Nilo | ||
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النيل | ||
El Nilo cerca de Asuán, Egipto. | ||
Ubicación geográfica | ||
Cuenca | El Nilo | |
Nacimiento | Río Kagera (o lago Victoria) | |
Desembocadura | Mediterráneo | |
Coordenadas | 15°38′25″N 32°30′20″E / 15.640138888889, 32.5055 | |
Ubicación administrativa | ||
País |
Burundi Egipto Etiopía Kenia República Democrática del Congo Ruanda Sudán Sudán del Sur Tanzania Uganda | |
Cuerpo de agua | ||
Longitud | 6853 km[1] | |
Superficie de cuenca | 3 254 555 km² | |
Caudal medio | 2830 m³/s | |
Altitud |
2700 metros y 0 metro Nacimiento: río Kagera, ≈2700 m lago Victoria, 1134 m Desembocadura: 0 m | |
Mapa de localización | ||
Localización del río Nilo | ||
Cuenca del Nilo | ||
El Nilo (en árabe: النيل, alnayl) es el mayor río de África, que fluye en dirección norte a través de diez países —Burundi, Ruanda, Tanzania, Uganda, Kenia, República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Sudán, Etiopía y Egipto— hasta desaguar en el extremo sureste del Mediterráneo, formando el gran delta del Nilo, sobre el que están situadas las ciudades de El Cairo y Alejandría.
Tiene una longitud de 6650 km, lo que lo convierte en el segundo río más largo del mundo. Durante siglos fue considerado el río más largo;[2] sin embargo, mediciones del año 2008 han estimado que ese calificativo corresponde al río Amazonas.[3][4]
La fuente más lejana del lago Victoria es el río Kagera, localizado al oeste de Tanzania. Si se considera este como fuente del Nilo, su nacimiento sería el curso de agua más largo de los que desembocan en el Mediterráneo, siendo el Nilo-Kagera el segundo río más largo del mundo, con una longitud de 6853 kilómetros.[5]
El Nilo tomó su actual configuración al final de la Era Terciaria. Está ubicado al nordeste del continente. Nace en Burundi y tiene dos ramales o fuentes principales: el Nilo Blanco y el Nilo Azul. El primero atraviesa los Grandes Lagos de África, teniendo su fuente más distante en Ruanda, y fluye hacia el norte por Tanzania, el lago Victoria, Uganda, Sudán del Sur y Sudán, mientras que el Nilo Azul nace en el lago Tana, en Etiopía, y cruza el sudeste de Sudán. Ambos se encuentran cerca de la capital sudanesa, Jartum.
La parte del norte del río fluye casi completamente por el desierto, entre Sudán y Egipto, una zona cuya civilización ha dependido del río desde hace milenios. La mayor parte de la población de Egipto y todas sus ciudades —a excepción de las del delta del Nilo y los oasis— se encuentran a lo largo del valle del Nilo (al norte de Asuán), y la mayoría de los lugares de interés cultural e histórico se hallan en las riberas del río. La desembocadura del río conforma el delta del Nilo, a orillas del Mediterráneo en Egipto.
Nilo (Hapy e Iteru) en jeroglífico |
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La palabra en idioma español Nilo, al igual que la denominación árabe en-Nîl y an-Nîl derivan del Latín Nilus.[6][7]. Dicho término proviene del griego Neilos (Νειλος). En la antigua lengua egipcia, el río era llamado Hapy (Ḥˁpī) o Iteru (itrw), que significa «río o canal», representado por los jeroglíficos que se muestran en las imágenes.[8] El Nilo era asociado precisamente con el dios Hapi. En el idioma copto, la palabra piaro (sahídico) o phiaro (boháirico) significa «El río».
El Nilo fue un elemento fundamental para el florecimiento de la civilización del Antiguo Egipto. La mayor parte de sus ciudades se encontraban en el valle del Nilo y en su Delta, al norte de Asuán. El Nilo fue vital para la cultura egipcia desde la Edad de Piedra. El cambio del clima y la desertización desecaron las tierras de caza y pastoreo del África septentrional para conformar el desierto del Sáhara, en torno al 8000 a. C.; entonces, muchos habitantes migraron y se asentaron junto al Nilo, en donde desarrollaron una economía agrícola y una sociedad centralizada. La superficie del río Nilo se ha congelado al menos en dos ocasiones a lo largo de la historia, en 829 y en 1010.[9]
Se estima que el actual Nilo es, al menos, el quinto río que ha fluido hacia el norte desde las tierras altas etíopes. Las imágenes de satélite usadas para identificar cursos de agua secos en el desierto al oeste de Nilo, nos muestran un cañón, Eonilo, ahora relleno por el flujo superficial. Esto representa un antiguo Nilo llamado Eonilo que fluyó durante el Mioceno (de 23 a 5,3 millones de años antes del presente). El Eonilo transportó sedimentos hasta el Mediterráneo, y varios campos de gas han sido descubiertos dentro de estos sedimentos. Durante el Mioceno tardío se produjo la crisis salina del Mesiniense, cuando el mar Mediterráneo quedó aislado y se evaporó, y el Nilo bajó su curso a un nuevo nivel que estaba cientos de metros bajo el nivel del océano en Asuán y 2400 metros por debajo de El Cairo.[10] Este enorme cañón que se formó está ahora repleto de sedimentos.
Hay dos teorías en relación con la edad del Nilo integrado: La primera es que el drenaje integrado del Nilo es de edad joven, que la cuenca del Nilo se rompió en una serie de cuencas separadas y solo la cuenca de más al norte tuvo un río siguiendo el curso actual del Nilo en Egipto.[11] Otra teoría propuesta es que el drenaje de Etiopía a través de ríos como el Nilo Azul o el Atbarah/Takazze fluyó al Mediterráneo a través del Nilo egipcio desde la Era Terciaria.[12]
Salama, en 1987, sugirió que durante el Terciario hubo una serie de cuencas continentales separadas, cada cuenca ocupando uno de las principales fosas sudanesas: la fosa Mellut, la fosa del Nilo Blanco, la fosa del Nilo Azul, la fosa del Atbara y la fosa Sag El Naam.[13] La cuenca de la fosa de Mellut es de casi 12 kilómetros de profundidad en su parte central y posiblemente todavía está activa. El sistema de la fosa del Nilo Blanco, aunque es más bajo que el Bahr El Arab, es aproximadamente de 9 kilómetros de profundidad.
La exploración geofísica del sistema de la fosa del Nilo Azul estimó la profundidad de los sedimentos aproximadamente entre los 5 y los 9 kilómetros. Estas cuencas no fueron interconectadas hasta después de que cesara su hundimiento y la acumulación de sedimentos fuese suficiente para rellenar las cuencas a tal nivel que permitiera la conexión. Al llenarse las depresiones se conectaron el Nilo egipcio y el sudanés que captaba las aguas etíopes y ecuatoriales durante las últimas etapas de las actividades tectónicas.[14] El río Atbara se desbordó y cerró su cuenca durante los períodos húmedos, hace entre 100 000 y 120 000 años. El Nilo Azul se conectó al Nilo principal hace entre 70 000 y 80 000 años. La conexión del Nilo Victoria se produjo aproximadamente hace 12 500 años.
El sustento jugó un papel crucial en la fundación de la civilización egipcia y el Nilo fue una fuente inagotable del mismo. El Nilo, cuando se desbordaba cada año, hacía que sus riberas fuesen sumamente fértiles. Fue gracias a eso que los egipcios fueron capaces de cultivar trigo, cebada y lino, además de aportar el río abundante pescado y papiro. Todo esto posibilitaba obtener alimento suficiente para toda la población y otros importantes recursos, con lo que se evitaban en general posibles hambrunas, muy frecuentes en el Próximo Oriente debido a la irregularidad de las cosechas. También, el agua del Nilo atrajo al búfalo de agua y, después de que los persas lo introdujesen en el siglo VII a. C., al camello. Estos animales podían ser matados a fin de consumir su carne, podían ser capturados, domesticados, usados para arar e incluso para viajar en el caso de los camellos. El Nilo era también una vía eficiente y cómoda de transporte de mercancías y personas: se utilizaba como vía fluvial para transporte comercial o recreativo.
Gracias a la obtención de lino y trigo posibilitada por el Nilo y sus crecidas, Egipto tuvo una buena relación diplomática con otros países, con lo que el río contribuía a la estabilidad económica y política del país. Además, proporcionaba los recursos necesarios como el alimento o el dinero para poseer un ejército. La leyenda decía que el faraón era el responsable de las inundaciones del Nilo, y que a cambio del agua y las cosechas los campesinos debían cultivar el suelo fértil enviando después una parte de sus recursos al propio faraón, que se encargaba de usarlos en bien de la sociedad. El Nilo era también una fuente espiritual, y se creó un dios dedicado a la bondad de la inundación anual, el dios Hapy, que junto al Faraón controlaba la crecida. Además se consideró al río como una calzada de la vida hasta la muerte.[15]
El historiador griego, Heródoto, escribió que «Egipto era el don del Nilo». Sin la irrigación posibilitada por las aguas del Nilo, la civilización egipcia probablemente habría sido efímera. El Nilo proporcionó los elementos que posibilitaron la eclosión y desarrollo de una gran civilización que perduró tres mil años. El comercio ha sido continuo en el Nilo desde hace miles de años, como podemos ver en el hueso de Ishango, que fue descubierto cerca del lago Eduardo, en el noreste del Congo y que fue datado hacia el año 20 000 a. C.
A pesar de los intentos de griegos y romanos (que fueron incapaces de atravesar el Sudd) el curso alto del Nilo permaneció inexplorado en su mayor parte. Varias expediciones habían fracasado en sus intentos por determinar la fuente del Nilo, lo que motivó las representaciones helenistas y romanas del río como un dios masculino con la cabeza y la cara ocultas por telas. Agatárquidas registró que en tiempos de Ptolomeo II una expedición militar había remontado lo suficientemente el curso del Nilo Azul como para determinar que la causa de las inundaciones veraniegas eran las fuertes lluvias estacionales en el Macizo Etíope; sin embargo no se cree que ningún europeo de la Antigüedad alcanzara el lago Tana ni que siguiera los pasos de esta expedición más allá de Meroe.
Los europeos prácticamente no consiguieron nuevos datos sobre los orígenes del Nilo hasta los siglos XV y XVI, cuando viajeros por Etiopía visitaron el lago Tana e incluso la fuente del Nilo Azul en las montañas al Sur del lago. A pesar de que James Bruce declaró haber sido el primer europeo en visitar esa fuente, escritores modernos con mejores conocimientos le dan el crédito al jesuita español Pedro Páez. La descripción de Páez de la fuente del Nilo (Historia de Etiopía, c. 1622) no fue publicado íntegramente hasta comienzos del siglo XX. Este texto es una larga y vívida descripción de Etiopía. Sin embargo el relato aparece reflejado en varios escritos contemporáneos a su composición, como la Historia geral da Ethiopia a Alta (Baltasar Teles, 1660), Mundus Subterraneus (Athanasius Kircher, 1664) o El Estado Actual de Egipto (Johann Michael Vansleb, 1678). Los europeos habían vivido en el país desde finales del siglo XV, y es posible que alguno de ellos hubiera visitado la fuente anteriormente, pero fuera incapaz de enviar un relato con sus descubrimientos fuera de Etiopía. El portugués Jerónimo Lobo también describe la fuente del Nilo Azul, habiéndola visitado poco después de Pedro Páez.
El Nilo Blanco era incluso más misterioso e incomprendido, y en la Antigüedad se pensaba, equivocadamente, que el río Níger era en realidad el curso alto del Nilo Blanco; así Plinio el Viejo escribió que el Nilo tenía sus orígenes «en una montaña de la Baja Mauritania», discurría por la superficie durante una distancia de «muchos días», luego se volvía subterráneo, reaparecía como un gran lago en territorio de los Masesilos, luego volvía a desaparecer bajo el suelo del desierto, por donde discurría «por una distancia de veinte días de viaje hasta alcanzar a los etíopes más cercanos». Un mercader llamado Diógenes relató que las aguas del Nilo atraían animales como el búfalo de agua o los camellos (tras su introducción por los persas en el siglo VII a. C.).
El lago Victoria fue contemplado por europeos por primera vez en 1858, cuando el explorador británico John Hanning Speke alcanzó su orilla Sur durante su viaje de exploración por el África central con Richard Francis Burton y cuyo objetivo era localizar los Grandes Lagos. Creyendo haber encontrado la fuente del Nilo al ver por vez primera esta «gran extensión de aguas abiertas», Speke le dio el nombre de la soberana del Reino Unido de entonces. Burton, que se había estado recuperando de una enfermedad descansando algo más al Sur, en las esquinas del lago Tanganica, montó en cólera al saber que Speke había dado por demostrado que su descubrimiento era la auténtica fuente del Nilo, cuando Burton lo consideraba aún como algo sin certificar. Lo que siguió fue una gran pelea pública, que no solo originó un intenso debate dentro de la comunidad científica de la época, sino que incitó a muchos otros exploradores a confirmar o refutar el descubrimiento de Speke. El conocido explorador y misionero británico David Livingstone fracasó en su intento de confirmar las aseveraciones de Speke al desplazarse demasiado al oeste y entrar en la cuenca del Congo. Finalmente fue el explorador galés Henry Morton Stanley quien confirmó la veracidad del descubrimiento de Speke al circunnavegar el lago Victoria y describir la gran salida de agua de las Cataratas Ripon en la orilla Norte. Fue durante este viaje en el que se supone que Stanley saludó al explorador británico con las palabras «¿El doctor Livingstone, supongo?» al encontrar al escocés enfermo y abatido en su campamento a la orilla del lago Tanganica.
Además de los exploradores antes citados, cabe recordar también a otras personas que contribuyeron a definir el mapa de las fuentes del Nilo, como sir Samuel y lady Florence Baker, James Grant, Francis y Edward Pockok, Ernest Linant de Bellefonts, Chaillé-Long, Emin Pasha (Eduard Schnitzer), Georg Schweinfurth y Romolo Gessi.[16]
La expedición al Nilo Blanco, que conducía el sudafricano Hendri Coetzee, fue la primera que consiguió navegar la longitud entera del Nilo. La expedición salió desde el nacimiento del Nilo en Uganda el 17 de enero de 2004 y llegó al Mediterráneo exactamente en Rosetta, 4 meses y 2 semanas más tarde. National Geographic produjo una película sobre esta expedición hacia finales de 2005 y la tituló El río más largo.[17][18]
El 28 de abril de 2004, el geólogo Pasquale Scaturro y su compañero, el practicante de kayak y cineasta documental Gordon Brown fueron los primeros en navegar el Nilo Azul, desde el lago Tana en Etiopía a las playas de Alejandría sobre el Mediterráneo. Aunque su expedición incluyó a varios componentes estos dos fueron los únicos que permanecieron el viaje completo. Filmaron su aventura con una cámara IMAX y la emitieron en una película denominada El misterio del Nilo además de escribir un libro con el mismo título.[19]
El 30 de abril de 2005, un equipo conducido por los sudafricanos Peter Meredith y Hendri Coetzee, fueron los primeros en navegar la parte más remota del Nilo, el río Akagera que comienza en Rukarara en el bosque de Nyungwe en Ruanda. El 31 de marzo de 2006, tres exploradores de Gran Bretaña y Nueva Zelanda, liderados por Neil McGrigor reclamaron haber sido los primeros en viajar por el río desde una nueva fuente en la selva tropical de Nyungwe en Ruanda, descubriendo que el Nilo es 107 kilómetros más largo que lo que estaba previsto anteriormente.[20]
La cuenca hidrográfica del Nilo comprende 3 254 555 kilómetros cuadrados, aproximadamente el 10 % de la superficie de África.[21]
Hay dos grandes ramales o fuentes del Nilo que constituyen el Alto Nilo y que se unen en Jartum, en los flancos occidentales de la fosa del este de África, en la parte sur del Gran Valle del Rift:
Aguas abajo de la confluencia del Nilo Azul y el Nilo Blanco, el único tributario de importancia que queda es el río Atbara, que proviene de Etiopía, al norte del lago Tana. Este río fluye únicamente cuando hay lluvia en Etiopía y se seca muy rápido. Se une al Nilo aproximadamente 300 kilómetros al norte de Jartum. Desde el punto de unión hacia el norte el Nilo disminuye de caudal debido a la evaporación.
El curso de Nilo en Sudán es distinto. Atraviesa seis grupos de cataratas desde Asuán hasta Sabaloka (al norte de Jartum), luego da la vuelta para fluir hacia el sur, antes de volver otra vez a fluir hacia el norte. Estos cambios en el fluir del curso se llaman comúnmente «la gran curva de Nilo» que rodea el Desierto de Bayuda. En el norte de El Cairo el río se divide en varios ramales que llegan hasta el Mediterráneo. Los dos principales son: el ramal de Rosetta, al oeste; y el ramal de Damieta, al este, conformando el delta del Nilo.
A veces se considera que el origen del Nilo es el lago Victoria, pero el lago es alimentado por muchos otros ríos, algunos de ellos de una longitud y caudal considerables. La principal fuente del Nilo, el curso de agua más distante del Mediterráneo, es el río Kagera, uno de los afluentes de la parte central de la orilla occidental del lago, que desagua cerca de la ciudad tanzana de Bukoba. Dos son las fuentes más lejanas del Kagera y, por tanto, del propio Nilo:
El Nilo abandona el lago Victoria en las Cataratas Ripon, cerca de Jinja, Uganda, con el nombre de Nilo Victoria. Este fluye aproximadamente 500 kilómetros, por el lago Kyoga, hasta alcanzar el lago Alberto. Después de dejar este lago toma el nombre de Nilo Alberto. A partir de aquí fluye en Sudán, donde es conocido como «Bahr Jabal Al» (río de la montaña o Alto Nilo). El río el-Ghazal (Bahr al-Ghazal) tiene 716 kilómetros de largo y se une al «Bahr Jabal Al» en una pequeña laguna llamada lago No, después de lo cual se le conoce como «Bahr al Abyad» o «Nilo Blanco» debido a la arcilla blanquecina que se encuentra en sus aguas. Del lago No, el río fluye hasta Jartum.
El término Nilo Blanco es usado tanto en un sentido general, refiriéndose al río antes de Jartum, como en un sentido limitado: la sección entre el lago No y Jartum. Desde el lago Victoria hasta la confluencia con el Nilo Azul en Jartum, es la región donde recibe todos sus tributarios, excepto el Atbara, que es de corriente periódica y habitualmente se le denomina Nilo Superior hasta el lago Alberto, y a partir de ahí hasta Jartum, Alto Nilo.
El Nilo Azul (en etíope ጥቁር ዓባይ Ṭiqūr ʿĀbbāy «Abay Negro»; en Sudán Bahr al Azraq) nace del lago Tana en las tierras altas etíopes. Fluye aproximadamente 1400 km hasta Jartum, donde se une con el Nilo Blanco para formar el propio Nilo. El 90 % del agua y el 96 % del sedimento que transporta el Nilo provienen de Etiopía,[22] y el 59% del agua viene del Nilo Azul, y el resto de los ríos Tekezé, Atbara, Sobat y de pequeños tributarios. La erosión y el transporte de los sedimentos sólo se producen durante la estación lluviosa etíope en el verano, sin embargo, cuando hay precipitación, es especialmente alta sobre el macizo Etíope; el resto del año, los grandes ríos de Etiopía (Sobat, Nilo Azul, Tekezé y Atbarah) fluyen débilmente.
Esta zona del río se extiende desde Jartum hasta Asuán. Es una región seca y árida que atraviesa una meseta desierta ya que no posee otros afluentes que no sean el Atbarah. Este tramo tiene una longitud aproximada de 1800 kilómetros, y se caracteriza por las seis cataratas que posee. La primera de ellas se encuentra en Asuán, la segunda en Wadi Halfa, la tercera en Kerma, la cuarta entre Abu Hamad y Dongola, la quinta está a 45 kilómetros de Berber y la última, la sexta está a 80 kilómetros de Jartum.
Esta zona que abarca principalmente el delta del Nilo es el territorio conformado por los fértiles depósitos aluviales del Nilo desde Asuán hasta desembocar en el Mediterráneo y está compuesto por canales que irrigan el valle y la depresión de Fayum, siendo posible navegar por el río. El delta está al norte de Egipto y tiene forma de letra griega Delta (Δ), de ahí el nombre dado por los antiguos griegos.
Es uno de los deltas más grandes del mundo, abarcando aproximadamente desde Alejandría, en el oeste, a Puerto Saíd, en el este, con 230 km de costa mediterránea, y hasta la ciudad de El Cairo, por el sur. Es una región fértil, muy apta para la agricultura y densamente poblada. En el Antiguo Egipto estas tierras eran denominadas el Bajo Egipto.
Hasta la construcción de la presa de Asuán, se estima que el delta aumentaba de superficie una media de un kilómetro cuadrado anualmente, o unos cuatro metros de longitud, a causa del aporte de limos. Desde épocas de la primera dinastía el delta ha incrementado su superficie unos tres mil kilómetros cuadrados.
El uso del río Nilo ha sido asociado con la política africana durante muchas décadas. Varios países, incluyendo Uganda, Sudán, Etiopía y Kenia se han quejado de la dominación egipcia de los recursos de agua de Nilo. La «Iniciativa de la Cuenca del Nilo» fue uno de los programas más importantes para promover su uso por igual y la cooperación pacífica entre los estados de la cuenca del Nilo.[23]
El río se desborda cada verano y deposita restos fértiles sobre los llanos pero hay ciertas zonas donde existen cataratas que crean cursos de agua más rápidos, dificultando e impidiendo la navegación en barco. Los pantanos Sudd en Sudán también crean un obstáculo para la navegación y para el flujo de agua, por lo cual se pensó en crear un canal, el Canal Jongleai, para evitar el agua pantanosa.[24]
Las ciudades que están sobre el Nilo incluyen Jartum, Asuán, Luxor (la antigua Tebas) y El Cairo. Al norte de Asuán es común ver una ruta turística, con barcos de crucero y barcos de vela tradicionales de madera, las falucas. Hay también barcos de crucero que hacen la ruta entre Luxor y Asuán, parando en las ciudades de Kom Ombo y Edfu a lo largo del camino. Más recientemente, la sequía durante los años 1980 trajo el hambre a Etiopía y Sudán, pero Egipto se salvó gracias al agua embalsada en el lago Nasser.
Además, a través del Nilo se transportan mercancías a diferentes sitios gracias a la navegación. Con los vientos septentrionales se puede remontar el curso del río a vela, y gracias a la corriente es posible seguir el flujo del río. Mientras la mayor parte de los egipcios todavía viven en el valle del Nilo, la construcción de la Presa de Asuán (la cual se terminó en 1970) permitió dotar de hidroelectricidad a la población, cesando las inundaciones estivales y la renovación del suelo fértil.
La construcción fue iniciada por los británicos en 1899 y se concluyó en 1902. El diseño inicial tenía 1900 m de largo por 54 m de alto, aunque pronto se descubrió que era inadecuado, por lo que se procedió a aumentar su altura en dos fases: de 1907 a 1912 y de 1929 a 1933. Cuando la presa estuvo a punto de desbordarse en 1946 se decidió que, en lugar de aumentar su altura por tercera vez, se construyera una segunda presa ocho kilómetros río arriba.
El proyecto se comenzó en 1952, exactamente tras la revolución de Gamal Abdel Nasser y, en principio, Estados Unidos ayudó a financiar la construcción, pero dicha ayuda cesó a mediados de 1956 y el gobierno egipcio se propuso continuar el proyecto, hasta que en 1958 intervino la Unión Soviética pagando, posiblemente, un tercio del costo de la inmensa presa de hormigón, piedra y arcilla. Aparte, proporcionaron técnicos y maquinaria pesada y el diseño corrió a cargo del instituto soviético Zuk Hydroproject.
La construcción comenzó en 1960. La Presa Alta, El saad al Aali, fue concluida en su totalidad el 21 de julio de 1970, pero alcanzó su capacidad total en 1976. Este embalse causó inquietud entre los arqueólogos debido a que el complejo de Abu Simbel, así como decenas de templos, quedarían sumergidos bajo las aguas del Nilo. En 1960 una operación de rescate patrocinada por la Unesco localizó, excavó y trasladó veinticuatro de estos monumentos a ubicaciones más seguras. La longitud de la presa es de 5 kilómetros, la altura mínima de 76 metros, la longitud de más de 400 kilómetros, la capacidad de 70 000 millones de m³ y una producción energética de unos 10.000 millones de kWh anuales.
El Nilo constituye un ejemplo típico de lo que se conoce en hidrografía como río alóctono, es decir, un río cuyas aguas proceden de otras regiones con un clima mucho más lluvioso. De aquí que sea necesario estudiar cada uno de los tramos principales en los que se puede dividir su largo curso.
Los antiguos egipcios construyeron sus ciudades normalmente en las fértiles riberas del río por lo que hay muchas ciudades en sus márgenes o en sus proximidades. Algunas de ellas tienen más de un millón de habitantes, como El Cairo, Guiza, Alejandría (en Egipto) y Jartum y Omdurmán (en Sudán).
Con más de 100 000 habitantes se encuentran, Kigali en Ruanda; Kampala y Jinja en Uganda; Juba, Malakal, Kusti, Rabak, Jartum Norte, Atbara y Wadi Halfa en Sudán; y Asuán, Luxor, Qena, Sohag, Asiut, Minya, Beni Suef, Fayum, Helwan, Heliópolis, Imbaba, Banha, Shibin el-Kom, Ismailia, Zagazig, Tanta, Mahalla al-Kubra, Mansura, Naucratis, Damanhur, Puerto Saíd y Damietta en el valle y el delta de Egipto.
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