Victoria es, en la mitología romana, la diosa que personificaba el triunfo. Es hija de Estigia y hermana de Potestas, Vis e Invidia.
Destacan sus templos en el Palatino y el Capitolio de Roma donde aún se conservan las estatuas que los triunfadores les consagraban. Augusto hizo levantar en el Senado un altar en su honor para conmemorar la batalla de Accio.
Se la representaba como una mujer alada, habitualmente en actitud de ceñir una corona de laurel a los vencedores y césares. Se identifica con la diosa griega Niké.