El vaso es un recipiente de tamaño variado[1] que sirve para beber, contener o trasladar algo, por lo general líquido. Por extensión, se denomina también vaso a la cantidad de materia vertida en este recipiente, aunque no es oficialmente una medida. Para Fernando Corripio, vaso (del latín «vasum») es sinónimo de vasija y de recipiente.[2]
El primer vaso en todo el mundo lo obtuvo el hombre primitivo cuando unía sus manos formando un cuenco o copa. Luego, llegarían recipientes más sofisticados como cuernos, cáscaras de frutos, trozos de madera vaciados, hasta que la alfarería se puso al servicio de todo tipo de necesidades domésticas.[3] Las culturas más desarrolladas de la Antigüedad disponían de vasijas de cerámica que pueden considerarse precedentes del vaso. Progresivamente, las vasijas de barro vidriado aceptaron la competencia de metales y aleaciones, y los primitivos vasos se hicieron morfológicamente muy variados y más lujosos.[4]
Una clasificación elemental diferencia 3 tipos de vasos básicos: el vaso corto, el vaso largo y el chupito.[a] Una tipología más rica, no exhaustiva, podría resumirse en el siguiente cuadro:[7]
Tamaño [cita requerida] | Nombre común |
---|---|
30 ml | Chupito |
100 ml | Chato, vaso de vino |
200 ml | Vaso |
300 ml | Vaso de tubo (estrecho y alto), vaso on the rocks (ancho y bajo). |
450-550 ml | Vaso de pinta (con engrosamiento en parte superior), vaso de sidra (recto y ancho) |
750-1000 ml | Mini (Madrid), Cachi (La Rioja, País Vasco), Litro, Cubalitro |
El vocabulario de los vasos es caprichoso. El en las rocas («on the rocks») debe su bautizo al aspecto de los hielos que se ponen en él antes de servir la bebida. El vaso Collins, alargado, cilíndrico, habitual contenedor el cócteles populares como el gin-tónic, al parecer debe su nombre a un chico de barra, camarero y supuesto barman: John Collins.[8][b][9]