El término japonés nakama (en japonés 仲間), se utiliza para designar a un amigo, compañero, camarada de la tripulación, aliado, etc.
Sin lugar a dudas, manga y anime son dos de los estilos artísticos más reconocidos de Japón, aunque son continuamente confundidas por el público occidental. Ambas son formas narrativas que cuentan con estilos gráficos semejantes entre ellos y distintos a otros productos. Sin embargo, son cosas totalmente diferentes.
El manga es un producto impreso, al igual que las tiras cómicas, y se califica como un medio en sí mismo, abarcando historias tanto realistas como fantásticas, de temáticas muy dispares capaces de atraer público de todas edad, sexo y religión. En cuanto al anime, es la forma animada de representar una historia. Al igual que los cortometrajes animados, el anime surge influido por la época dorada de Disney, logrando consolidarse a lo largo de los años. Existe un fuerte vínculo entre ambos y son constantes las adaptaciones del segundo al primero o viceversa lo que provoca, en ocasiones, ciertas variaciones en las historias.
Cabe destacar que, a pesar de su estrecha conexión, existen diferencias notables que radican en la tradición. La animación es un género relativamente reciente, mientras que el dibujo y la escritura propios del manga son legado de cientos de años. Otra de sus diferencias más relevantes radica en el color, siendo el manga normalmente impreso en blanco, negro y trama, imprimiéndose en papel de baja calidad. Esto es debido a la necesidad de la población asiática de abaratar costos.
El "Nakama power-up" es, posiblemente, uno de los power-ups más peculiares del género shōnen (manga dirigido principalmente hacia un público masculino joven). El personaje a tratar hace uso de la fuerza del sentimiento hacia sus nakamas, logrando dar cabida a un power-up temporal que tendrá como objetivo derrotar al enemigo y proteger así a sus camaradas y seres queridos. Las motivaciones de este fenómeno pueden encontrarse en la defensa o ataque ineficientes de quienes desea proteger; esto puede ser consecuencia de un suceso trágico cuyo protagonista sea un amigo, o simplemente con el objetivo de demostrar lo que significan esas personas para el que lo lleva a cabo. Es por ello que esta energía no suele ser permanente, sino momentánea.
Por otro lado, muchos de los seguidores de manga y anime conciben cierto abuso en cuanto al uso de este poder creando debates en torno a narraciones tales como One Piece, Fairy Tail o Naruto. Así existen clasificaciones subjetivas de aquellas escenas en las que se da el anormal suceso.
La cultura Japonesa es producto de un proceso histórico complejo marcado por las migraciones asiáticas y la influencia China.[1] A mediados del siglo XVII se estableció una larga etapa de aislamiento y hermetismo (sakoku) que se prolongó hasta finales del siglo XIX, cuando recibió una inmensa influencia extranjera , la cual se consolidó tras la Segunda Guerra Mundial.
En Japón, las relaciones personales están muy determinadas por los conceptos «deber», «honor» y «obligación», los cuales representan en su conjunto una costumbre diferente a la cultura individualista del mundo occidental.
Por otro lado, los japoneses poseen un sentido del humor complejo y excéntrico, que toma muchos elementos de la cultura, la ética, el idioma y la religión, y que puede ser difícil de interpretar por culturas ajenas.
Alrededor de 127 millones de personas hablan el japonés, que constituye actualmente el noveno idioma más hablado en el mundo. Este idioma, así como sus múltiples dialectos locales, están muy ligados a las lenguas habladas en las Islas Ryukyu, al sur del país; las cuales forman todo un conjunto de lenguas japónicas. El idioma tiene una gran importancia en la sociedad japonesa, pues se trata de una lengua autóctona y profundamente arraigada en la cultura.
El japonés tiene una sintaxis compleja, con tres tipos de signos: los caracteres chinos, llamados kanji (漢字), que fueron introducidos en el siglo V; y dos silabarios: hiragana (平仮名) y katakana (片仮名), creados en el siglo IX.[2]
El vocabulario japonés está basado en palabras nativas llamadas wago (和語), y otras procedentes del chino, llamadas kango (漢語). Sin embargo, el japonés ha tenido préstamos de palabras de otros idiomas, sobre todo europeos, que en su mayor parte, provienen del inglés, del francés y el alemán.
Es el primer paso para conseguir una amistad, un shiriai es una persona con la que nos encontraríamos tan solo en ocasiones. Se mantiene una relación personal normal, pero no va más allá de pasar un buen rato. A un shiriai no se le muestra nuestros verdaderos pensamientos ni se tratan temas que puedan resultar tabú o incómodos.
Se trata de relaciones basadas, no en la confianza, sino en la jerarquía. Este tipo de relaciones se dan sobre todo en instituciones como escuelas, universidades y empresas.En la sociedad japonesa, el senpai es la persona con mayor autoridad y rango, la cual debe cuidar y aconsejar al kouhai o aprendiz.No obstante, es común que surjan relaciones de pareja gracias a la proximidad emocional que puede llegar a existir entre un senpai y un kouhai.
Dentro de ámbitos más marginales, como pueden ser las bandas callejeras, o incluso la propia yakuza, se utiliza el término aniki (algo así como hermano mayor) para designar a la persona que está a nuestro cargo. En este caso, la confianza se tiene mucho más en cuenta que en las relaciones entre senpai y kouhai, ya que en este tipo de organizaciones clandestinas no se permiten fallos ni traiciones.
Sin llegar a ser considerados amigos, los nakama son personas con gustos y aficiones similares a las nuestras y con las que disfrutamos de actividades en grupo. En español podríamos traducirlo por colega, pero tenemos que tener presente que los nakama son un grupo de personas interesadas en una misma actividad o pertenecientes a una misma empresa. Por ejemplo, alguien aficionado al deporte suele relacionarse con un mismo grupo de nakamas para practicar juntos. Fuera de ese contexto no existe ningún tipo de relación. Sin embargo, en este punto, la relación nos permite mostrarnos tal y como somos. No obstante, los detalles privados y personales continúan reservados para nuestro círculo más íntimo.
Es el término más próximo a lo que entendemos por amigo en el mundo occidental. Cuando un japonés considera tomodachi a alguien es porque realmente le gusta pasar el tiempo con esa persona: quiere compartir tiempo con ella, realizar actividades de ocio, invitarla a su casa con asiduidad (los japoneses no muestran su casa habitualmente, ya que se considera algo muy privado). Es una relación más estrecha en la que el tomodachi tiene bastante conocimiento sobre nuestra vida personal.