Relaciones Costa Rica-Japón | ||||
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Costa Rica y Japón disfrutan de relaciones diplomáticas desde 1935. Si bien interrumpidas por la pertenencia de ambos países a bandos contrarios durante la Segunda Guerra Mundial e incluso Costa Rica fue el primer país en declararle la guerra a Japón tras el ataque a Pearl Harbor incluso antes que los propios Estados Unidos,[1] desde 1953 las relaciones diplomáticas y comerciales han sido ininterrumpidas. Ambos países tienen en común haber sido de las primeras naciones en abolir el ejército en tiempos modernos.[1]
La República de Costa Rica inició relaciones oficiales con el entonces Imperio del Japón desde febrero de 1935 cuando Yoshiatsu Hori fue acreditado como ministro plenipotenciario japonés ante Costa Rica y México.[2][3] Las relaciones se interrumpirían tras el ataque a Pearl Harbor en 1941 cuando el gobierno de Rafael Ángel Calderón Guardia declararía la guerra al Imperio Japonés en solidaridad con su aliado americano. A raíz de esto 23 ciudadanos japoneses residentes en Costa Rica fueron arrestados y deportados a campos de concentración en Estados Unidos,[1] de forma similar a como fueron perseguidas las más numerosas colonias italiana y alemana. Reanudándose las relaciones diplomáticas sin interrupción desde los años 50s.[1]
De acuerdo con el entonces embajador japonés Hidekazu Yamaguchi, entre 2000 y 2008 Japón exportó a Costa Rica unos 340 millones de dólares anuales, a la vez que Costa Rica exportó a Japón alrededor de 95 millones de dólares en productos como café, jugos naturales, plantas ornamentales y maquinaria.[1] De acuerdo con Procomer el país centroamericano pasó a exportar de $51 millones en el 2000 a $112 millones en el 2016,[4] por lo que las relaciones comerciales entre ambos países son vistas como estratégicas.
Desde 1974 la Agencia de Cooperación Internacional del Japón ha enviado cerca de 600 voluntarios a trabajar en comunidades costarricenses en distintas labores[2] así como una donación de $240 millones para la planta geotérmica Boriquen.[5] Costa Rica también proveyó a Japón de asistencia en la diversificación de energía y aplicación de energías limpias.[6]
Además en el país centroamericano se realizan a menudo actividades con auspicio de la Embajada japonesa como festivales culturales japoneses, ciclos de cine y festivales de anime; siendo la animación japonesa particularmente popular en el país. Además los municipios de San José y Okinawa, y las ciudades portuarias de Puntarenas y Kesennuma tienen estatus de ciudades hermanas respectivamente.[3]