Pueblos originarios es una denominación colectiva aplicada a las comunidades indígenas de América, corresponde a los grupos de humanos descendientes de culturas precolombinas que han mantenido sus características culturales y sociales. La mayoría de ellos con su lengua propia.
El uso del término se ha difundido por su empleo en los estudios culturales, las cátedras universitarias y la prensa, en los cuales se lo considera una manera políticamente correcta de referirse a las comunidades previamente denominadas «indígenas».[1]
Jorge Fernández Chiti argumenta que otra denominación común para los pueblos autóctonos de América ―como «indio»― es etnocentrista e impuesta por los colonizadores como manera de destruir su identidad.[2] De este modo el término «indio» (‘habitante de la India’),[3] o incluso «amerindio», refleja las erróneas ideas de los conquistadores europeos, quienes creían haber encontrado en el continente americano la costa oriental de la India.[4]
«Aborígenes»[5] (del latín ad origine) significa ‘[que vive en el lugar] desde el origen’.[6][7]
«Indígenas» significa ‘población de allí’.[8] Una definición más descriptiva, y no limitada a los marcos de la etimología, apunta a que «son los descendientes de quienes estaban en el lugar antes de la llegada de otros que ahora constituyen la sociedad mayoritaria y dominante. Se definen en parte por su ascendencia, en parte por los rasgos particulares que indican su diferencia en relación con quienes llegaron más tarde, y en parte por la visión que tienen de sí mismos».[9]