La preexistencia de Jesucristo, como doctrina, afirma la existencia previa de Jesús en los cielos antes de su encarnación como tal. Uno de los pasajes bíblicos relevantes es Juan 1:1-18 donde, en la interpretación trinitaria, Cristo se identifica con una hipóstasis divina preexistente (realidad sustantiva) llamada Logos (en griego koiné: Λόγος, lit. 'palabra'). Hay puntos de vistas no trinitarios que cuestionan el aspecto de la preexistencia personal, el aspecto de la divinidad, o ambos.
Más particularmente, Juan 1:15, 18 dice:
15 Juan dio testimonio de Él, y clamó diciendo: «Este es del que yo decía; “El que viene tras mí, es antes de mí, porque es primero que yo”».18 A Dios nadie le vio jamás: el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le declaró.
Esta doctrina se apoya en Juan 17:5 cuando Jesús se refiere a la gloria que tenía con el Padre «antes de que el mundo existiera» durante el Discurso de Despedida.[2] Juan 17:24 también se refiere a que el Padre amaba a Jesús «antes de la fundación del mundo».[2]
El papa Benedicto XVI comentó en 1993 que "En conclusión, «la idea de la preexistencia de Jesucristo es por excelencia el punto de conjunción entre la cristología y la teología trinitaria» (Comisión Teológica Internacional)"[3]
Parece que el obispo Arrio aceptó la preexistencia de Jesús. La mayoría de las iglesias antitrinitarias de hoy también aceptan la existencia de Jesús antes de su nacimiento a excepción de los cristadelfianos que creen en su existencia a partir de su nacimiento físico. Los Testigos de Jehová identifican el arcángel Miguel como Jesús apoyando el concepto preexistencial.[4]
Es sobre todo en el unitarismo del siglo XVII, donde se encuentran desarrollados objeciones contra la doctrina de la preexistencia de Cristo. Socinianos, por ejemplo cristadelfianos, interpretan la reclamacións de Cristo como «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo» como una referencia sólo a su concepción milagrosa, y al nacimiento virginal de Cristo.[5][6]
La prexistencia de Cristo se encuentra basado en el evangelio de Juan de las sagradas escrituras: «Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy». (Jn 8:58, Reina Valera de 1960) es decir que todas las iglesias evangélicas aceptan la preexistencia de Cristo