La moral sexual es la moral aplicada a temas de sexualidad. Se encuentra basado en la constante evaluación de las normas y valores sociales propios del comportamiento sexual humano, asociado a una sociedad y época determinada, por lo que puede ir sufriendo modificaciones de acuerdo a los convencionalismos de cada sociedad. Algunos de los temas comúnmente tratados por esta disciplina son la educación sexual, la masturbación, el sexo premarital y extramatrimonial (como el adulterio y por cohabitación), la promiscuidad, la homosexualidad y otras orientaciones sexuales diferentes a la heterosexual, la identidad sexual, la prostitución, la pornografía, entre otros.
Se identifica con la moral sexual religiosa, dada la estrecha identificación de las religiones desde su origen con un código de conducta, que regula las relaciones afectivo-sexuales y el matrimonio en todas las civilizaciones; pero también existe una moral sexual atea.
La expresión ética sexual es ambigua y puede ser usada como sinónimo de "moral sexual".[1] La Congregación para la Doctrina de la Fe de la Iglesia católica usa el término "ética sexual" en sus recomendaciones a los creyentes.[2]
Bajo un punto de vista legal, en el ordenamiento jurídico de algunos países la moral sexual se encuentra asociada directamente al término de «moral y buenas costumbres», donde se establece o interpreta la legalidad de los distintos actos sexuales.[3]