La numismática es el estudio o coleccionismo de monedas y otros objetos relacionados, tales como billetes, títulos valor y medallas. Abarca el estudio de la moneda y el pago, y da testimonio de la historia económica, comercial y política del ser humano. La numismática como disciplina y afición nace en el siglo xix[1] y está relacionada con la epigrafía, la paleografía, la semiología y el arte.
Además es una ciencia auxiliar de la arqueología y de la historia.[2]
La ciencia numismática es de interés, ya que permite obtener conocimientos sobre los objetos usados en los intercambios y en la economía de distintos pueblos, también de su historia y costumbres.[2]
Existen testimonios del uso de objetos monetiformes desde la prehistoria, miles de años antes de la invención de la escritura.[3][4] Se han encontrado registros contables de alrededor del 5000 a. C en Mesopotamia,[5] no obstante las primeras monedas de metal aparecen en el siglo VIII a. C. en Éfeso y Persia. El primer modelo bancario del que se tiene registro histórico data de la Antigua Roma. Desde época romana la moneda era una regalía, es decir, solo la puede acuñar el emperador, en especial la moneda de oro. El uso del papel moneda fue mucho más tardío, comenzó en la China del siglo XI.[6] El primer banco europeo en emitir billetes fue el sueco Stockholms Banco, predecesor del Banco de Suecia (1866), el banco central más antiguo del mundo. En 1971, el presidente de Estados Unidos Richard Nixon anunció que el dólar estadounidense ya no sería convertible en oro, aboliendo el sistema del patrón oro.
Cuando se trata solo de papel moneda, se conoce como notafilia.
Existen otras dos ramas, la exonumia y la escripofilia, la primera relacionada con el estudio de los objetos monetiformes que no son moneda en un sentido estricto, tales como las fichas privadas o las medallas; y la segunda estudia los títulos y certificados con valor económico, principalmente acciones y bonos.[2]
La numismática clásica se divide en dos partes:
El término numismática deriva del latín numismatis, genitivo de numisma, variante de nomisma ('moneda')[7] y latinización del griego νόμισμα (nómisma, 'moneda corriente, costumbre')[8] que deriva de νομίζω (nomízō, 'mantener o poseer una costumbre o unos usos, utilizar según costumbre')[9] y este a su vez de νόμος (nómos, 'uso, costumbre, ley'),[10] derivado en última instancia de νέμω (nemō, 'dispensar, dividir, asignar, mantener').[11]
La evolución de la numismática podría englobarse en dos grandes tipos de épocas:
a) Épocas en las que fueron utilizadas monedas no metálicas. Se producía un intercambio "natural" entre mercancías y productos codiciados para el uso y el consumo. Los pueblos típicamente artesanos y marinos emplearon igualmente, como moneda, sus productos comunes de más valor y, a veces, productos que nos parecen inverosímiles, tales como las conchas y los dientes de cetáceo, las telas, etc. Así, por ejemplo, los pueblos cazadores utilizaban las pieles como intercambio y los pueblos agricultores los productos de la tierra. Popularmente conocido como "trueque".
b) Épocas en que se utilizaron los metales como moneda. En un principio los utensilios de metal y los lingotes de oro constituyeron la "moneda" que sustituyó a los productos de cambio en las transacciones comerciales. El peso, probablemente, determinó la constitución de la primera escala de valores completa. Un paso decisivo fue la impresión o grabado de un sello oficial que garantiza y certifica el peso fijo del lingote.
Sobre su invención existen opiniones diversas. Para algunos el rey de Argos, Fidón, acuñó las primeras monedas de plata en la isla de Egina. Otros dicen que fueron los lidios, s.VI a. C. Tesis más recientes dicen que fueron los banqueros de la Jonia Meridional hacia el s. VII a. C.
Los elementos que la formaron fueron, como dice san Isidoro en sus Etimologías, la materia o material empleado, la ley que señala «el grado de pureza del metal y la forma o figura, garantía del poder público que le da valor legal como tal».
Es posible que el coleccionismo de monedas ya existiera en la Antigüedad. César Augusto regalaba como obsequio en las Saturnales "monedas de todo tipo, incluidas piezas antiguas de los reyes y dinero extranjero".[12]
El primer libro sobre monedas fue De Asse et Partibus (1514) de Guillaume Budé.[13] Durante los primeros años del Renacimiento, la realeza y la nobleza europeas coleccionaban monedas antiguas. Coleccionistas de monedas fueron el Papa Bonifacio VIII, el Emperador Maximiliano del Sacro Imperio Romano Germánico, Luis XIV de Francia, Fernando I, el Elector Joaquín II Héctor, Elector de Brandeburgo, que inició el gabinete de monedas de Berlín, y Enrique IV de Francia por nombrar algunos. La numismática recibe el nombre de "afición de reyes", debido a sus fundadores más estimados.
En el siglo XX, las monedas ganaron reconocimiento como objetos arqueológicos, y estudiosos como Guido Bruck del Kunsthistorisches Museum de Viena se dieron cuenta de su valor para proporcionar un contexto temporal y de la dificultad a la que se enfrentaban los conservadores a la hora de identificar monedas desgastadas utilizando la literatura clásica. Tras la Segunda Guerra Mundial, en Alemania se puso en marcha un proyecto, Studien zu Fundmünzen der Antike (Hallazgos de monedas del periodo clásico), para registrar todas las monedas encontradas en Alemania. Esta idea encontró sucesores en muchos países.
La obra de la sinóloga inglesa Helen Wang "A short history of Chinese numismatics in European languages" (2012-2013) ofrece un esbozo de la historia de la comprensión de la numismática china por parte de los países occidentales.[14] Les amis des monnaies, de Lyce Jankowski, es un estudio en profundidad de la numismática china en China en el siglo XIX.[15]
En la acepción moderna del término, que empieza a usarse a mediados del siglo XX, la numismática es el estudio científico del dinero en todas sus variadas formas. Aunque a los numismáticos a menudo se los caracteriza como estudiantes de las monedas, la disciplina actual incluye también el estudio de otras formas modernas del dinero y muchos aspectos con él relacionados, incluyendo su uso, historia, geografía, arte, economía, metalurgia, procesos de manufactura, etc.
Entre otras formas modernas del dinero que estudia la numismática estarían el cheque, el papel moneda o billete, la acción y el bono (escripofilia), la tarjeta de crédito y la ficha monetaria (monetiformes). Para agrupar estos elementos en una sola categoría se ha adoptado un término; la exonumia. Esta palabra es utilizada en su mayoría por los coleccionistas de habla inglesa.
Aunque en general los estudios económicos e históricos del uso y el desarrollo del dinero están separados del estudio del dinero físico que hace la numismática, existe no obstante relación entre ambos; las teorías del origen del dinero dependen de la numismática, por ejemplo. En este sentido la numismática juega un papel importante, ya que a través de las monedas (tiradas especiales, cambios de material, etc.) consiguen descifrarse y comprenderse asedios, motivos reales e imperiales, flujos económicos, etc.
Los numismáticos son a veces diferenciados de los coleccionistas en tanto que los últimos básicamente derivan su placer de la simple posesión de objetos monetarios, mientras que la atención de los primeros se centra en la adquisición de conocimientos sobre ellos. De hecho, muchos numismáticos son también coleccionistas y algunos coleccionistas muestran interés por el conocimiento de sus objetos de colección.
Hay que tener en cuenta que esta clasificación está sujeta a cambios de valoración según las circunstancias históricas en torno a la acuñación de las monedas (y otros efectos de función similar). De este modo encontramos monedas muy maltratadas o bien con defectos de fabricación que por ser escasas o incluso, gracias a esos defectos, consiguen un valor mucho mayor.[16]
Cuando una moneda está entre dos categorías, se indica con una barra o pleca inclinada, por ejemplo: EBC/MBC. Se añaden símbolos + o - tras una categoría para indicar caracteres intermedios.
En cualquier variante (billete, pagaré, letra de cambio, cheque, cédula)