Philip K. Dick | ||
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Dick en 1962 o antes. Foto de Arthur Knight. | ||
Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Philip Kindred Dick | |
Apodo | Phil | |
Nacimiento |
16 de diciembre de 1928 Chicago (Estados Unidos) | |
Fallecimiento |
2 de marzo de 1982 Santa Ana (Estados Unidos) | (53 años)|
Causa de muerte | Accidente cerebrovascular | |
Sepultura | Riverside Cemetery | |
Residencia | Santa Ana y Fullerton | |
Nacionalidad | Estadounidense | |
Religión | Iglesia episcopal en los Estados Unidos | |
Lengua materna | Inglés | |
Familia | ||
Cónyuge |
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Hijos | Isa Dick Hackett | |
Educación | ||
Educado en |
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Información profesional | ||
Ocupación | Novelista, ensayista, escritor de ciencia ficción, filósofo y escritor | |
Área | Ciencia ficción, actividad literaria, ensayo y literatura de ciencia ficción | |
Movimiento | Literatura posmoderna | |
Seudónimo | Richard Phillipps y Jack Dowland | |
Género | Ciencia ficción y ficción especulativa | |
Obras notables | ||
Distinciones |
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Firma | ||
Philip Kindred Dick (Chicago, Illinois, 16 de diciembre de 1928-Santa Ana, California, 2 de marzo de 1982), más conocido como Philip K. Dick, fue un escritor y novelista estadounidense de ciencia ficción, que influyó notablemente en dicho género.
Trató temas como la sociología, la política y la metafísica en sus primeras novelas, donde predominaban las empresas monopolísticas, los gobiernos autoritarios y los estados alterados de conciencia. En sus obras posteriores, el enfoque temático reflejó claramente su interés personal en la metafísica y la teología. A menudo se basó en su propia experiencia vital, y reflejó su obsesión con las drogas, la paranoia y la esquizofrenia en novelas como Una mirada a la oscuridad y SIVAINVI.[1] La novela El hombre en el castillo, galardonada con el premio Hugo a la mejor novela en 1963,[2] está considerada como una obra maestra del subgénero de la ciencia ficción denominado «ucronía». Fluyan mis lágrimas, dijo el policía, una novela sobre una estrella televisiva que vive en un estado policial en un cercano futuro distópico, ganó el premio John W. Campbell Memorial a la mejor novela en 1975.[3]
Además de treinta y seis novelas, escribió 121 relatos cortos. Gran parte de sus muchas historias y obras menores fueron publicadas en las revistas pulp de la época;[4] fue en una de ellas donde apareció Beyond Lies the Wub, su primera venta profesional: Planet Stories de julio de 1952.[5] Aclamado en vida por contemporáneos como Robert A. Heinlein o Stanisław Lem, pasó la mayor parte de su carrera como escritor casi en la pobreza[6] y obtuvo poco reconocimiento antes de morir. Tras su muerte, sin embargo, el traslado al cine de varias de sus novelas, comenzando por la adaptación de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? en la película Blade Runner, le dio a conocer al gran público. Su obra es hoy una de las más populares de la ciencia ficción y Dick se ha ganado el reconocimiento del público y el respeto de la crítica.
Philip Kindred Dick y su hermana melliza, Jane Charlotte Dick, fruto de la unión entre Dorothy Kindred Dick y Joseph Edgar Dick en Chicago, nacieron prematuramente seis semanas antes de lo normal. El padre de Dick, un investigador de delitos económicos que trabajaba para el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, había contratado recientemente seguros de vida para la familia. La compañía de seguros envió a una persona al domicilio familiar el 26 de enero de 1929; al ver a Philip desnutrido y a Jane herida, el empleado llevó urgentemente a los niños al hospital. Jane falleció por el camino, con apenas cinco semanas de edad. La muerte de la hermana melliza de Philip lo afectó profundamente, tanto en su obra como en sus relaciones y en todos los aspectos de su vida, dando lugar al leitmotiv del "gemelo fantasma" en muchos de sus libros.[7] Posteriormente, la familia se mudó al Área de la Bahía de San Francisco, en el estado de California. Cuando Philip cumplió los cinco años, su padre fue trasladado a Reno, en el estado de Nevada. Dorothy se negó a ir allí, de manera que ella y Joseph se divorciaron. Joseph peleó por la custodia de su hijo, pero finalmente no la consiguió. Dorothy, resuelta a criar a Philip sola, obtuvo un trabajo en Washington D. C. y se mudó allí con su hijo.
Philip K. Dick cursó estudios básicos en la Escuela Primaria John Eaton desde 1936 hasta 1938, completando los cursos desde el segundo hasta el cuarto. Su peor nota fue un suficiente en redacción, a pesar de que uno de sus profesores comentaba que "demuestra interés y talento para contar historias". En junio de 1938, madre e hijo volvieron a California. Allí fue al instituto de enseñanza secundaria de Berkeley; él y Ursula K. Le Guin fueron alumnos de dicho instituto en la misma promoción, aunque no llegaron a conocerse. Tras terminar sus estudios secundarios, pasó una breve temporada estudiando en la Universidad de California en Berkeley, pretendiendo especializarse en alemán, aunque abandonó estos estudios sin haberlos terminado. Esto se debió a su negativa a seguir el curso del Reserve Officers Training Corp.[8]
Durante el tiempo que pasó en Berkeley, Dick trabó amistad con el poeta Robert Duncan y, según él afirmaba, fue presentador de un programa de música clásica de la emisora de radio KSMO en 1947. Desde 1948 hasta 1952 fue vendedor de discos,[9] su único trabajo antes de publicar su primera historia corta en 1952. A partir de entonces, se dedicó a la escritura a tiempo casi completo, publicando su primera novela en 1955. Los años 50 fueron una época difícil para Dick, tanto que, como una vez dijo, "ni siquiera podíamos pagar las sanciones por atraso de la biblioteca". Se relacionó con la contracultura anterior a los 60 de California y simpatizaba con los poetas beat y las ideas de izquierda. Dick se opuso a la guerra de Vietnam, por lo que el FBI le abrió expediente. De hecho, en 1955, Dick y su por entonces esposa, Kleo Apostolides, habían recibido una visita del FBI. La pareja creía que esto era el resultado de las ideas socialistas y actividades izquierdistas de Kleo. No obstante, ambos llegaron a entablar una amistad con uno de estos agentes del FBI, llegando incluso Dick a enseñarle a conducir.[10]
El reconocimiento de la crítica le llegó a Philip K. Dick en 1963, cuando ganó el Premio Hugo por su novela El hombre en el castillo.[11] Aunque Dick fue entonces aclamado como un genio en el mundo de la ciencia ficción, siguió siendo un desconocido para el resto del mundo literario, por lo que sólo pudo publicar sus libros en editoriales especializadas que pagaban poco. En consecuencia, aunque publicó novelas regularmente durante los siguientes años, siguió teniendo dificultades económicas casi hasta el final de sus días.[12]
En su introducción a la recopilación de relatos cortos El hombre dorado (1980), Dick escribió:
Hace varios años, cuando yo estaba enfermo, Heinlein me ofreció su ayuda, cualquier cosa que pudiese hacer, y no nos conocíamos; me telefoneaba para animarme y ver cómo me iba. Él quería comprarme una máquina de escribir eléctrica —que Dios lo bendiga— era uno de los pocos caballeros de verdad en este mundo. No estoy de acuerdo con ciertas ideas que desarrolla en su obra, pero no importa. En una ocasión en la que yo le debía mucho dinero a Hacienda y no podía conseguirlo, Heinlein me lo prestó. Tengo muy buena opinión de él y de su esposa; a ellos les dediqué un libro como muestra de aprecio. Heinlein es un hombre bien parecido, realmente impresionante y muy militar en su postura; se puede decir que tiene una apariencia militar, incluso en su corte de pelo. Él sabía que yo era un friki desquiciado y aun así nos ayudaba a mí y a mi esposa cuando teníamos dificultades. Eso es lo mejor del ser humano; lo que amo de cada quien.
En 1972, Dick donó sus manuscritos y papeles a la Special Collections Library en la Universidad del Estado de California en Fullerton, donde fueron archivados en la Colección de Ciencia ficción Philip K. Dick en la Biblioteca Pollak. En Fullerton fue donde Dick trabó amistad con los escritores de ciencia ficción K. W. Jeter, James Blaylock y Tim Powers.
La última novela dickiana publicada en vida del autor fue La transmigración de Timothy Archer. Por su carácter visionario, sus obras pueden compararse con las de William S. Burroughs, aunque Dick resulta menos mordaz y más filosófico.
Philip K. Dick se casó cinco veces y tuvo dos hijas (Laura e Isa) y un hijo (Christopher). Todos sus matrimonios terminaron en divorcio.[13]
A la edad aproximada de 13 años, Dick tuvo un sueño recurrente durante varias semanas. Soñaba que estaba en una librería, buscando un número de la revista Astounding Magazine. El número en cuestión se suponía que contenía la historia El Imperio nunca cayó, la cual le revelaría los secretos del universo. A medida que el sueño persistía, la pila de revistas en las que miraba era cada vez más pequeña, pero nunca llegó a la última revista. Finalmente, Dick llegó a tener miedo de que lograr descubrir esa revista lo volviera loco (como en el Necronomicón de Lovecraft o El rey de amarillo de Chambers).[14] Estos sueños cesaron enseguida, pero la frase El Imperio nunca cayó habría de aparecer más tarde en su obra.
El 20 de febrero de 1974 se recuperaba de los efectos del pentotal sódico administrado durante la extracción de una muela del juicio rota. Al abrir la puerta para recibir un nuevo envío de analgésicos, advirtió que la mujer que le traía el paquete llevaba un colgante con lo que él llamó la "vesícula Piscis"[cita requerida]. Este nombre parece basarse en su confusión de dos símbolos relacionados, el Ichthys (dos arcos en intersección representando el perfil de un pez) que los primeros cristianos usaban como símbolo secreto, y la vesica piscis. Una vez solo, comenzó a sufrir extrañas visiones. Aunque éstas podrían en principio atribuirse a los analgésicos, se prolongaron durante varias semanas, lo que vuelve tal explicación poco plausible. Dick describió sus primeras visiones como rayos láser, patrones geométricos y visiones fugaces de Jesucristo así como de la antigua Roma, la que vislumbraba periódicamente. Dick le explicó sus visiones a Charles Platt en estos términos: "experimentaba una invasión de mi mente por una mente transcendentalmente racional, como si yo hubiese estado loco toda mi vida y de repente me hubiese vuelto cuerdo". Durante febrero y marzo de 1974 experimentó una serie de visiones, a las cuales se referiría como "tres-dos-setenta y cuatro" (3/2/1974). Cuando las visiones incrementaron en duración y frecuencia, Dick afirmó que había comenzado a vivir una doble vida: una como sí mismo y otra como Tomás, un cristiano perseguido por los romanos en el siglo I d. C. A pesar de que había consumido drogas y seguía haciéndolo, Dick aceptó estas visiones como reales, buscando otras explicaciones racionales y religiosas, creyendo que había establecido contacto con una entidad divina de algún tipo, a la que se refería como Cebra, Dios, o más frecuentemente SIVAINVI. SIVAINVI es el acrónimo de SIstema de VAsta INteligencia VIva (en inglés VALIS: Vast Active Living Intelligence System). Dick usó este término como título para una de sus novelas, de carácter semiautobiográfico (además de escribir sobre sus experiencias en otra novela del mismo carácter, Radio libre Albemuth), y posteriormente teorizó que era un satélite de algún tipo que enviaba rayos para comunicarse con la gente de la Tierra. Afirmó que dicho ente usaba un "estímulo desinhibidor" para predisponer a los sujetos a la comunicación, en su caso la vesícula Piscis.
El propio Dick especulaba con la posibilidad de sufrir esquizofrenia. La enfermedad mental fue uno de sus intereses constantes, impregnando su obra: Jack Bohlen, un personaje en la novela Tiempo de Marte (1964) es un "exesquizofrénico"; en Los clanes de la luna alfana (1964) imagina una sociedad organizada compuesta por enfermos mentales y en Podemos construirle (1972), uno de los personajes principales es tratado por esquizofrenia. En 1965 escribió el trabajo titulado La esquizofrenia y el Libro de los Cambios.
La mayoría de los estudiosos de este fenómeno concluirían que las visiones de Dick fueron causadas por una breve crisis psicótica, y podrían estar en lo cierto. Sin embargo, lo que ha hecho que el misterio de las experiencias de Dick haya perdurado es la concurrencia de varios sucesos constatables difíciles de racionalizar. En una ocasión, Dick, al escuchar una estrofa de la canción Strawberry fields forever, advirtió de que su hijo tenía una hernia inguinal derecha estrangulada. Los chequeos rutinarios del bebé no descubrieron ningún defecto ni enfermedad pero Dick insistió en que se le efectuasen pruebas más exhaustivas para asegurarse de la buena salud de su hijo. El médico terminó por aceptar a pesar de que el niño no presentaba síntomas de ningún tipo. Durante el examen los médicos le detectaron la hernia, que habría sido mortal de no haberse intervenido rápidamente.[15] El niño sobrevivió gracias a la operación. Dick atribuye este episodio a un contacto con SIVAINVI.
Otro suceso extraño fue un episodio de xenoglosia. La esposa de Dick transcribió los sonidos que le oyó pronunciar y Dick descubrió más tarde que se trataba de un antiguo dialecto griego, que nunca había estudiado.
Experimentara o no realmente algún tipo de comunicación divina, Dick fue incapaz de explicar racionalmente los hechos. Durante el resto de su vida, luchó por comprender mejor lo que le estaba ocurriendo, cuestionando su propia cordura y su percepción de la realidad. Expurgó tantos pensamientos como pudo en un diario, la Exégesis.
A medida que pasaba el tiempo, se volvió crecientemente paranoico, creyendo que la KGB o el FBI estaban urdiendo conspiraciones contra él y tendiéndole trampas. En algún momento creyó que habían irrumpido en su casa y robado diversos documentos, aunque más tarde concluye que probablemente hubiese sido él mismo quien cometiera el robo y lo hubiera olvidado. Esta experiencia es reflejada en las vivencias de su personaje Bob Arctor, Agente Fred, en Una mirada a la oscuridad.
Sus obras más tardías, especialmente la trilogía de SIVAINVI, tienen un fuerte componente autobiográfico. Muchas de ellas incluyen referencias al 2 de febrero de 1974. Dick fue también un voraz lector de obras de religión, filosofía y metafísica, especialmente de las relacionadas con el gnosticismo. La influencia de estas lecturas es patente en muchas de sus historias.
El 17 de febrero de 1982, después de completar una entrevista, Dick contactó a su terapeuta, quejándose de una vista defectuosa, quien le aconsejó que acudiera inmediatamente a un hospital, pero no lo hizo. Al día siguiente, fue encontrado inconsciente en el piso de su casa en Santa Ana, California, tras haber sufrido un derrame cerebral. Pocos días después, el 25 de febrero, Dick sufre otro derrame estando hospitalizado que le causa la muerte cerebral. El 2 de marzo de 1982 es desconectado del soporte vital y fallece. Después de su muerte, el padre de Dick, Joseph, lleva sus cenizas al Cementerio Riverside en Fort Morgan, Colorado (sección K, bloque 1, lote 56), donde son enterradas junto a las de su hermana melliza Jane, que había muerto siendo niña. Su lápida había sido inscrita con los nombres de ambos en el momento de su fallecimiento, hacía 53 años.
Ocasionalmente, Philip K. Dick firmó sus obras con seudónimos, especialmente Richard Philips y Jack Dowland. El apellido Dowland se refiere al compositor John Dowland, que aparece en varias obras dickianas. El título de la novela Fluyan mis lágrimas, dijo el policía se refiere a la obra más conocida de Dowland, Fluyan mis lágrimas. En la novela La invasión divina, el personaje Linda Fox es una cantante muy conocida en toda la galaxia, cuyas canciones son todas ellas versiones de obras de John Dowland. Además, algunos protagonistas dickianos se llaman Dowland.
El relato corto Orfeo con pies de arcilla fue publicado bajo el seudónimo de Jack Dowland. El protagonista desea ser la musa del autor ficticio Jack Dowland, considerado el mejor autor de ciencia ficción del siglo XX. En la historia, Dowland publica un relato corto titulado Orfeo con pies de arcilla bajo el seudónimo de Philip K. Dick.
En su novela semiautobiográfica SIVAINVI, el protagonista se llama Amacaballo Fat. "Philip", o "Phil-Hippos", significa en griego "el que ama a los caballos", mientras que en inglés, "Fat" (gordo) es la traducción del alemán "Dick".
Aunque el propio Dick nunca empleó esta denominación, sus seguidores y la crítica a menudo se refieren familiarmente a él como "PKD" (tal como se habla a veces de Jorge Luis Borges como "JLB"), y usan los adjetivos "dickiano" y "phildickiano" para describir su estilo y sus temas (como "orwelliano" o "ballardiano").
Dejando a un lado el enfoque simplista y optimista del mundo frecuente en la "edad dorada" de la ciencia ficción, las obras de Philip K. Dick se caracterizan por una sensación de constante erosión de la realidad, explorando su naturaleza enigmática de forma sistemática y creando ambientes posmodernos y decadentes, adelantándose al subgénero cyberpunk. A menudo, los protagonistas descubren que sus seres queridos (o incluso ellos mismos) son sin saberlo robots, alienígenas, seres sobrenaturales, espías sometidos a lavados de cerebro, alucinaciones, o cualquier combinación de éstos; este rasgo de la obra dickiana refleja la obsesión del autor acerca de la frágil naturaleza de la realidad perceptible. Sus historias a menudo se convierten en fantasías surrealistas a medida que los personajes van descubriendo que su vida diaria es realmente una ilusión construida por poderosas entidades externas (como por ejemplo en Ubik), por grandes conspiraciones políticas, o simplemente por las peripecias de un narrador no creíble.
Gregg Rickman, el mayor cronista de Dick, propuso un esquema con tres etapas para orientarnos en la amplia obra dickiana:
Dick situó la acción de varias de sus novelas en el mundo ucrónico de California del Norte. Su aclamada novela El hombre en el castillo (1963, ganadora del Premio Hugo) es una obra pionera que mezcla los géneros de la ciencia ficción y la historia alternativa.
De acuerdo con el autor de ciencia ficción Charles Platt: "Toda su obra parte de la asunción básica de que no puede haber una única realidad objetiva; todo es una cuestión de percepción. La tierra puede temblar bajo tus pies. Un protagonista puede verse viviendo como sueño de otra persona, o entrar en un estado inducido por drogas que de hecho tenga más sentido que el mundo real, o aparecer en un universo completamente diferente".
Los universos alternativos y los simulacros son artificios argumentales habituales, presentando mundos ficticios poblados por personas normales y corrientes, en lugar de elites galácticas. Como indica Ursula K. Le Guin: "No hay héroes en los libros de Dick, pero hay actos heroicos. Uno se acuerda de Dickens: lo que cuenta es la honradez, constancia, amabilidad y paciencia de la gente ordinaria"
Dick no mantuvo en secreto que muchas de sus ideas y trabajos estuvieron fuertemente influidos por los escritos de Carl Gustav Jung, el fundador suizo de la teoría del psiquismo humano denominada psicología analítica (para distinguirla de la teoría freudiana del psicoanálisis). Durante su adolescencia, estuvo en tratamiento con un analista junguiano.[17] En los años 50, fue adquiriendo con devoción las obras completas de Jung, publicadas por la editorial Bollingen. Lo impresionaron especialmente sus Septem Sermones ad Mortuos, de inspiración gnóstica.[18] Jung, autodidacta experto en los fundamentos inconscientes y mitológicos de la experiencia consciente, opinaba que las experiencias místicas podían estar basadas en una realidad subyacente. Los modelos y construcciones junguianas que más afectaron a Dick parecen ser los arquetipos de lo inconsciente colectivo, las proyecciones y alucinaciones colectivas, las experiencias de sincronicidad y su teoría de la personalidad. Muchos de los protagonistas de las obras de Dick analizan la realidad y sus propias percepciones en términos junguianos.[19] Otras veces, el tema se refiere a Jung tan claramente que la conexión resulta obvia. La Exégesis de Dick también contiene muchas notas sobre Jung en relación con la teología y el misticismo.[cita requerida]
Philip K. Dick experimentó con drogas psicoactivas, aunque siempre negó que hubieran influido en su obra. No obstante, el consumo de drogas fue tema importante en muchos de sus trabajos, como Una mirada a la oscuridad y Los tres estigmas de Palmer Eldritch. Dick consumió anfetaminas de forma habitual, y también experimentó brevemente con substancias psicodélicas, pero escribió Los tres estigmas de Palmer Eldritch, obra proclamada "la novela LSD por excelencia de todos los tiempos" por la revista Rolling Stone, antes de haber probado esa droga. Por otra parte, de acuerdo con una entrevista suya publicada en 1975 por la misma revista, Dick escribió todos sus libros publicados antes de 1970 bajo los efectos de las anfetaminas.
La trama de El hombre en el castillo (1962) transcurre en un universo alternativo en el cual los Estados Unidos de América son gobernados por las potencias de un Eje victorioso tras la Segunda Guerra Mundial. Esta novela está considerada como una obra destacada del subgénero denominado "historia alternativa", y es la única obra dickiana que ganó un Premio Hugo.
Los tres estigmas de Palmer Eldritch (1965) utiliza un conjunto de conceptos de ciencia ficción y desarrolla varias capas de realidad e irrealidad. Es también uno de los primeros trabajos de Dick en explorar temas religiosos.
Los tres estigmas de Palmer Eldritch narra una historia que transcurre en el siglo XXI y en la que, bajo la autoridad de las Naciones Unidas, el ser humano ha colonizado la Luna y todos los planetas habitables del sistema solar. Para la mayor parte de los colonos, la vida resulta sumamente desagradable y psicológicamente monótona, por lo cual las Naciones Unidas tienen que obligar a la gente a que vaya a las colonias. La mayoría de ellos se entretienen usando muñecas Perky Pat y accesorios fabricados por la compañía terrestre Equipos P. P. Dicha compañía también produce en secreto la Can-D, una droga alucinógena ilegal, aunque fácil de conseguir, que permite a la persona que la consume «trasladarse» en Perky Pat (si dicha persona es una mujer) o en el novio de Pat, Walt (si la persona es un hombre). El uso recreativo de la Can-D permite a los colonos experimentar algunos minutos de una vida idealizada en la Tierra participando en una alucinación colectiva.
En ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968), un cazador de recompensas vigila la población local de androides en una Tierra envenenada y devastada por una guerra nuclear, de la cual se han marchado todas las personas "de éxito". Los únicos que permanecen en el planeta son los que carecerían de perspectivas en otro mundo. Todos los androides (también conocidos como "andys" o "andrillos" dependiendo de la traducción) tienen una fecha de muerte prefijada de antemano. Sin embargo, unos pocos andrillos buscan escapar a su destino y suplantar a los humanos en la Tierra.
Esta novela es muy conocida como la fuente literaria de la película Blade Runner (1982), y constituye una intensificación de la nota dominante en toda la obra dickiana: ¿qué es real?, ¿qué es irreal?, ¿son los androides, que parecen humanos y actúan como humanos, humanos verdaderos?, ¿deberíamos tratarlos como a máquinas o como a personas?, ¿cuál es el factor crucial que define al ser humano como "vivo", en oposición a los que solamente viven en apariencia?
Gestarescala (en original en inglés Galactic Pot-Healer, 1969) trata una serie de cuestiones filosóficas y políticas, tales como las sociedades represivas, el fatalismo y la búsqueda de sentido en la vida.
Mezcla de distopía y de alegoría sobre el espacio interior, constituye uno de los grandes libros del escritor estadounidense, una de las obras intelectualmente más complejas y controvertidas de Dick. Gestarescala está muy influida por la obra del psicólogo Carl Gustav Jung en la que se expone la búsqueda del alma verdadera por parte del hombre moderno.
La novela Ubik (1969) narra una historia en la cual, con la aparición de grandes compañías especializadas en psiquismo y de un estado de vida suspensa después de la muerte, se crea un estado de realidad erosionada. En el año 2005, esta obra fue incluida por la revista Time Magazine entre las mejores cien novelas de todos los tiempos.
Fluyan mis lágrimas, dijo el policía (1974) relata las peripecias de Jason Taverner, una estrella televisiva que vive en un estado policial en un cercano futuro distópico. Después de ser atacado por una exnovia enfadada, Taverner se despierta en una lóbrega habitación de hotel. El protagonista todavía tiene su dinero en la cartera, pero sus documentos de identidad han desaparecido; ello constituye un grave inconveniente, ya que los controles de seguridad de los «pols» y los «nats» (la policía y la Guardia Nacional de los Estados Unidos) están presentes por toda la ciudad y arrestan a todo aquel que no tenga documentos de identidad.
Jason al principio piensa que fue víctima de un robo, pero en seguida descubrirá que toda su identidad ha sido borrada. No existe ningún registro suyo en ninguna base de datos oficial, e incluso sus más próximos colegas no lo reconocen ni lo recuerdan. Por primera vez en muchos años, Jason no tiene fama ni reputación en la que confiar. Sólo cuenta con su carisma innato para ayudarle mientras trata de averiguar qué sucedió con su pasado evitando la atención de los pols.
Fluyan mis lágrimas, dijo el policía fue la primera novela publicada por Dick tras años de silencio, tiempo durante el cual su reputación ante la crítica aumentaba; así, esta obra ganó el Premio John W. Campbell Memorial a la mejor novela de ciencia ficción; se trata de la única novela de Philip K. Dick que resultó finalista tanto en una edición de los Premios Hugo como en una de los Premios Nebula.
En un trabajo escrito dos años antes de su muerte, Dick describía cómo su pastor episcopaliano le indicó que una importante escena de la novela era muy similar a otra del libro de los Hechos de los Apóstoles. Richard Linklater habla sobre esta novela en su película Waking Life, que comienza con una escena que recuerda a otra novela de Dick, Tiempo desarticulado.
Una mirada a la oscuridad (1977) es una desoladora mezcla de ciencia ficción y novela policíaca. En la trama, un agente secreto de la policía de narcóticos comienza a perder contacto con la realidad después de ser víctima de la sustancia D, la misma droga que debería perseguir, que tiene efectos permantentes sobre la mente. La sustancia D es instantáneamente adictiva, comenzando con una agradable euforia que rápidamente se ve reemplazada por confusión creciente, alucinaciones y, finalmente, psicosis total. En esta novela, como en todas las otras del mismo autor, hay un hilo subyacente de paranoia y disociación, con múltiples realidades percibidas simultáneamente. Fue adaptada al cine por Richard Linklater.
SIVAINVI (1980) es quizá la novela más posmoderna y autobiográfica de Dick, examinando sus propias experiencias inexplicadas. Puede también ser considerada como su trabajo más estudiado académicamente, y fue adaptado como ópera por Tod Machover.[20]
Sus últimos trabajos, especialmente la trilogía de SIVAINVI, fueron en gran medida autobiográficos, muchos con referencias al «tres-dos-setenta y cuatro» (3 de febrero de 1974). Como ya se ha mencionado, la palabra SIVAINVI es el acrónimo de SIstema de VAsta INteligencia VIva y el título de una novela (continuada temáticamente en al menos tres novelas más). Posteriormente, Dick teorizó que SIVAINVI era tanto un generador de realidad como un medio de comunicación extraterrestre. Un cuarto manuscrito sobre SIVAINVI, Radio Libre Albemuth, escrito en 1976, fue descubierto después de su muerte y publicado en 1985. El editor, Arbor House, describe este trabajo como introducción y clave a su espléndida trilogía de SIVAINVI.
A pesar de la sensación de que, de alguna manera, estaba experimentando una comunicación con la divinidad, Dick fue incapaz de racionalizar por completo los sucesos. Durante el resto de su vida, luchó por comprender plenamente lo que estaba ocurriendo, poniendo en cuestión su propia cordura y su percepción de la realidad. Dick transcribió sus pensamientos en unos diarios, la Exégesis, de ocho mil páginas y un millón de palabras.
Desde 1974 hasta su muerte en 1982, Dick pasó noches enteras escribiendo en su diario, a menudo bajo la influencia de las anfetaminas, que sin duda contribuyeron a su tono exaltado. Un tema recurrente en la Exégesis es la hipótesis de que la historia se había parado en el siglo I d. C. y que «el Imperio romano nunca cayó». El autor veía a Roma como la cúspide del materialismo y del despotismo que, después de forzar a los gnósticos a la clandestinidad, había mantenido a la población de la Tierra esclavizada por las posesiones mundanas. Dick creía que SIVAINVI se había comunicado con él y con otras personas anónimas para desencadenar el proceso de destitución del presidente de los Estados Unidos Richard Nixon, a quien Dick consideraba la actual encarnación del emperador de Roma.
En abril de 2010, Houghton Mifflin Harcourt anunció el proyecto de publicar extractos adicionales de la Exégesis en dos volúmenes. El primero, de 1056 páginas, habría sido publicado en 2011, y el segundo (un volumen de la misma longitud) en 2012. El editor Jonathan Lethem describió las próximas publicaciones como algo «absolutamente sofocante, brillante, repetitivo y contradictorio. Solo podría contener el secreto del universo».[21][22] El proyecto fue modificado para publicar la Exégesis como un libro de gran formato. The Exegesis of Philip K. Dick fue finalmente publicada en noviembre de 2011.[23]
Numerosas obras de K. Dick han sido llevadas a la gran pantalla, pues Hollywood parece haber encontrado un filón en sus historias futuristas repletas de protagonistas no del todo heroicos, pero llenos de determinación, así como en el magnetismo que desprende el halo de sufrimiento y autodestrucción de su obra autobiográfica.
Futuras adaptaciones cinematográficas basadas en los escritos de Dick incluyen:
Se ha señalado también la huella de Dick en algunas películas que, sin basarse directamente en ninguna obra de este, reelaboran algunos de los temas característicos del autor, como la naturaleza dudosa de la realidad y de nuestros recuerdos.[34] Entre ellas destacan:
El 8 de agosto de 2006, el actor Paul Giamatti anunció que su compañía, Touchy Feely Films, tiene previsto producir un biopic sobre Philip K. Dick, con el permiso de su hija Isa Dick Hackett, propietaria de la compañía Electric Shepherd Productions (Producciones Pastor Eléctrico). Tony Grisoni, guionista de películas como Fear and Loathing in Las Vegas o Tideland de Terry Gilliam, está escribiendo el guion de la película.
Desde su muerte, Dick ha aparecido como personaje en diferentes obras. Es destacable su presencia en Desgraciadamente, Philip K. Dick ha muerto (1987), de Michael Bishop, novela situada en un universo alternativo gnóstico donde sus relatos de ciencia ficción han sido prohibidos en unos Estados Unidos totalitarios gobernados por un Richard Nixon víctima de una posesión diabólica.
Otras apariciones ficticias post mortem de Dick:
El asteroide (9004) Peekaydee fue nombrado así por este escritor.[35]
Ediciones Minotauro ha publicado gran parte de la obra de Philip K. Dick: