143] dedicado a la dignificación de las víctimas del conflicto armado interno de ese país.
En las elecciones generales de abril de 2011, votó en favor de Alejandro Toledo (el cual había sido presidente en 2001-2006)[144][145] y al conocerse que Keiko Fujimori y Ollanta Humala serían quienes definirían la presidencia del Perú en una segunda vuelta, declaró que respaldaría a este último para impedir el «retorno de la dictadura que gobernó el país en la década de los noventa», en clara alusión a la candidatura de la hija de Alberto Fujimori.[146]
El 19 de mayo, en la histórica Casona de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Ollanta Humala realizó el juramento Compromiso en defensa de la democracia en presencia de varios destacados intelectuales y artistas peruanos quienes le brindaron su apoyo. Durante la ceremonia se proyectó un video que envió Vargas Llosa, en el cual le reiteraba su apoyo en los siguientes términos:
Yo creo que este juramento y su plan de gobierno rectificado deberían desvanecer todas las dudas que aún persisten en quienes no han decidido su voto. Yo los exhorto a votar por Ollanta Humala para defender la democracia en el Perú y evitarnos el escarnio de una nueva dictadura.[146]
A menos de una semana de la votación, Vargas Llosa rompió relaciones con El Comercio, periódico que publicaba su columna Piedra de Toque, por considerar que este se había convertido «en una máquina propagandística de Keiko Fujimori que, en su afán de impedir por todos los medios la victoria de Ollanta Humala, viola a diario las más elementales nociones de la objetividad y de la ética periodísticas».[147] Terminados los comicios y conocida la victoria de Ollanta Humala, Vargas Llosa manifestó que intervino en las elecciones porque "quería salvar la democracia en el Perú» y «mi trabajo ha terminado con la victoria de Ollanta Humala».[148]
Tras el referéndum de independencia de Cataluña de 2017, se coloca contra la independencia, junto con la Sociedad Civil Catalana. En enero de 2019 renunció el PEN Club Internacional, tras la posición adoptada por esta organización de escritores para la liberación inmediata de los partidarios de la independencia Jordi Sànchez Picanyol y Jordi Cuixart.[149]
En 2021, tras la segunda vuelta electoral en las elecciones generales de 2021, Vargas Llosa dejó de lado sus diferencias políticas y apoyó la candidatura de Keiko Fujimori, de quien se había pronunciado en contra en las dos últimas elecciones pasadas, esto tras el pase a la segunda vuelta del candidato de Perú Libre, Pedro Castillo.[150]
El 30 de septiembre de 2021 Vargas Llosa realizó un polémico comentario que generó una enorme polémica: “Los latinoamericanos saldrán de la crisis cuando descubran que han votado mal. Lo importante de unas elecciones no es que haya libertad en esas elecciones, sino votar bien”[151]
Mario Vargas Llosa publicó su primer artículo periodístico en el número 198 de la revista Caretas en mayo de 1960. El 25 de julio de 1977 estrenó su columna Piedra de toque, meditación desde el punto de vista de un escritor sobre el acontecer humano. Estas columnas han sido muy leídas y desde 1997 vienen siendo publicadas quincenalmente en Caretas, así como en más de 20 diarios y revistas de diferentes partes del mundo. A lo largo de sus intervenciones en Piedra de Toque, el autor ha tratado los siguientes temas:[152]
Además de ser constantemente entrevistado por otros periodistas en la radio y la televisión, y de participar como colaborador o invitado especial en programas de televisión y de radio, Vargas Llosa tuvo su propio programa en la televisión peruana titulado La Torre de Babel, transmitido por Panamericana Televisión a inicios de la década de 1980.
En 2019 se estrenó La pasión de Javier, donde el actor peruano Sebastián Monteghirfo interpretó a un joven Vargas Llosa cuando conoció al poeta Javier Heraud (Stefano Tosso) durante su estadía en París.
Para Marco Lovón (2012), «su influencia lingüística y social son dos aspectos que deben ser considerados cuando estudiamos la obra vargasllosiana. Si existe un Palma lingüista, sociólogo y antropólogo, por qué no un Vargas Llosa lingüista, sociólogo y antropólogo. Como un hombre de innumerables premios y distinciones, Vargas Llosa nos ofrece un espacio donde aparece el acervo lexical peruano en sus diferentes registros de lengua: coloquialismos, regionalismos y jergas. La casa verde y Lituma en los Andes, obras con las que obtuvo los premios Rómulo Gallegos y Planeta, son dos ejemplos del uso de los peruanismos» (pág. 15). «Las obras literarias de Vargas Llosa nos ofrecen, preciadamente, ejemplos de uso de los castellanos del Perú. Del habla de Piura, lugar en el que vivió y cursó el quinto grado en el Colegio Salesiano de esa ciudad, recoge ciertas voces idiosincrásicas, como churre para calificar a un niño y piajeno para designar al burro. En La casa verde, registra parte de la culinaria piurana, tales son los casos del seco de chabelo, plato hecho a base de carne seca y plátano verde, y el clarito, una bebida dulce que se obtiene al separar la porción superior y menos densa de la chicha: "Quiero platos piuranos. Un buen seco de chabelo, un piqueo, y clarito a mares". El tiempo en el que permaneció en Piura le posibilitó introducir, con precisión y naturalidad, una serie de piuranismos dentro de sus obras literarias» (pág. 16).[154]
«Leer a Vargas Llosa es caminar acompañado de algunos peruanismos como cachimbo, calato y pararle el macho, guste o no guste, sobre todo en sus primeras obras cumbres». Sus escritos resultan ser una muestra de la riqueza léxica peruana. En Los cachorros, el autor usa la palabra trome (< metro (= maestro=m[a]e[s]tro), por metátesis) para destacar la destreza que tiene uno de sus personajes: "Qué trome, Cuéllar, le decía Lalo, ¡aprendan, bellacos!"; y en Pantaleón y las visitadoras, emplea el término pintón (< pintar ‘importar, valer’ + suf. aum. -ón) para referirse a la buena apariencia de otro de sus personajes: "Yo que creía que todos los chinos eran finitos, este es Frankenstein. Aunque a Alicia le parece pintón"», señala Lovón.[155]
En 2021 y como contrapartida a su ingreso en la Academia Francesa de la Lengua, cuatro intelectuales franceses lanzaron un manifiesto rechazando tal ingreso y calificándolo de «error». Estos críticos consideran a Vargas Llosa como «un ultra de extrema derecha que ensucia la institución», entre otros motivos por el apoyo que el escritor dio al candidato ultraderechista a la presidencia de Chile José Antonio Kast. Apuntaron también a su defensa de políticos con posiciones extremistas, así como a su implicación personal en los «Pandora Papers» para evadir impuestos.[156][157][158]
En abril de 2022, Mario Vargas Llosa ingresó a una clínica en Madrid, por COVID-19. Su hijo declaró a la prensa que "gracias al tratamiento, su condición evoluciona favorablemente".[159]
Ancestros de Mario Vargas Llosa | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Predecesora: Herta Müller |
Premio Nobel de Literatura 2010 |
Sucesor: Tomas Tranströmer |
Predecesor: Miguel Delibes |
Premio Miguel de Cervantes 1994 |
Sucesor: Camilo José Cela |
Predecesor: Ángel González |
Príncipe de Asturias de las Letras 1986 |
Sucesor: Camilo José Cela |
Predecesor: V. S. Pritchett |
Presidente del PEN Club Internacional 1976-1979 |
Sucesor: Per Wästberg |
Predecesor: Título creado |
Marqués de Vargas Llosa 2011-actualidad |
Sucesor: En el cargo |
Predecesor: José Manuel Caballero Bonald |
Premio Biblioteca Breve 1962 |
Sucesor: Vicente Leñero |